“Con Diego ya soñamos con ganar el Mundial 2010” – GENTE Online
 

“Con Diego ya soñamos con ganar el Mundial 2010”

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En la intimidad, para Gloria –la mujer con quien se casó hace 41 años– es El Flaco, apodo conocido sólo por los muy allegados a Carlos Salvador Bilardo (69), que siempre se empeña en destacar que su esposa es una de las dos personas en quienes confía “a muerte”. La otra es su hija Daniela, que hace seis meses le dio otro nieto, Martín Salvador, “que llegó con la Selección bajo el brazo”, bromea el Doctor, que recibe a GENTE en la intimidad de su departamento de Caballito. Allí, a primera vista, en un rincón muy especial del living, luce impactante la imagen de la Virgen de Luján, y como adivinando la pregunta que se aproxima, Bilardo se anticipa a la consulta de este cronista: “Sí. Es la de los campeonatos del ’86 y’90. En realidad me acompaña desde 1983, cuando asumí. Y ahora que vamos a volver con Diego (Maradona), va a empezar a caminar otra vez. Es lo único que me guardé. Ni siquiera tengo una foto de cuando ganamos la Copa del Mundo”, explica.

–¿Ya está disfrutando esta asunción acompañando a Maradona?
–¡Y qué te parece! Un lunes me llamó Grondona (Julio Humberto). Fui hasta la oficina, conversamos y me dijo que quería que asumiera Diego. Le dije que sí. Me preguntó si Maradona estaba bien. Le contesté que era lo que siempre había esperado, que lo llamara y le explicara lo que quería. El martes habló con Diego, y a partir de ahí sólo resta armar el equipo y el cuerpo técnico que lo va a acompañar.

–Usted dijo qué él va a ser el número 1 y que va a estar a su lado adonde vaya...
–Yo lo aclaré, porque a mí me pasó. El que tiene que mandar es uno. Le dije: “Tenés que decir esto es así, así y ¡tun!: todos tienen que seguirte sin chistar”. Después vamos a ir evaluando. Porque los palos vienen aunque no quieras. Por eso yo le pregunto qué opina al técnico que más sabe de fútbol, pero también al portero de mi edificio. Yo voy a estar todo el día con Diego.

–¿Se va a sentar en el banco de suplentes junto a él?
–Vamos a ver. Si él lo necesita, voy a estar. Si quiere que esté en el entrenamiento, también.

–¿Y va a volver al predio de la AFA en Ezeiza? Porque usted siempre dijo que después del Mundial del ’90 nunca regresó...
–Cuando pongamos todas las cosas en claro, vuelvo.

–¿Su cargo va a ser el de secretario técnico?
–Sí, pero de aquí al Mundial dedicado a la Selección mayor.

–Algunos temen que pueda haber cortocircuitos entre usted y Maradona.
–Pienso que no. Bah, nuestros cortocircuitos empezaron en el ’83, cuando yo era el técnico de la Selección... Je, je. Somos como un matrimonio, y no conozco ninguno que no se haya enojado alguna vez. Son 25 años, no un día. Pero la relación que existe entre nosotros es más fuerte. Siempre nos hemos dicho la verdad. Y ninguno aprovechó para sacar rédito del otro.

–¿Lo quiere como a un hijo?
–Lo quiero por todo lo que es: es una de las personas que no le debe nada a nadie. Y si tuvo sus problemas, se perjudicó sólo él y su familia, nadie más. Hay muchos que están allá arriba y perjudicaron a millones.

–¿Y su mujer qué opina de todo esto?
–Mirá, te confieso que Gloria es especial. Cuando me casé, Zubeldía me dio un día de licencia, y me las tuve que arreglar.

–Pero ahora, cuando le dijo que iba a agarrar la Selección otra vez, ¿lo felicitó con un beso o le quiso revolear un plato por la cabeza?
–No... je, je. Lo entendió. Los tiempos cambiaron, pero ella siempre me aceptó tal cual soy. Mirá si cambiaron, que mi nieta –que tiene ocho años– me pide el celular y juega y hace lo que quiere. Y a mí me cuesta hasta prenderlo... Je, je.

–¿Podría haber llegado adonde llegó sin el apoyo de su familia?
–No, ni loco. Fijáte que no tengo ni una foto en actos de la escuela con mi hija, porque vivía concentrado con la Selección.

–¿Y eso le pesa como padre?
–Claro que me pesa. Pero estuvo bien mi hija, porque yo me cuestionaba si era buen padre. Y me explicó que eso tenía que decirlo ella, no yo.

–¿Y ahora tiene más tiempo para comer con ellos?
–No. Desde que estaba en la Secretaría de Deportes, menos. Me levantaba a las ocho y volvía a la una de la mañana.

–A propósito: ¿el gobernador Scioli se enojó porque se va a la Selección?
–No, para nada, porque dejo el cargo pero voy a seguir estando. Quiero completar mi trabajo, así que cuando sea necesario me van a tener.

–¿Y cuida su físico? ¿Toma algo para sentirse mejor?
–No. Cafecito a la mañana, medialunas, y arranco. Y después termino en radio La Red a la noche, junto a Miguel Dalassio y Martín Sesana. También estoy en la transmisión de los partidos de Fox: ahora me voy para la Bombonera a hacer Boca-San Lorenzo. ¡Qué partido! Los médicos cardiólogos amigos me quieren agarrar para que me chequee.

–¿Y les hace caso?
–No. Los médicos aconsejamos, pero después no lo ponemos en práctica con nosotros mismos.

–¿Y fuma o toma alcohol?
–No, nada: agua y bebidas sin alcohol. Y a la noche, después del programa de radio, voy a jugar al fútbol hasta las 2 de la mañana.

–¿Usted opina que a Messi y unos cuantos más hay que hacerles ver que están jugando para la Selección argentina, que tiene un prestigio ganado?
–Hay que hablar con ellos y empezar a conocerse. Hay que dialogar de a tres, de a cuatro...

–¿Sergio Batista y José Luis Brown los van a acompañar?
–Eso lo estamos decidiendo. Por ahora no hay nada firme.

–¿Qué cree que le puede haber pasado a Basile como técnico de la Argentina?
–No sé, ni quiero preguntar. Nunca lo hago.

–¿Pero no se van a reunir con él? Mire que se dice que algunos jugadores le faltaban el respeto, burlándose de sus cábalas y de su forma de manejarse...
–Vamos a ver. Creo que sí. También me gusta llevarme por mi propia experiencia. Muchas veces me dijeron “este jugador es jodido” y conmigo era bárbaro.

–¿Realmente tiene confianza de que podemos volver a salir campeones del mundo?
–Claro. Con Diego ya soñamos con ganar el Mundial 2010, pero falta. Hay que rodearse de buenos jugadores y colaboradores. Si no, te vas al tacho.

El Doctor posa en su casa con la imagen de la Virgen de Luján, que lo acompañó en la Selección desde 1983. <i>“Tiene un ramito que nos regaló una novia en Torino antes del partido en el que clasificamos contra Italia en el Mundial del ’90”</i>, le confió a GENTE.

El Doctor posa en su casa con la imagen de la Virgen de Luján, que lo acompañó en la Selección desde 1983. “Tiene un ramito que nos regaló una novia en Torino antes del partido en el que clasificamos contra Italia en el Mundial del ’90”, le confió a GENTE.

<i>“Un lunes me llamó Julio Grondona. Fui hasta la oficina, conversamos y me dijo que quería que asumiera Diego. Le dije que sí. Me preguntó si Maradona estaba bien. Le contesté que era lo que estaba esperando”.</i>

“Un lunes me llamó Julio Grondona. Fui hasta la oficina, conversamos y me dijo que quería que asumiera Diego. Le dije que sí. Me preguntó si Maradona estaba bien. Le contesté que era lo que estaba esperando”.

Carlos Bilardo y Julio Grondona en el casamiento de Diego Maradona y Claudia Villafañe en 1989, antes del Mundial de Italia. Hoy, los tres vuelven a juntarse para intentar volver a los tiempos de gloria del seleccionado.

Carlos Bilardo y Julio Grondona en el casamiento de Diego Maradona y Claudia Villafañe en 1989, antes del Mundial de Italia. Hoy, los tres vuelven a juntarse para intentar volver a los tiempos de gloria del seleccionado.

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