«Comprendo que la gente esté muy desilusionada» – GENTE Online
 

"Comprendo que la gente esté muy desilusionada"

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Ministerio de Economía, sábado a la noche. Estado del tiempo: llovizna pers
istente. Estado de la política: chaparrón de rumores ("Cavallo se va, Cavallo renuncia, Cavallo…). Cavallo, que se saca la campera, y …

-Sí, me la saco para las fotos. Pero miren que estoy más gordo, eh… Como más y camino menos…


-Todos los días hay rumores sobre su supuesta renuncia. También se dice que está deprimido, y muchos le pronostican un súbito final después de las elecciones del 14 de octubre. ¿Se está apagando su buena estrella?

-Mi única estrella es mi fe para sacar al país adelante.


-Con tantos ataques, ¿esa fe no flaquea?

-No. En la adversidad, me agrando. 


-Pero cuando el río suena… Si su gestión fracasa, ¿peligra su futuro?

-Mi futuro personal no me preocupa. Para nada. Lo único que quiero es que la gente deje de sufrir, y lo más pronto posible. 

-¿Hay chances?

-Sí. La situación internacional es atemorizante, pero siento que estoy cerca de lograr el resurgimiento del país.

-Algunos aseguran que es un sueño imposible.

-Pero yo no perdí el sueño. Eso sí: le quito algunas horas. Son las nueve y media de la noche del sábado, y aquí estoy…


-¿La salud lo acompaña?

-Totalmente. Ni los desvelos ni los rumores me hacen mella. Al contrario: me fortalecen. ¿Sabe por qué? Porque tengo un objetivo superior. 

-¿Cuál es la prioridad de ese objetivo?

-Que la familia argentina tenga trabajo y mejore su calidad de vida. 


-Pero si pierde apoyo, ¿qué pasa?

-Sólo creo en los hechos de la realidad. 


-¿Cuáles son, hoy, esos hechos?

-Primero y principal: me apoyan los que necesito que me apoyen. Y el primero de esa lista es el presidente De la Rúa. 

-Pregunta para el fighter, el peleador: ¿en qué round está, y cómo lo lleva? Porque muchos dicen que está contra las cuerdas, y casi groggy…

-Estoy luchando a brazo partido (¡a brazo partido!) contra los que quieren devaluar el peso. Hay una especulación fe-no-me-nal contra el peso…


-¿Por qué se niega a devaluar?

-Porque no quiero que le roben los ahorros a la gente.

-¿Puede perder esa pelea?

-Le aseguro que jamás voy a perder esa pelea. Jamás. Y los que dicen que estoy groggy… ¡que se cuiden!


-Usted dijo que sólo cree en la realidad, y esa realidad dice que muchos de los que vieron en usted al gran piloto de tormenta, hoy están frustrados, decepcionados y deprimidos. La durísima e interminable recesión los agobia, y no le ven salida. ¿Sobre ese punto hizo autocrítica, ministro?

-Comprendo que la gente esté muy desilusionada. Se lo digo con total sinceridad: pensé que la recuperación de la economía sería mucho más rápida. 


-¿Error de cálculo?

-No. Pero poco antes de que yo llegara al ministerio sucedió un fenómeno parecido al de 1995: el miedo de la gente a perder sus depósitos. Eso tornó todo mucho más difícil.

-¿Por qué?

-Porque desde el exterior se desató una feroz especulación contra el peso, se nos acabó el crédito, y para colmo muchas provincias no hicieron el ajuste en su momento. 


-En ese punto nació la fórmula déficit cero. ¿Se cumplió?

-Sí. Llegamos al déficit cero, y estamos a metros de pegar la curva y empezar a remontar la cuesta. 


-Pero la cifra de la última recaudación es muy preocupante… 

-Eso también va a cambiar.


-Sinceramente, ¿cómo cree que la gente común, la más castigada, juzga su gestión? 

-La gente está triste y deprimida. Pero voy a revertir ese estado de ánimo. Le aseguro que el déficit cero le dará a esta década tanta estabilidad como la convertibilidad le dio a la década pasada. 

-Pero tiene muchos enemigos y muchos frentes abiertos. ¿No se siente demasiado solo?

-Me siento seguro… aunque vengan degollando.

-¿Algunas críticas a su gestión son justas?

-La verdad es otra: parece que los estrategas de los partidos políticos encontraron en mí al enemigo perfecto para sus campañas electorales. La orden del día es "Péguele a Cavallo, que por ahí sacamos algún voto más".


-No es una cuestión menor. A fuerza de recibir palos, cualquiera se derrumba…

-Pero a mí no me importa. Lo que me da pena es que haya tanta mezquindad. No tanto desde el Justicialismo sino desde la propia Alianza, que al menos debería apuntalar a su propio gobierno.

-Y después de las elecciones, ¿qué?

-Le doy un pronóstico seguro: la mayoría de esos opositores mediáticos van a volver a tener una actitud positiva.

-¿Posibilidad firme o expresión de deseos?

-Posibilidad firme. Mire, si no, la actitud positiva de la mayoría de los gobernadores. Y fíjese en un fenómeno: muchos de los que hoy llevan agua para su molino criticándome con dureza desmedida son los mismos que me votaron la Ley de Competitividad y el déficit cero. 


-Pero el palo en la rueda también lo ponen funcionarios del Gobierno. Es decir, sus iguales. 

-No importa. El único apoyo que necesito en el Gobierno es el del Presidente. Y lo tengo. 

-¿Hasta qué punto lo jaquean las denuncias de Elisa Carrió?

-Son ridículas. Me ataca con documentos falsos y hace pomposas denuncias sin asidero sobre el megacanje. Pero son obstáculos, sí… 


-Además, Carrió no es la única que lo ataca…

-¿Cómo no van a atacarme a mí desde la Alianza, si le meten palos en la rueda al Presidente, como si fuera su peor enemigo? 


-Usted se cruzó muchas veces con funcionarios del Gobierno y les dijo: "No vine porque quise sino porque me llamaron". ¿Cree que le aceptarán ese argumento mucho tiempo más? 

-Sí. ¿Sabe por qué? Porque con De la Rúa somos realmente amigos. Porque le tocó asumir la presidencia con un país en crisis (y por eso acepté colaborar…). Porque quiere, sinceramente, sacar al país adelante. Y porque muchos de sus aliados lo abandonaron y hoy lo atacan sin piedad. 

-¿Siente que le pagan sus esfuerzos con ingratitud, ministro? 

-No es una cuestión de gratitud o de ingratitud. Simplemente, me indigna. Pero…, uno se acostumbra a todo. 


-Come más, camina menos, engordó… Y su vida familiar, ¿cómo anda? 

-A mi familia la veo los sábados a la noche y los domingos a la tarde.

-¿La extraña? 

-Lo que extraño es bailar el tango con Sonia. Solíamos despuntar el vicio del dos por cuatro, pero ahora no tengo tiempo…


-¿Otros… vicios, como usted los llama?

-Escuchar música clásica. Tengo los gustos y los hábitos familiares de cualquier argentino, y la contención afectiva de Sonia y de mis hijos me ayuda mucho a sobrellevar las ingratitudes de la función pública. En realidad, es el mejor apoyo que tengo. 

-Está seguro de que el Presidente…

-Perdone. Me voy. Sonia me está esperando para ir a cenar con un matrimonio amigo. Se hizo tardísimo. Si no llego por lo menos a medianoche, me va a matar… 

por Alejandro Sangenis
[email protected]
fotos: Maximiliano Vernazza
Sábado a la noche. Cavallo en su despacho. <i>GENTE</i> con él. Temas: su posible renuncia, la ola de ataques contra su gestión, la crisis y las elecciones.

Sábado a la noche. Cavallo en su despacho. GENTE con él. Temas: su posible renuncia, la ola de ataques contra su gestión, la crisis y las elecciones.

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