El miércoles se cumplirá un mes desde que Guadalupe Lucero desapareció de la puerta de la casa de una tía, mientras jugaba con sus primos. Desde aquel 14 de junio no hay pistas certeras sobre el paradero de la menor de 5 años. La policía de la provincia de San Luis ha realizado más de 200 allanamientos, rastrillajes y excavaciones, sin resultados. La semana pasada, la búsqueda se trasladó a Mendoza.
Una misteriosa mujer, un auto blanco, la pista del playero y una supuesta red de trata, son los únicos elementos que han aportado distintos testigos hasta el momento. Las hipótesis se movieron desde un ajuste de cuentas, el narcotráfico, un secuestro extorsivo y la trata de personas. Nada certero.
La búsqueda ha tomado forma de espiral, y los investigadores continúan regresando a la zona cero, en el barrio 544 Viviendas.
Durante el fin de semana, realizaron allanamientos y rastrillajes en San Francisco del Monte de Oro y continuaron con inspecciones en diferentes casas de la zona cero.
En la tradicional conferencia de prensa diaria, el inspector Lucas Chacón, Jefe de Relaciones Policiales, informó que el viernes se allanaron 25 domicilios del barrio donde desapareció Guadalupe, manzanas colindantes a la casa de la tía de la nena. Hasta el momento se han realizado 241 allanamientos vinculados a la causa.
Además, por las nuevas inspecciones, 10 personas fueron llevadas a la Jefatura Central de Policía a prestar declaraciones. Mientras seguirán trabando en domicilios de zona sur con presencia del personal que trabaja con canes y también continuarán los rastrillajes en el dique las Palmeras, con este espejo de agua. Y son 7 los diques revisados.
La última testigo
El último testimonio fue aportado por una menor con retraso madurativo que habló de "unos chicos en moto". La justicia le tomó declaración en dos ocasiones.
En una primera instancia, la menor coincidió con la de los chicos que estaban en el momento que desapareció la nena: aparece en escena una mujer vestida con ropa oscura.
En tanto, en su segunda declaración, la joven incorporó un dato nuevo: habló “de unos chicos en moto”.
Según publicó El Diario de la República, intentaron tomarle declaración por medio de Cámara Gesell, pero no fue posible. Una de las psicólogas del Poder Judicial explicó que no se comprendía lo que decía, por dificultades en el habla. “Por ello declaró por intermedio de la mamá y le tomaron testimonial a la fonoaudióloga”, refirió.
Pero es posible que a la brevedad, el juez Ariel Parrillis, le dé intervención a algún especialista en personas con discapacidad para ver cómo puede facilitar el testimonio de esta joven, ya que es de interés de los investigadores profundizar en lo que sabe o recuerde.
Quizá se apele a pericias, test o herramientas más lúdicas (por ejemplo, dibujos), para ver qué puede expresar sobre el hecho.
