Caso Báez Sosa: qué dice la comunicación no verbal de Máximo Thomsen y su mamá, Rosalía Zárate – GENTE Online
 

Caso Báez Sosa: qué dice la comunicación no verbal de Máximo Thomsen y su mamá, Rosalía Zárate

El director del Laboratorio de Investigación en Comunicación No Verbal, Hugo Lescano, analizó los comportamientos que han pasado desapercibidos en los últimos días sobre la actitud del principal acusado del asesinato y su familia. 
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La tercera semana de audiencias del juicio por la muerte de Fernando Báez Sosa ha sido una de las más importantes, ya que por primera vez habló ante el tribunal el principal acusado del asesinato del adolescente, Máximo Thomsen, quien fue visto a través de videos agrediendo a la víctima en el piso con patadas.

También dio su testimonio la madre de Thomsen, Rosalía Zárate, quien se presentó ante la justicia como “testigo de concepto” y relató cómo era la relación con su hijo, su vida antes del asesinato y sobre la dura enfermedad que se encuentra atravesando desde hace dos años.

Pero la comunicación no verbal tanto de la madre como del hijo han dejado grandes interrogantes sobre su accionar y posturas en el juicio. Es por eso que Hugo Lescano, el director del Laboratorio de Investigación en Comunicación No Verbal, que durante doce años fue negociador en situaciones de conflicto en las cárceles más peligrosas de Buenos Aires, a pedido de GENTE, analizó el lenguaje no verbal de Máximo Thomsen y Rosalía Zárate.

En su primera aparición pública Rosalía Zárate decidió acudir al juzgado con ropa sencilla y anteojos de sol que cubrían todo su rostro. Según Lescano, este accionar inconcientemente se encuentra premeditado ya que los anteojos de sol "representan un comportamiento nomenclado en el sistema de codificacción de acción facial bajo el número 71 (SSC)".

El mismo consiste en proteger nuestros ojos con la mano, con algún objeto, en este caso con gafas oscuras. Este código de comportamiento, que ha sido estudiado por la ciencia durante muchos años, aseguran los expertos que genera una sensación de "falso de anonimato".

"Este es el punto de apoyo para otros comportamientos humanos. Por ejemplo se ha demostrado que con anteojos negros mentimos mejor o de forma más eficaz. Esto no quiere decir que la madre del acusado haya mentido en su declaración, pero si es sumamente perjudicial para cualquier persona que debe presentarse ante la justicia presentarse con gafas oscuras", aseguró quien es conocido como "el detector de mentiras humano", sobre la conducta de la madre del principal acusado en el caso Fernando Báez Sosa.

"Muchas veces lo hacemos porque nos sentimos protegidos, porque no queremos que nos vean. Porque nosotros queremos quitarnos del campo visual a las personas oscureciéndolas. Por eso en la fotografía en la que podemos ver a la madre de Máximo caminando por la pasarela de seguridad, ella no solo usa las gafas negras sino que mira hacia la pared para no tener en el campo visual a toda la gente", indicó.

Por otra parte, las únicas imágenes que se conocieron de Máximo Thomsen en la actualidad son en el estrado frente al magistrado en el que se lo puede ver en la segunda fila casi como escondido hacia la derecha. Aunque muchas veces los lugares en un juicio de esta magnitud se encuentran asignados por personal del lugar, con el correr de las semanas siempre se lo vio ubicado en el mismo sector.

Máximo Thomsen sentado en el banquillo de acusados en Dolores.

"Un fenómeno que puede ocurrir al ir siempre al mismo lugar, en este caso un asiento, es lo que Bauman [Zygmunt] explicó que sucede en las instituciones totales como puede ser en las cárceles, orfanatos, centros de salud mental, escuelas, que son instituciones donde ocurren las mismas cosas con la misma gente. Es por eso que el lugar asignado muchas veces se convierte en un comportamiento reglamentado que cumplimos hasta el último día", remarcó Lescano.

"Pero teniendo la hipótesis de que Thomsen eligió este lugar, que es en el fondo porque solo hay dos filas, puede deberse a que se siente más cómodo. Por ejemplo si no estudiamos para una lección en el colegio, no nos vamos a sentar entre las primeras filas. Así que podríamos presuponer por un comportamiento bastante repetido en la especie humana que elegimos los lugares en los que se nos visibiliza menos debido a la seguridad o inseguridad que tengamos sobre el tema que se vaya a llevar adelante en ese espacio y tiempo", concluyó el especialista en comunicación no verbal.

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