Las películas marcan el pulso de la época y muchas veces convierten espacios en sitios de interés. Basta pensar lo que sucedió con Notting Hill, después del film homónimo protagonizado por Julia Roberts y Hugh Grant. También las casas donde se rodaron algunos films se vuelven estrellas, como pasó, sin ir más lejos, donde se grabó Mi pobre angelito. En esta oportunidad, el foco está puesto en la mansión de los Goonies que hoy, 40 años después del icónico film, se puso en venta y cuesta 1.65 millones de dólares.
La casa está ubicada en Astoria (Oregón), fue construida en 1896, tiene dos plantas, con cuatro dormitorios y tres baños, un porche y una terraza cubierta con vistas al océano Pacífico. Y se vende por el cansancio de sus dueños por el acoso que genera justamente "ser la mansión de los Goonies".
"Imaginate que comprás una casa, la arreglás, gastás dinero, tiempo y amor. Luego, la ciudad de Astoria alienta a [cientos de miles] de personas a venir y pararse frente a ella y verla. Este camino de entrada (mantenido por los propietarios) recibe más de 1000 personas todos los días. La mayoría de ellas son amables, divertidas y bienvenidas, pero muchas otras no lo son", decía la propietaria, Sandi Preston tiempo atrás.
El flujo constante de visitantes ha sido unos de los motivos, sin duda, por los que los dueños han decidido decirle adiós a su hogar. Sin ir más lejos, 7 años atrás, tras la visita de 15.000 personas a fotografiarse y observar la casa, llegaron a poner un cartel que decía: "Prohibido el paso a la casa de 'Los Goonies" y a tapar la casa con lonas. Es que el film dirigido por Richard Donner y producido por Steven Spielberg es todo un clásico.
La película se estrenó en 1985 y marcó a los jóvenes de la época. Protagonizada por Sean Astin (Sam de El señor de los anillos) y Josh Brolin (Thanos de Avengers: Infinity War), contaba las aventuras de Mikey, un chico de 13 años, y su pandilla de amigos, quienes buscaban un tesoro del siglo XVII siguiendo el mapa de un pirata mientras una familia de criminales los persiguía. Con el aditivo de que si no lograban encontrar el botín, sus familias perderían sus casas, los adolescentes se convierten en héroes.
Según el agente inmobiliario que está a cargo de la venta, Jordan Miller, el comprador “tiene que ser alguien que aprecie esta película, su historia y esta hermosa ciudad”. Más aún al saber que desde hace años se habla de una secuela y de una remake.
