Empecemos por el final: martes 26, diez de la mañana, Aeropuerto
Internacional de Ezeiza. Nicolás Cabré (25, actor de profesión y por vocación)
sorprende a su novia en la puerta de arribos. Florencia Torrente (16, hija de
Araceli González y modelo por hobby) se emociona al verlo.
Después, un reencuentro que incluyó abrazos, mimos y besos. Valijas que se
cargan en el baúl del coche y una salida con quinta a fondo.
La distancia, contarán sus allegados después, les jugó una mala pasada: ninguno
soportó la lejanía.
El nudo de esta historia: ellos, que están juntos desde hace cinco meses, se
separaron por cinco días y por primera vez.
La hija de Ara había decidido hacer un viaje a New York con su mamá. Una semana
en la Gran Manzana, ésa era la idea. Pero ninguna de las dos aguantó. La actriz,
porque extrañaba a su hijo Toto. La nena, porque extrañaba a su novio.
Aunque Florencia y Nico estuvieron en permanente contacto (se hablaban vía handy
durante el día y la noche), Flopi también quiso volver dos días antes de lo
previsto. El actor, entonces, le pidió a su jefe y "suegro" (de Adrián Suar
hablamos, claro) tomarse la mañana
del martes (está grabando Sin código, la nueva tira de Pol-ka) y la fue a
esperar a Ezeiza.
Y terminemos por el principio: se conocen desde hace cuatro años y fueron
amigos. Ella, incluso, lo invitó a su cumpleaños de quince junto a su novia de
entonces, Agustina Cherri. En mayo de este 2005 el galán, ya solo, se le animó:
la invitó a ver una película al Village de Pilar y muy pronto oficializaron la
relación. Hubo miedos, desde ya. La diferencia de edad (nueve años) era lo que
más asustaba a Araceli y a Suar. Nico, entonces, usó sus armas de seducción para
serenarlos. Dicen que les dijo algo así: "Para la joda tengo cientos de chicas.
Si quiero estar con Flopi es porque para mí esta historia va muy en serio". Y se
encargó de demostrarlo en todo momento. Hoy, el galán no sólo tiene permitida la
entrada a la casa de su novia en el Highland de Pilar, sino que cuenta con el
apoyo de sus suegros.
Ahí están ahora: aprendiendo a querer, a extrañar,
y a soportarlo…
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Durante los cinco días que estuvieron separados, no dejaron de hablarse vía handy. Ella le avisó que regresaría dos días antes. El no le dijo nada y la sorprendió en la puerta de "Arribos".
La distancia les jugó una mala pasada: se extrañaron más de lo pensado.
El martes 26, a la mañana, se reencontraron en Ezeiza. Hubo sorpresa (Flopi no sabía qué él la estaría esperando), un abrazo interminable y besos de bienvenida.
