“¿Batman? ¡No! De chico quería parecerme a Terminator” – GENTE Online
 

“¿Batman? ¡No! De chico quería parecerme a Terminator”

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Por favor, nada de preguntas acerca de su vida privada y de lo ocurrido recientemente en el set”, pide su asistente personal antes de que el personaje en cuestión ingrese a la suite 1018 del Four Seasons Hotel, en una Los Angeles milagrosamente lluviosa.

Para los que no lo saben, el entrevistado ha sido en los últimos tiempos epicentro de un par de escándalos. Primero, su hermana lo acusó de haberla golpeado. Y segundo, parece que el caballero llenó de insultos los oídos de algunos integrantes del equipo técnico de Terminator-La salvación, filme que se estrenará en nuestro país el miércoles 3 de junio y por el cual estamos aquí esperando que aparezca Christian Charles Philip Bale (nacido el 30 de enero de 1974 en Haverfordwest, Pembrokeshire, Gales), un actor especial (revitalizó como nadie la imagen de Batman, por si hace falta aclararlo) y un caballero bastante particular (no le gusta hablar de su familia, no le gusta decir si vive o no en esta ciudad, etcétera).

Por lo pronto, ahí lo vemos entrar veloz, luciendo una barba candado, una alianza de plata, un dedo enyesado, una camisa negra de hilo peruano, unos pantalones chinos y unas botas de gamuza marrón oscuro. Destapa una botella de agua sin gas Fiji, se la pone entre las piernas y pregunta sin más: “¿Arrancamos?”.

–La nueva secuela está ambientada en el año 2018, después del Apocalipsis. ¿Cómo se imagina en ese año?
–(Directo y sin mirar a los ojos del periodista) La verdad, no me interesa verme en esa época, y mucho menos me puse a pensar en ello.

–¿Considera que en su vida hay algo, al menos, del personaje de John Connor?
–No, ni creo que tenga que haberlo.

–¿Podría explayarse un poco?
–(Suspira fuerte y sigue sin mirar a los ojos) No me interesa… Lo que me importa es el guión y el trabajo a desarrollar. No es necesario acudir a elementos personales ajenos a la actuación cuando abordamos temas fantasiosos. El trabajo tiene que ver con atravesar diferentes personalidades y emociones. Me gusta tomar esos riesgos (interrumpe y bebe un sorbo). La variedad y la idea de arriesgarme son importantes para mí. En mi cabeza eso funciona así. Y espero que en la del público también.

–A propósito, ¿sabe que hace poco fue elegido por la revista Esquire como el hombre mejor vestido del mundo?
–(Se levanta de golpe y amaga con mostrarle al periodista la marca de su camisa) Sí. Pero... ¡vamos! (sonríe por primera y última vez). Es raro cuando te dan un buen traje para una première e impactas con ese look. Pasa que yo no tengo que ver con esa manera de vestir tan sobria y atildada de la que habla la revista. En general me visto de otra forma.

–¿Cuál?
–Otra.

–Okay... En las dos Batman, aquí en Terminator y en El maquinista, usted cambia constantemente su acento. ¿Por qué?
–Porque me da más posibilidades. O sea, si naces en una región particular de América, tendrás más posibilidades de obtener el papel con el acento de esa región. Es una forma de descubrir mejores personajes y encontrarles la esencia de la mejor manera. Me gustan esas transformaciones.

–A propósito de transformaciones, ¿cómo se ha preparado para las escenas de riesgo de Terminator 4?
–Es emocionante desde todo punto de vista, y también muy riesgoso. Hay que confiar en los muchachos que están a cargo de las escenas, los cables y los elementos de seguridad. Pero te acostumbras. Es más emocionante que saltar desde una montaña rocosa.

–¿Vio las anteriores tres películas de la franquicia?
–Varias veces. Son esas cintas que uno puede ver y volver a ver. Especialmente la segunda. Uno deseaba parecerse a esos personajes, en especial al Terminator de Schwarzenegger.

–¡¿De chico no quería parecerse a Batman?!
–¿Batman? No, yo de chico quería parecerme a Terminator.

–¿No es rara la idea de Terminator sin Arnold?
–No, porque los argumentos pueden cambiar. ¿Cuántas veces vale mantener el mismo argumento? Por otro lado, no creo que alguien tenga la intención de imitar los filmes anteriores. La mitología está muerta, a menos que la reinventemos y le pongamos algo para recrearla completamente.

–¿Le gustan los filmes de ciencia ficción?
–Sí, y veo muchos.

–¿Qué otros temas y géneros le atraen?
–El Holocausto, las guerras mundiales, las pesadillas y los juicios.

–¿Cómo sigue su carrera después de este estreno, Bale?
–(Mientras piensa, se acerca su asistente para adelantarnos que es la última pregunta) En estos momentos no sé qué me hace falta, o qué quiero hacer (levanta sus ojos hacia el periodista). Creo que me tomaré un tiempo para pensar y ver más allá. De momento, no voy a filmar otra película.

–¿Conoce o le han hablado de la Argentina?
–No, para nada.

–Ultima: ¿qué sintió cuando supo que Heath Ledger, el Guasón a quien enfrentó en su última película de Batman, ganó el Oscar post mortem?
–(De pie y a punto de retirarse) Que lo merecía, por cierto. Volví a juntarme hace poco con su familia. Llevan el tema con una enorme dignidad.

–Ultimísima: ¿qué le pasó en el dedo?
–Me lo fracturé en una escena de riesgo. Tengo para una semana más de yeso. ¿Suficiente?. “No es rara la idea. La mitología está muerta, a menos que la reinventemos y le pongamos algo para recrearla completamente”, opina Bale.

“No es rara la idea. La mitología está muerta, a menos que la reinventemos y le pongamos algo para recrearla completamente”, opina Bale.

El papel que hoy le toca encarnar a Bale es el de aquel bebé que crece en el vientre de Sarah Connor (Linda Hamilton) cuando finaliza Terminator (1984 –costó 7 millones de dólares y recaudó 79–).

El papel que hoy le toca encarnar a Bale es el de aquel bebé que crece en el vientre de Sarah Connor (Linda Hamilton) cuando finaliza Terminator (1984 –costó 7 millones de dólares y recaudó 79–).

No le gusta hablar de su hija. Tampoco de su mujer, aunque en la foto de la semana pasada, ante las puertas del teatro Chino de Hollywood, aparece abrazado a ella, Sibi Blasic, la ex asistente de Winona Ryder.

No le gusta hablar de su hija. Tampoco de su mujer, aunque en la foto de la semana pasada, ante las puertas del teatro Chino de Hollywood, aparece abrazado a ella, Sibi Blasic, la ex asistente de Winona Ryder.

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