Axel Kicillof: “Ser político no cambió mi esencia” – GENTE Online
 

Axel Kicillof: “Ser político no cambió mi esencia”

En pleno lanzamiento de la temporada de verano, el gobernador de la provincia de Buenos Aires se hizo un tiempo para conversar con GENTE en Mar de Ajó. En 43 minutos, repasa su gestión, se sumerge en la grieta del “mérito y el esfuerzo”, confiesa que extraña dar clases y se anima a responder una pregunta que intriga a muchos argentinos: ¿Se imagina presidente?
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La arena del partido de La Costa está tan revolucionada como los cientos de personas que se acercaron a uno de los paradores de Mar de Ajó para poder ver de cerca a Axel Kicillof (51). El gobernador de la provincia de Buenos Aires, que viajó a la ciudad costera para realizar el lanzamiento oficial de la temporada de verano y para presentar la nueva programación cultural de Paradores #ReCreo (iniciativa destinada a conocer los diversos atractivos de los destinos bonaerenses a través de políticas públicas), se mueve como pez en el agua estrechando manos, grabando videos con saludos, posando y escuchando palabras de votantes y no votantes.

Axel Kicillof recorrió el Partido de La Costa presentando la nueva programación cultural de Paradores #ReCreo, que promueve el turismo y el trabajo de la provincia.

“Axel, ¿me puedo tomar una selfie con vos?”, exclama una nena de cuatro años, haciéndose oír entre un sonido aturdidor y diametralmente opuesto al silencio que reinara en su entorno minutos antes, cuando Kicillof nos recibió en una oficina del Espacio Multicultural local. Allí mismo donde, mientras sostenía un maté celeste, escuchaba la primera pregunta, en realidad un saludo, “¿Cómo está?”, que derivó en la siguiente respuesta:

Axel: Estoy bien. Hoy largamos a las seis de la mañana, en La Plata, y viajamos a Mar Chiquita para inaugurar cien viviendas. Entregar viviendas es precioso: uno ve cómo entran las familias con los chicos y cómo van eligiendo sus habitaciones. Es muy emotivo porque a veces se trata de personas que están esperando hace mucho… Para que te des una idea, en Mar Chiquita hay una demanda de 800 viviendas, y éstas son sólo 100. Pero ya tenemos en curso otras trescientas/cuatrocientas. Y a nivel provincia, obviamente, los números son más grandes porque hay muchísimos pueblos del interior que vienen creciendo.

–Desde que asumió, usted visitó el partido de La Costa más de una quincena de veces. ¿Conserva recuerdos previos de ella, quizás de su adolescencia?

–Sí, ¡por supuesto! De adolescente vine varias veces con amigos y también con mis padres. Iba a Mar Del Plata, a Pinamar y a Villa Gesell. Y en otros momentos también visité Claromecó y Monte Hermoso. Igual, aunque la había recorrido bastante, no conocía la costa bonaerense rigurosamente como ahora, que he estado en todas las localidades.

“En los paradores de Mar de Ajó, Monte Hermoso, Villa Gessel, Mar del Plata y Chascomús se presentarán más de 2.500 artistas, que realizarán más de 1.200 funciones y eventos”, adelantó el gobernador.

–¿Y qué descubrió, qué resignificación le dio ahora?

–Ahora conozco el lado B del turismo, la trastienda. Es decir, a la comunidad, a los trabajadores, los empresarios, los emprendimientos, los gastronómicos, los hoteleros, y a todos aquellos que viven del turismo. O sea, no es lo mismo conocer al que te atiende en la carpa o al del parador, que estar al corriente de la realidad anual de aquellas localidades turísticas que a veces tenían temporadas que duraban dos meses y punto. Recién tuvimos una reunión con más de cien empresarios turísticos del partido, y me contaron que ya logramos estirar la temporada y que gracias a los viajes de egresados que venimos trayendo a la provincia, ahora los nueve parques temáticos que hay en nuestra costa están pudiendo abrir desde septiembre. ¡Y son seiscientos puestos de trabajo locales!

–En el encuentro con los empresarios del sector, algunos de ellos mencionaron que vienen padeciendo problemas para conseguir empleados: muchos les dicen que, si los toman en blanco, pierden planes. ¿Es algo que sucede en toda la provincia?

–Bueno, con eso pasa algo interesante… No es un tema de “los planeros”, como dicen, sino de los trabajos estacionales, porque acá hay trabajo un par de meses y después se corta. Entonces, ¿de qué va a vivir la persona? Esto mismo pasa en el sur de la provincia de Buenos Aires, donde se planta ajo y cebolla. Los trabajadores levantan la cosecha y se van, cuando allá en realidad quisieran que se radiquen para alargar la cosecha. Pasa que eso implicaría más escuelas y más hospitales, ¡porque deben darse derechos! Y después te dicen que hay muchos trabajadores del Estado. Pero hay que brindar más servicio y respuesta, porque eso es expandir un derecho. Ha habido una discusión sobre las necesidades y los derechos, aunque…, no sé si ésta es la nota para hablar de eso.

–Claro que sí, cuéntenos nomás…

–Carlos Rosenkratz, el famoso juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina dijo que cuando hay una necesidad, sale plata (N de la R: Lo declaró en una conferencia latinoamericana, afirmando que “no puede haber un derecho detrás de cada necesidad”), pero esa necesidad tal vez es comer, estudiar o trabajar. Entonces ahí tiene que haber una respuesta. Para mí es un derecho. Además, lo dice la Constitución Nacional.

La conversación entre GENTE y Axel Kicillof tuvo lugar en una oficina del Espacio Multicultural de Mar Ajó.

–¿Sigue de cerca la tasa de desempleo?

–Por supuesto. Cuando asumí, en diciembre del 2019, teníamos una tasa de desempleo del 13 por ciento, y después vino la pandemia que afectó todo el proceso laboral, pero ahora el desempleo bajó a la mitad. Aun así, hay problemas laborales y de ingreso. Recién me comentaban que al Municipio de la Costa, que tiene 96 kilómetros de frente costero, ahora viene más gente a pasar el fin de semana. Y es gracias a que terminamos una obra muy postergada: las autovías de la Ruta 11 y la Ruta 56. Una obra monumental y faraónica de 160 kilómetros de autopista.

–¿Hay alguna otra de tal magnitud en proceso?

–Sí, ahora lo estamos haciendo en la Ruta 3, que va para el centro de la provincia. Cuando yo asumí, todo el mundo me preguntaba: “¿Vas a terminar la Ruta 11?”. Y mi respuesta era: “¿Si la voy a empezar?”. Porque el gobierno anterior hizo 17 kilómetros de 160 y a mí me dejaron deudas, el obrador abandonado y la empresa prácticamente en juicio. A veces es más difícil terminar una obra que se empezó y se interrumpió mal, que arrancarla de cero.

–¿Qué otra “obra” finalizada en la Costa le provoca orgullo?

–Bueno, en la Costa hemos hecho muchísimo en salud y hemos abierto muchísimos hospitales. Después, están las obras de educación, cosas que quizás el turista no ve, pero hemos abierto centros universitarios para que el pibe que nace en el interior de la provincia no tenga que irse a Bahía Blanca, a Mar Del Plata, a La Plata, o más lejos. Y a mí me llena de orgullo que puedan cursar sus carreras en casi toda la provincia, porque eso tiene que ver con el arraigo. También trabajamos bastante con lo productivo y con los parques industriales, porque vos venís y comprás los alfajores, pero ¿quién los hace?, ¿cómo se distribuyen…?

Durante la charla, el gobernador se cebó su mate celeste y confesó risueño: En cada lugar que visito me dan alfajores, matés, termos, artesanías, salames y quesos. Me llenan de obsequios”.

–¿Qué es lo que usted, personalmente y no como político, más disfruta de la costa?

–Me encanta la playa en familia con los chicos. Así es como veraneamos.

–¿Era de ponerse a construir castillitos en la arena en familia?

–Sí, obvio. Pero ahora, si lo hago, me quedó solo, me dejan con la palita y el baldecito, porque mis hijos ya tienen 11 (Andrés) y 14 años (León), y paulatinamente dejaron de lado las cosas que antes les gustaban, como que los lleve a babucha y esas cosas. Todo eso ya no va más.

–¿Qué planes tiene para este verano?

–En Chapadmalal hay un lugar para veraneo del gobernador que está hecho desde la época de Perón. Son como unos chalets, y creo que vamos a ir ahí. Bah, yo voy a estar laburando todo el verano porque hay mucho trabajo en la temporada, pero la idea es que la familia se afinque ahí.

–Es decir que dejó de ver el verano como turista…

–Exactamente. Ahora, para mí, el verano es tiempo de trabajo. Por ejemplo, tenemos en marcha un operativo, llamado De sol a sol, relacionado con la seguridad y con la salud. Trajimos 22.300 efectivos, 480 móviles…

–¿Qué buscan prever?

–Más que prever, buscamos que haya mucha presencia. La presencia brinda tranquilidad, y queremos que sea un verano en paz. Obviamente que siempre van a haber robos y hurtos porque se van a movilizar millones de personas, pero deseamos que la provincia, que es el principal destino turístico del país y que posee casi el 50 por ciento del turismo interno, tenga una gran temporada. Después del triunfo de la Selección y de los nervios que pasamos, merecemos descansar en paz.

Un fanático de la selección le pidió una foto a Axel, y ambos posaron con una brillante imitación de la recientemente conquistada Copa del Mundo.

–Muchos resaltan que el Mundial también provocó más unidad, y esperan que tal unidad lleve a que sucedan menos conflictos.

–¡Ojalá! Hubo un momento de comunión en el que todos compartimos el furor por Argentina, la Selección, Messi y la Scaloneta. Por cierto, en Mar Chiquita también inauguramos una plaza donde antes había un basural a cielo abierto y los vecinos la bautizaron “La Scaloneta”. ¡Muy divertido! Espero que persista ese espíritu de lo nacional y de lo que tenemos en común. Pero ojo que muchas veces lo que se dice es más de los medios de comunicación que otra cosa, porque cuando uno recorre la provincia la gente no está en pie de guerra.

–¿Qué siente que se dice y que no es así?

–Bueno, los diarios nacionales, que son los diarios porteños porque te dicen cómo está el tráfico en la 9 de Julio y no en Mar Chiquita, tienen una mirada muy centralizada. Y yo veo que las noticias, las preocupaciones, los intereses y la agenda de la provincia no está en los noticieros de cable nacionales, que todo el tiempo se la pasan en esa cosa de la grieta.

–¿Le gustaría cerrarla?

(Titubea)… A mí me parece que hay discusiones políticas importantes, pero no es que se extienden a todos los aspectos de la vida. O sea, porque vos pienses que está buenísimo endeudar al país y yo piense que eso es muy malo, me parece un sin sentido que no podamos compartir un picadito en la playa, un asado o un juego de truco. Deberían poder convivir las dos sintonías. No tienen por qué ser dos países distintos. Alcanza con que discutamos las cosas importantes. La política y el destino del país son importantes y este año se juega si queremos volver a esa cosa del endeudamiento o si queremos más producción y trabajo… Es mi punto de vista y creo que hay que discutirlo. Yo no le tengo miedo a las discusiones ni a las pasiones. Lo que sí sostengo es que hay lugar para el encuentro. O sea, hasta se han roto familias por estas cosas y a mí me parece un poco mucho. Y siento que está fomentado, pero por lo menos lo mío no es la grieta.

“A disfrutar turísticamente la provincia de Buenos Aires vienen más de 16 millones de personas. Y hay que darles respuesta”, señaló el gobernador de la provincia de Buenos Aires.

–Ahora que todos realizan balances del año, ¿usted tiene algún pendiente para la provincia?

–Creo que todavía tenemos mucha deuda en el sistema educativo a nivel infraestructura. O sea, en tres años inauguramos ciento treinta escuelas, el doble que lo que hizo en cuatro años el gobierno pasado, pero falta y pretendo que en 2023 sigamos acelerándolo. Además, vamos a inaugurar unas 40/50 Casas de la Provincia de Buenos Aires, que son prácticamente centros cívicos, y también varios parques industriales, porque estoy convencido de que la provincia, que es el 40 por ciento del país y su corazón productivo, necesita mejor producción y mejor trabajo. También está toda la cuestión tecnológica y universitaria… Y sí, algunas expresiones políticas piensan que hay muchas universidades, pero yo siempre pienso que sin importar cuantas haya, hay pocas.

–Ahí se aprecia su corazón docente.

–Sí, claro. Yo vengo de ser profesor e investigador. De hecho, hoy tengo licencia por mi falta de tiempo, pero hasta llegué a dar seis materias juntas.

–¿Recuerda cuáles?

–Microeconomía 2, Macroeconomía 2, Análisis 2 de matemática, Historia del pensamiento económico y una en Sociales, que era Economía, para sociología.

–¿Es una etapa de su vida a la que siente que ya no va a volver?

–Mirá, a pesar de todo la extraño, eh. A mí me encanta dar clase. Tengo una gran vocación docente. Obviamente que tuve que aprender a sintetizar, porque uno en una clase tiene dos horas y un acto a veces son cinco minutos. También aprecio polemizar, que es algo a lo que los bonaerenses se han acostumbrado: tengo ideas muy firmes. A veces dicen “está enojado” pero no, es que estoy convencido y me gusta hablar con pasión porque creo en la política. Y a los que dicen que no quieren nada del Estado los invito a recorrer nuestra provincia, porque de los 135 municipios, 100 son del interior, y muchos de ellos rurales. Si ahí no está el Estado, ¿quién se va a ocupar? Hay que igualar oportunidades: está muy bien lo del mérito y el esfuerzo, pero el punto de partida tiene que ser parecido. La grandeza de nuestro país viene de la época en que se planificó su desarrollo y su industrialización. Y eso no lo hizo el Estado. Nunca nuestro país fue socialista o comunista, ¡ni remotamente! Lo que tuvimos mucho tiempo es una organización más grande entre los planes que tenía la sociedad en su conjunto, el Estado y los privados, y eso fue lo que nos permitió progresar.

En un alto de su concurrida caminata por las arenas de Mar de Ajó, Kicillof comentó: “En esta ciudad costera hay mucha obra pública. De hecho, hace poco tuvimos que reconstruir la escollera y es una de esas obras estructurales carísimas que la gente ni imagina”.

–¿Cree en el futuro?

–Mucho. Yo creo que tenemos un futuro inmenso. Para el caso, la provincia de Buenos Aires progresó muchísimo en este tiempo: tenemos más escuelas, hospitales, centros de salud, rutas, caminos rurales, frigoríficos, mercados municipales… Por cierto, los que vengan a veranear van a encontrar propuestas para todas las billeteras y bolsillos. La nuestra es una provincia bellísima con tesoros naturales y un potencial mucho más grande del que está aprovechado. Por eso, incluso, hemos desarrollado nuevos destinos turísticos como Chascomús. Hoy su intendente (Javier Gastón) me comentó que reciben 15 mil turistas y tienen 4.000 camas. ¡Da para triplicar la oferta!, pero hay que mejorar las rutas, la pista de aterrizaje, contratar trabajadores y, cuando estén, hay que sumar casas, escuelas y cajeros…

–Disculpe la frivolidad, pero ¿qué hace con los obsequios que le acercan en cada viaje? Por ejemplo, ese mate celeste que, vimos, le regalaron hace un ratito…

–En una vitrina debo guardar unos ciento cincuenta mates de la última recorrida. Es increíble porque además me los tallan y les ponen mi nombre. Imaginate que ahora me debo estar llevando unos diez más. En casa tengo un cuarto destinado a las artesanías. No así, a los alfajores, salames y quesos, que son perecederos (risas). ¡Es que siempre me regalan! En cada lugar que visito me llenan de obsequios.

–¿Acompaña por igual, sean de intendentes peronistas u opositores, a los 135 municipios que integran la provincia?

–Sí, yo considero que un intendente representa a su pueblo. De hecho, acá estuvo el de Dolores (Camilo Etchevarren), que es oposición, porque allá abrieron unas termas muy lindas. Ah, eso también. Todos piensan que las termas están en Entre Ríos, cuando acá también tenemos una lindísimas. Y no es que queramos competir con todos, para nada, pero en la provincia existen 300 mil kilómetros cuadrados con actividades y disfrute: hay un derecho a la felicidad, al descanso, a estar en familia y a tener esa tranquilidad del veraneo.

A trece horas de comenzar su jornada laboral, así sonría el gobernador en medio de la multitud. Este verano, él y su familia se alojarán en un chalet de Chapadmalal.

–La gente lo está esperando en el parador, así que, antes de despedirnos, quisiéramos realizarle una pregunta que comparten muchos argentinos: ¿Usted, se imagina presidente?

–No, no, no. Pero no porque quiera o no quiera, sino porque ahora me encuentro absolutamente absorbido por esta función de gobernador, que tiene sus dificultades y desafíos, además de mucha exposición, responsabilidad y exigencia. Pero a mí me encanta todo esto y siento que voy por buen camino. En cuanto a lo de las listas, los cargos y demás, los considero temas secundarios. Hoy vengo entusiasmado con un plan a seis años que se encuentra en pañales y a la vez va acumulando logros.

–¿Cuál diría que es su mayor logro personal?

–Mantener intacta mi esencia. Ser político no la modificó. Por supuesto que crecí y aprendí en este tiempo, pero mis ideas profundas, lo que quiero para el país y lo que quiero para los demás de ninguna manera cambió.

Por Kari Araujo
Fotos Martina Cretella y gentileza Ministerio de Comunicación

Agradecemos a Laura Culot y Matías Otero

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