“Aunque muchos dicen que no les importan los Martín Fierro, todos quieren conducirlos” – GENTE Online
 

“Aunque muchos dicen que no les importan los Martín Fierro, todos quieren conducirlos”

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Diáfanos, blancos, perfectos. Si algo abunda durante la entrevista son los dientes diáfanos, blancos, perfectos de ambos conductores. Bueno, no sólo durante. También brillan antes, cuando la cara distintiva de RSM, a pura simpatía, pide “un vaso de agua” y el rostro inconfundible de Odisea, aventura argentina, a puro respeto, escoge “una gaseosa”. Y también brillan a la hora de la despedida, con beso a la muchacha y apretón de manos al caballero. “Quizá nuestras sonrisas ayudaron a que nos llamaran para conducir la entrega de los premios Martín Fierro”, suponen Mariana Paula Fabbiani (8/1/1975, porteña) y Alejandro Marley Wiebe (1/6/1970, sanisidrense), quienes, chau suspenso, acaban de revelar el motivo central del reportaje.

–Quizás ayudaron sus típicas sonrisas. No obstante, si por eso fuera, los responsables de la Asociación de Periodistas de la Televisión y la Radiofonía (APTRA), hubiesen convocado a reidores profesionales…
Mariana:
En el caso de Marley, nadie duda de su talento y espontaneidad. Me pareció fantástico que lo hayan seleccionado. Siempre soñamos con hacer algo a dúo, pero no se dio. ¡Ni siquiera pude ir a uno de sus famosos viajes! Me parece que compartimos un estilo. Mi sensación es que ya hemos trabajado juntos.
Marley: Bueno, aparte yo le hice a Mariana la primera nota. Había llegado de grabar el videoclip Suave, con Luis Miguel, en 1993, y la invitamos a 360-Todo para ver. Salió tan simpática que a las dos semanas regresó junto a su abuelo, Mariano Mores.

–¡Entonces usted es el Romay de Mariana, Marley!
Los dos:
(Carcajada).
Marley: Sí, soy su Romay, y tengo el derecho de declarar que la eligieron por su prestigio, su carrera, su increíble simpatía y porque es una de las mejores animadoras actuales. Aparte de una de las figuras de América.
Mariana: América, Europa, Asia... (carcajada). Ya que estamos, agradecé que Telefe te dejó participar, aunque la ceremonia salga por nuestro canal.
Marley: Verdad. Gracias Claudio (Villarruel. director Artístico y de Programación). Al margen, lo importante –y venimos hablándolo con Mariana por teléfono– es saber que ambos vamos a contenernos, que si alguno se mete en un laberinto el compañero lo rescatará.
Mariana: Hay que trabajar en equipo, cuidarnos las espaldas. Además, a los dos nos revienta competir por ver quién cierra la frase, quién abrió el sobre anterior. Acá armaremos el rompecabezas en conjunto. Sólo nos importa generar un lindo momento.

–Loable objetivo. Ahora, ¿se cotiza un conductor luego del Martín Fierro?
Marley:
Ojalá. Se trata del principal reconocimiento, de nuestro Oscar.
Mariana: Presentarlo equivale a llevarse uno. Te cotizás más por un rato. Después necesitás sostenerlo. No te asegura la continuidad laboral. Ahí depende de vos. Muchos dicen que no les importan los Martín Fierro, pero por algo todos quieren ganarlos.
Marley: O conducirlos. Al menos me refiero a nosotros, que somos un par de loosers y nunca obtuvimos ni medio.
Mariana: Por lo menos así nos aseguramos subir al escenario. Te lo confieso yo, que recibí varias nominaciones y jamás me llevé nada a casa.

–Bueno, el director de cine Martin Scorsese recién logró el Oscar en su octava oportunidad…
Mariana:
Pero él sabía que alguna vez lo iba a ganar...
Marley: Como se te dará a vos el 23 de mayo a partir de las 21, linda.
Mariana: Gracias, amigo. Ocurre que en mi grupo de candidatas (Labor Conducción Femenina) aparece, por ejemplo, Mirtha (Legrand).
Marley: Al menos te ternaron. Yo, en cambio… (amaga lloriquear).

–No se ponga triste, Marley. Recuerde que acaban de oficializarlos como los conductores con menor promedio de edad de la historia de los Fierro.
Marley:
Cierto.
Mariana: Claro. Además, es un voto de confianza. Te genera adrenalina. Si bien en realidad, a la hora de la transmisión, en el salón nadie te escucha. Se piensa en la comida, en saludar, se cierran programas, se pasan facturas.
Marley: Seguro. Que la entrega se haya convertido en un evento social representa una tranquilidad para los que nos paramos ahí arriba.

–Cuando a ustedes les tocó la ubicación de abajo, las mesas, ¿solían ejecutar la “Gran Cacho Rubio” –léase saludar sin excepción a todo el que avance en busca de su trofeo–?
Marley:
Cero. Me considero vergonzoso.
Mariana: Igual. Es un momento de euforia, que me da impresión. Se maneja una energía rara. Demasiado ego junto. Yo no salgo de recorrida. Hay gente que concurre sólo para eso.

–Penúltima: ¿qué clase de pareja conformarán? ¿Bonnie & Clyde, porque van a robar? ¿César y Mónica, porque rebosarán dulzura? ¿O Roccasalvo y Monti, porque arrancarán con el trencito y terminarán a las piñas?
Mariana:
Che, pará… Robar, no le robamos a nadie. Nos convocaron. Prefiero hablar de dos animadores desestructurados que acudirán a su estilo natural y ameno.
Marley: Trataremos de parecernos a los de nuestros ciclos, e intentaremos divertirnos… Ah, Mariana, no te olvides de avisarme si me descubrís masticando un chicle por los nervios. La otra vez guardaba uno escondido en el cachete mientras animaba un desfile, grité “¡¡¡Vamos!!!” y el chicle salió disparado.
Mariana: (Carcajadas) Si me olvido de avisarte, te enterarás por mi tentada.

–¿El mayor riesgo de la noche será la tentada de Mariana o el blooper de Marley?
Los dos:
Ambas cosas (carcajadas).

“<i>Ante los invitados y el público acudiremos a nuestro estilo natural y ameno</i>”, anticipan, estatuilla en piso, los nuevos responsables de la ceremonia.

Ante los invitados y el público acudiremos a nuestro estilo natural y ameno”, anticipan, estatuilla en piso, los nuevos responsables de la ceremonia.

“Es un voto de confianza. Te genera adrenalina. Si bien a la hora de la transmisión, en el salón nadie te escucha. Se piensa en la comida, en saludar, se cierran programas, se pasan facturas” (Mariana)

“Es un voto de confianza. Te genera adrenalina. Si bien a la hora de la transmisión, en el salón nadie te escucha. Se piensa en la comida, en saludar, se cierran programas, se pasan facturas” (Mariana)

“…Ah, y no te olvides de avisarme si me descubrís masticando chicle por los nervios. La otra vez guardaba uno escondido en el cachete mientras animaba un desfile. Grité ‘¡¡¡Vamos!!!’, y el chicle salió disparado” (Marley)

“…Ah, y no te olvides de avisarme si me descubrís masticando chicle por los nervios. La otra vez guardaba uno escondido en el cachete mientras animaba un desfile. Grité ‘¡¡¡Vamos!!!’, y el chicle salió disparado” (Marley)

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