«Aunque labure de galán, tengo baja autoestima» – GENTE Online
 

"Aunque labure de galán, tengo baja autoestima"

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Tuvo un día horrible. Encima que llueve, le robaron el estéreo de su Ford
Fiesta
, así, sin mucha ceremonia, y encima la máquina esa que te da los
tickets
para que la grúa no te lleve el auto le comió tres pesos. Se quiere
matar. Pero, sabe, su vida sigue en el teatro Metropolitan, donde desde
enero, se las tiene que ver con una desnuda e impactante Nacha Guevara. Y
continúa en los estudios de América, donde graba Doble Vida y
tiene escenas de sexo con Juanita Viale.
Está actuando, la que siempre quiso, pero no es tan simple. A Felipe Colombo
–México DF, 8 de enero de 1983, hijo de actores, con el acento que le quedó de
allá–, le tocó una bastante brava: crecer, hacerse cargo, armar la vida. Otra
vida, que seguro no muestra la tele. Esa que transcurre en su departamento de
Belgrano.
Chiquito, sí, pero bien prolijo y todo suyo, con una colección de más de cien
calzoncillos con dibujitos. Esa junto a su novia modelo, Cecilia Bonelli, de la
agencia de Ricardo Piñeiro, que salió del programa Súper M, muy bonita y
un poco más alta que él. Esa que le pone motes, según los éxitos: “el nene
de Chiquititas, “el ídolo teen” de Erre Way y “el
galancito
” de ahora. Y después, quién sabe.

–Ya no más idolatría teen. Ahora, a las tablas.
–Mirá, más que nada volver a hacer teatro fue una decisión muy personal. No
lo hacía desde chiquito, cuando me fui de México. Lo necesitaba. Paré la tele
después de Rebelde Way para ajustar mi vida. Me mudé solo, que es un
estrés bastante interesante. Y así organizar mi mente, mis prioridades. ¿Qué
tipo de actor quiero ser? Necesitaba actuar. Bueno, por suerte pintó lo de El
Graduado
. Hice el casting y todo. No hacía uno desde chico.

–Bueno, ahora, creciste.
–La crisis de los 20 la sufrí tanto como la disfruté. Para mí fue un desorden
emocional muy fuerte. Fue loquísimo crecer en cámara. Veo los cambios, los
looks
, los programas, pero siempre preservé mi mundo interior. Al final,
pasaba de las giras y la locura con Erreway a llegar a mi casa y estar
completamente solo. Era ir de la euforia a las depresiones más horribles. Me
costó ajustarme, ocuparme de cosas de adulto, nada glamorosas, como los
impuestos. Nunca entendí qué carajo me decía la contadora. Entendí que la
madurez llega cuando te hacés cargo de tu vida.

–¿Te aburre todo eso?
–No, al contrario. Me divierte, y me atrae mucho. Si la pifio, la pifio yo,
y la arreglo yo. Nunca voy a perder mi parte infantil, no quiero. Laburé toda mi
vida, quemé muchas etapas. Mi papá siempre me dice: “Si yo me muero, vos
salís a escena igual. Sólo se falta al teatro con certificado de defunción
”.
¿Ves? Eso es hacerse cargo, es mi modelo de vida. Además, para los domingos, que
me deprimen un montón, llegar al teatro es un placer.

–Bueno, el resto del día, estás filmando Doble Vida.
–Es un deleite, estoy con flor de elenco, como Jorge Marrale, Moria, Claudia
Lapacó, Gonzalo Valenzuela... Yo me enamoro de Barbara Lombardo. Juanita es mi
secretaria en la clínica. Su personaje es bastante cachondo, tiene una cosa muy
perversa. Fue mi novia, y quiere volver, así que en la oficina se me vive
tirando encima. Bueno, Pastor, mi personaje, no es de palo, y agarra viaje.

–¡Epa!
–Grabé dos escenas de sexo hasta ahora. Una con… ¡Mónica Gonzaga! Que fue
buenísima, por cierto. Y con Juanita fue en un jacuzzi. Estábamos medio
nerviosos, pero todo bien. Cero juicios. Imaginate, es medio difícil estar
desnudo con veinte tipos filmándote mientras simulás tener sexo. Pero con
Juanita la pasamos bárbaro. Además, soy un tipo con pocos pudores.

–Con Nacha también tenés lo tuyo en El Graduado.
–Es que la química es genial. Es una maestra. Nos matamos de risa, y es
súper estricta para trabajar. Tiene ese poder, esa capacidad de juego. En el
escenario es maravilloso, jugamos. Nacha lo dice: “Actuar es jugar”.

–Mucho sexo simulado, Colombo. ¿Y tu primera vez?
–¡Uf! ¡Esto, si lo lee mi viejo, me mata! Fue en su departamento, porque
está separado de mi vieja. Tenía 15, fue con una novia francesa de mi edad. Nos
metimos en la ducha, franeleamos un rato y bueno, ya sabés lo que sigue. Fue
medio tosco. Pero lo disfruté. Las francesas tienen algo especial.

–¿Se viene el Felipe galán?
–No me gustaría estar cerrado en ningún papel. Si es de galán, está bien,
pero no para siempre. No reniego para nada de Rebelde Way, me dio placer
hacerlo, pero tenía que seguir adelante. Al fracaso no le tengo miedo. Y ser
galán no es el objetivo

–Tanto actuar, debés llegar fusilado por la noche…
–¡Muerto! ¿Sabés? En la vida soy, fundamentalmente, un vago. Trabajo todo un
año para no trabajar al siguiente.

–¿Y en los ratos libres?
–Los quiero tener, días y lugares. Me encanta ir a México, juntarme con mi
mejor amigo, Fefé, para tomar una cerveza, o desde acá, hablar con mi papá por
teléfono si tuve un mal día. Me gusta la capacidad de estar sin hacer nada con
alguien.

–Ahora la tenés a Cecilia.
–Hace seis meses que salimos. Grabó una vez conmigo en Rebelde Way,
estuvimos charlando, la llevé a su casa. Salimos un tiempo, y se cortó. Después
volvimos.

–Cualquiera diría: “Novia modelo, sos un capo”.
–No entra por ahí, es otra cosa. Ella me quiere y aguanta mucho. Es difícil
encontrar una chica que se banque el ritmo que tengo yo.

–Vámonos de fiesta. Sábado a la noche.
–¿Los míos? No son gran cosa. Salgo a cenar después del teatro, con alguien
del elenco. Me pinta ir a bares. Nunca fui bolichero. Tengo el departamento,
invito gente. No me va descontrolar mucho. ¡Función con resaca es lo peor!

–¿Cuánto medís?
–¡Uy! Eso... Bueno, debo andar entre 1,65 y 1,67.

–¿Tenés complejo de petiso?
–Antes, mucho. Pero entre la resignación y la aceptación, se lleva.

–Irás a terapia.
–Voy, una vez por semana. Laburo de galán, pero tengo baja autoestima. Y me
ayuda. Me da la capacidad de tener una visión amplia, de no centrarme sólo en lo
que siento.

–¿Y con lo que tenés? ¿Qué sentís?
–Yo estoy feliz. Con mi vida y mi trabajo. Hago lo que me gusta, y tengo ese
privilegio enorme. Para mí, actuar es un placer, ¡y encima me pagan! Estoy
tratando de mantener los pies en la tierra, de nutrirme de todo. Y de
aprovechar. El tren pasa, y yo no espero. Laburé mucho para esto. Mirá, yo tengo
tan poca suerte que si llueve sopa, casi siempre tengo un tenedor. Pero cuando
tengo cuchara, la uso. Y bien usada.

Felipe y su transformación: del nene de <i>Chiquititas</i> al galancito de hoy.<br />
Ahora, dice, con acento mexicano: “<i>estoy tratando de mantener los pies en la<br />
tierra, de nutrirme de todo. Y de aprovechar</i>”.

Felipe y su transformación: del nene de Chiquititas al galancito de hoy.
Ahora, dice, con acento mexicano: “estoy tratando de mantener los pies en la
tierra, de nutrirme de todo. Y de aprovechar
”.

Pegada al mentón, su otro amor: la guitarra <i>Rickenbacker</i>, bien <i>beatle</i>,<br />
como la de George Harrison. Y toca bastante bien. Tanta rutina, dice, lo deja<br />
muerto, pero le encanta. <br />
 

Pegada al mentón, su otro amor: la guitarra Rickenbacker, bien beatle,
como la de George Harrison. Y toca bastante bien. Tanta rutina, dice, lo deja
muerto, pero le encanta.
 

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