Mirá la felicidad de los brasileños, cómo goza el momento Ronaldo, trofeo en mano. ¡Hace cuatro años que esperaba la revancha! Me hace acordar… Y mirá la tristeza de los alemanes, cómo
pena Oliver Kahn, apoyado en el arco. ¡Le va a durar cuatro años la amargura! Me hace acordar…
Nostalgia y angustia. Lo que invade el alma de Carlos Bilardo, aquí, en la bandeja media del
Estadio de Yokohama, Japón, donde Brasil acaba de coronarse pentacampeón mundial de fútbol, se llama nostalgia y angustia. Lógico, setenta metros abajo surge, al lado de Eric Cantoná, la cabeza enrulada y la humanidad entera de Diego Maradona, y el recuerdo se torna recurrente, indomable… Nostalgia, de escuchar la risa loca. Y angustia, de sentirse abandonado.
-Vamos, doctor, deje que su memoria se exprese.
-¿Sabés que todavía no aprendí a describir qué sentí cuando participé en ambas finales? La noche previa sin dormir, el micro que llega y parte, entrar al vestuario, cambiarse, el pitazo, los nervios, el sueño de tu vida que viene y se va. La explosión de la victoria, como nos sucedió en México 86, o la desazón de la derrota, como nos sucedió en Italia 90. Salir segundo te deja peor que salir tercero.
-Como argentinos típicos, entonces, seamos exitistas y dediquémonos al mejor. ¿Brasil fue el mejor, no?
-Seguro, aunque a muchos argentinos típicos no les guste. Claro que el encuentro se planteó al revés de entrada: Alemania atacando, Brasil esperando. Pasa que cuando aquéllos se cansaron, éstos se agrandaron. Es raro en un partido decisivo, pero salió un lindo espectáculo. Ya que de mejor y mejores hablamos, yo lo considero el mejor partido del torneo. Venció quien mostró más técnica.
-¿Sigue valiendo más el potrero que el gimnasio?
-Sigue, aunque no nos descuidemos. Corea llegó a semifinales. Asia siempre se destacó por lo físico y la disciplina, y ahora el holandés Guus Hiddink -junto a Luis Felipe Scolari, el otro gran entrenador de la competencia- le agregó un esquema variable e interesante. Preparémonos. Y también para cuando los espigados africanos, tan hábiles pelota en pie, coman bien y planeen objetivos. Sin embargo…
-Sin embargo.
-Regresemos a Brasil y Alemania: cierto par de genialidades de Rivaldo y Ronaldo, la indiscutida figura general, 2-0 y a cobrar. Una copa excelente en lo organizativo (construyeron 17 estadios y habilitaron teléfonos públicos con cámaras), sin novedades a nivel táctico, bravo en cuanto a los precios (un café y una porción de pizza = 8 dólares) y bueno deportivamente, donde, repito, predominó la técnica de los equipos sudamericanos como el brasileño.
-Dijo "equipos" en plural. ¿Incluye a Argentina, eliminada en la rueda inicial?
-Incluyo a Argentina. En nuestro país apareció una seguidilla de talentos que comenzó con Orteguita, Gallardo y Verón y continuó con Riquelme, Aimar y D´Alessandro. Pocos países del planeta generan tantos habilidosos. Se viene una revancha bárbara en Alemania 2006.
-Para usted, ¿fracasamos en Corea-Japón 2002?
-Soy técnico. No me pidas esa respuesta.
-¿Y le parece que Marcelo Bielsa debería reasumir?
-Soy técnico. No me pidas esa respuesta.
-Conclusión: currículos sobre la mesa y respuestas medidas, ¿aceptaría Bilardo una nueva convocatoria?
-…Hasta noviembre, mientras decido si me postulo a Presidente de la Nación, olvidate. De no conseguir apoyo económico para la campaña, escucho ofertas.
-¿Le interesa la idea de tomar revancha con sus propias manos?
-Me interesa ganar. A los argentinos, terminar después del número 1 no nos sirve.
De frente y de espaldas, el merecido team triunfador. Ellos festejaron. Ellas demostraron cuán felices estaban. Ronaldo, genio y goleador con 8 tantos, 2 contra Alemania: igualó a temprana edad (25 años), los 12 de Pelé en Campeonatos del Mundo y avanza tras los 14 goles del histórico Gerd Müller.
Llevan 5 títulos en 7 desenlaces. Ronaldo Luis Nazário de Lima (Ronaldo) grita un tanto y consuela al enorme arquero Kahn. La alegría del bicampeón y capitán Cafú, recordman al disputar tres finales consecutivas.