Así crió el Rey del Pop a sus tres hijos – GENTE Online
 

Así crió el Rey del Pop a sus tres hijos

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Durante tres meses y medio, Katherine Jackson se instaló en la Corte de Santa Bárbara. Y no faltó a ninguna de las audiencias en las que su hijo, Michael Joseph Jackson, era juzgado por abuso sexual a un menor. Fue la única de la familia que tuvo asistencia perfecta y que, como nadie, sirvió de apoyo para que MJ no terminara de desmoronarse.

Katherine –hoy de 79 años– sabe de sufrimientos. Vaya si lo sabe. Nació en Alabama, en el profundo Sur estadounidense, rodeada de plantaciones de algodón, tabaco y maíz, un paisaje que conserva los ecos de cada esclavo que sudó sus ilusiones. Y luego marchó hacia Chicago, adonde llevó su blues de pesadumbre y tuvo que luchar contra la poliomielitis, otro revés que le dejó su marca (dificultades al caminar). Cálida y gentil, su voz de azúcar la acompañó durante la adolescencia, al compás del piano, y supo que algún día legaría aquel don. Se casó a los 19 con Joe (quien la habría engañado infinidad de veces, incluso con las groupies de los Jackson Five, a la vista de sus chicos) y, de los diez hijos que tuvieron, fue Michael el que más se pegó a ella. El de la voz meliflua. El que la secundó en cada caminata, Biblia bajo el brazo, para contar quiénes son los Testigos de Jehová. El que escribió en su testamento, en el 2002, quién debía ocuparse de sus hijos en caso de que muriera. La abuela Katherine, por supuesto.

El pasado jueves, un juzgado de California le otorgó a Katherine la custodia de Prince Michael (12), Paris (11) y Prince Michael II (7), dando fin así a uno de los capítulos más importantes de esta novela. Los pequeños, quienes desde la muerte del cantante (25 de junio) vivían con su abuela en la casa de Encino, California, permanecerán allí y podrán ser visitados por su madre biológica, Debbie Rowe. Uno de los principales deseos de MJ, entonces, acaba de cumplirse. Pero el remolino no se detiene. Qué va. La muerte más mediática del planeta sigue generando un vendaval de noticias que, lejos de acallarse, aumenta en intensidad.

El tema de la custodia había abierto un enorme interrogante en la saga jacksoniana. Según se supo, el arreglo con Rowe (la madre sustituta que tuvo a Prince y Paris) no incluyó dinero. Pero sí le aseguró a la mujer un régimen de visitas, que la acercará como nunca a sus hijos. Rowe y Jackson se casaron en noviembre de 1996, en Sydney, Australia, y la unión fue vista como un matrimonio por conveniencia: Debbie tendría los hijos que MJ anhelaba y que Lisa Presley, primera esposa del cantante, no quiso traer al mundo.

Se habían conocido en el consultorio del dermatólogo Arnold Klein, donde Rowe trabajaba como asistente. Sí, el mismo Klein al que señalan como uno de los que regularmente le suministraba drogas al artista. Otros llegaron más lejos: sospechan que Klein sería el padre biológico de Prince y Paris, ya que Rowe admitió no haber tenido sexo con Jackson. “Fui fecundada y el esperma no era de Michael”, afirmó. Después de tener a Paris, en abril de 1998, Rowe quedó estéril. “Y ahí acabó todo”, asegura. Sobrevino el divorcio y, tras recibir una millonaria cantidad de dinero, la enfermera se desvaneció. En el 2005, cuando su ex marido enfrentó el juicio por abuso sexual, intentó recuperar la custodia. Y no se supo mucho de ella hasta ahora, cuando volvió a escena para, en principio, reclamar la tenencia. Epílogo: resolución mediante, Debbie por fin podrá conversar cara a cara con sus hijos y contarles su versión de la historia. Asimismo, la propia Rowe solicitó que Prince y Paris reciban ayuda psicológica para lidiar con esta nueva alternativa.

A la luz de los hechos, emerge un interrogante para nada menor: ¿los hijos de Michael lograrán procesar todo lo que ocurre a su alrededor? El reciente testimonio de un empleado reveló que Prince, el mayor, asumía con regularidad el liderazgo de la casa. “Su madurez es asombrosa. Parece un hombre en el cuerpo de un niño”, contó Doug Jones, un ex cocinero de la familia. Qué ironía: si a MJ se lo describía como un niño en el cuerpo de un hombre, de Prince se presume todo lo contrario. “Muchas veces hacía de vocero de su padre delante de nosotros, muy ubicado y sin faltar el respeto. Es todo un líder silencioso”, agregó.

Otra empleada, la cocinera Kai Chase, describió cómo el misterioso doctor Conrad Murray recurrió a Prince el día de la tragedia. “Yo estaba preparando el almuerzo, serían las 12.05, cuando el médico bajó corriendo, con tubos de oxígeno en los brazos, pidiéndome a los gritos que encontrara a Prince. Estaba desesperado. Fui a buscarlo: el niño estaba jugando con sus hermanos. Rápidamente se reunió con el doctor, hablaron y descubrí a Paris con lágrimas en los ojos. Al rato llegaron los paramédicos y nos juntamos los tres empleados (ella, la niñera y el ama de llaves) con los chicos, para rezar tomados de la mano”, relató Chase. Una hora después, todos fueron sacados de la mansión, mientras Jackson sucumbía en el hospital de la UCLA.

Paris multiplicó su rostro, otrora cubierto por mascarillas carnavalescas, durante el velatorio de su padre. Su breve e inolvidable discurso, cuando dijo que lo recordará como al mejor padre posible, no estaba en los planes de nadie. Y se transformó en la imagen más conmovedora de cuantas sucedieron desde el 25 de junio. Incluso se rumoreó que la niña tiene ganas de grabar una canción en memoria de su papá, algo que el abuelo Joe seguramente aprobaría. El que sí iba a debutar como vocalista era Prince, durante los fallidos conciertos de Londres que iba a realizar Michael (habían ensayado el dúo y todo). Sin embargo, los íntimos afirman que el talento oculto de la familia es el benjamín Michael II, apodado Blanket (manta). Durante el velatorio de su padre, con un muñeco del Rey del Pop en mano, apenas alzó la vista. “¿Dónde fue papá? ¿De vacaciones?”, le preguntó a su padrino, Mark Lester (íntimo amigo de MJ), en medio de tanta confusión. “Me quebró el corazón cuando me hizo esa pregunta inocente, justo después del velatorio. Está claro que Blanket aún no entiende lo que sucedió”, contó Lester. Todavía se ignora quién es la madre de Blanket, el más histriónico de los tres.

La última noticia del culebrón, casi como si el guión lo pidiera, la entregó el abuelo Joe: “Yo sabía que Michael tenía otro hijo”, afirmó, como si nada. Y señaló al rapero noruego Omer Bahtti: “Se parece a un Jackson, actúa como un Jackson y puede bailar como un Jackson”. Una fuente reveló que Bahtti, nacido en 1984, estaba sentado en primera fila el día del funeral. ¿Habrá examen de ADN?

Y mientras allanan la casa y el consultorio del doctor Murray en Las Vegas, la Policía sigue buscando la ruta de los médicos que le suministraban drogas a Jackson. Se sabe que Murray, un cardiólogo con problemas económicos contratado para ser su médico personal, estuvo en el momento del colapso. Y que le practicó, infructuosamente, masajes cardiopulmonares hasta que decidió llamar al 911. La pregunta que sobrevuela y cobra fuerza es la siguiente: ¿Murray le administró una dosis del anestésico Diprivan (propofol) durante las horas previas a la muerte? Y si fuera así, ¿una sobredosis de la droga fue la causa del fin? Todo debería aclararse cuando la autopsia, cuyos resultados se siguen demorando en demasía, salga a la luz. O sea, esta historia continuará…. Paris (hoy de 11 años) se apresta a soplar las cuatro velitas de la torta; su hermano Prince, un año mayor, mira con atención. En Neverland, papá sabía hacerlos reír.

Paris (hoy de 11 años) se apresta a soplar las cuatro velitas de la torta; su hermano Prince, un año mayor, mira con atención. En Neverland, papá sabía hacerlos reír.

Michael disfrutaba de cada momento que pasaba junto a sus hijos, y trató de darles todo el cariño que él, siendo niño, nunca recibió de su padre Joe. Se criaron rodeados de niñeras y enfermeras personales. Tal como ordenó en su testamento, su madre, Katherine (en la imagen, junto a Paris y Blanket en el funeral) se ocupará de ellos.

Michael disfrutaba de cada momento que pasaba junto a sus hijos, y trató de darles todo el cariño que él, siendo niño, nunca recibió de su padre Joe. Se criaron rodeados de niñeras y enfermeras personales. Tal como ordenó en su testamento, su madre, Katherine (en la imagen, junto a Paris y Blanket en el funeral) se ocupará de ellos.

Para el nene, las excentricidades de Neverland fueron siempre moneda corriente, el ámbito donde le tocó criarse. Papá, siempre cariñoso, planeaba cantar con él durante los conciertos de Londres.

Para el nene, las excentricidades de Neverland fueron siempre moneda corriente, el ámbito donde le tocó criarse. Papá, siempre cariñoso, planeaba cantar con él durante los conciertos de Londres.

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