Argentina llegó a los 100.000 muertos por coronavirus: las dolorosas historias de las vidas perdidas en la pandemia – GENTE Online
 

Argentina llegó a los 100.000 muertos por coronavirus: las dolorosas historias de las vidas perdidas en la pandemia

El Gobierno nacional decretó hoy cinco días de duelo nacional tras haber alcanzado ayer la monumental cifra de víctimas.
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Argentina llegó ayer a la cifra que nadie quería alcanzar. La que se intentó evitar desde el inicio de la pandemia, tomando medidas que tuvieron un enrome costo económico, psicológico y educativo para la Argentina. "Prefiero un 10% más de pobres y no 100 mil muertos", dijo Alberto Fernández a comienzos del aislamiento obligatorio decretado en abril de 2020.

En medio de la campaña de vacunación, cuando el Gobierno intenta llegar a septiembre con toda la población vacunada, miles de argentinos fueron alcanzados por el virus y no llegaron a recibir a vacuna.

Hoy el Gobierno decretó cinco días de duelo. "Declárase Duelo Nacional en todo el territorio de la República Argentina por el término de cinco días, como consecuencia del fallecimiento de más de 100.000 personas, habitantes de nuestro país, víctimas del Covid-19", dice el Decreto 459/2021 publicado hoy en el Boletín Oficial.

En su artículo 2, el decreto expresa a las familias de las personas fallecidas "las más sentidas condolencias del Gobierno nacional". Además, en los considerandos de la medida, se expresa que "cada una de esas personas tenía un nombre, una vida, familiares, amigos, amigas y afectos" y que "un dolor inmenso atraviesa al conjunto de la sociedad por todas y cada una de las personas que fueron víctimas fatales de la pandemia".

A continuación, algunas de las historias de los argentinos que murieron en la pandemia.

El primer caso del país

Según los registros oficiales, Guillermo Abel Gómez fue la primera persona en morir en el país a causa de coronavirus.

Tenía 64 años, había viajado a París y, al regresar, quedó internado en el Hospital Argerich. El hombre padecía diabetes, hipertensión, bronquitis crónica e insuficiencia renal.

La joven fotografiada en el piso de un hospital

Lara Arreguiz tenía 22 años, era estudiante de veterinaria y diabética. La joven acudió a la guardia de un hospital en la ciudad de Santa Fe y se acostó en el piso del hospital mientras esperaba ser atendida.

Su madre, Claudia Sánchez, publicó una foto de Lara en un pasillo, tapada con barbijos mientras esperaba para ser atendida. “Ingresamos y Lara ya estaba muy descompuesta, se ahogaba. Insistí tres veces en admisión para que por favor nos hagan pasar porque se desmayaba. Nos dejaron en un pasillo, donde pasaban pacientes con o sin Covid”, contó la mujer sobre lo que vivió en el Hospital Iturraspe.

La enfermera que contrajo el virus dos veces

María Castellón tenía 34 años, era enfermera, y trabajaba en el sector COVID del Hospital Santojanni. Había sido vacunada con las dos dosis de la vacuna Sputnik. Al momento de contagiarse COVID-19, estaba en su casa de licencia por una fractura de hombro. Levantó fiebre y se fue a chequear al hospital en el que trabajaba. Según indicaba el protocolo, la mandaron a realizar el aislamiento en su casa ya que solo presentaba fiebre.

El impacto de la muerte de Viale

El fallecimiento de Mauro Viale provocó una profunda conmoción en el país. El conductor quedó internado el sábado 10 de abril en el sanatorio Los Arcos tras haber sido diagnosticado con una neumonía bilateral luego de haber contraído Covid-19. Al día siguiente murió, a la edad de 73 años.

Viale había sido vacunado días antes y lo había contado en su programa.

La joven que no creía en el coronavirus

La semana pasada se conoció el caso de una adolescente de 16 años que murió en Corrientes. La madre de la joven contó que la adolescente -que no era paciente de riesgo- "no creía en la enfermedad". Naim Soledad Cabral falleció tras contagiarse el virus y pasar unos días internada.

Karina, la madre de la adolescente, compartió la historia de su hija para generar conciencia en los jóvenes. “Naim no me escuchaba, yo le decía que no comparta el tereré y el mate con todos, pero igual lo hacía, le pedía que no me abrace y bese, porque soy de riesgo y no sabía con quién había estado, y ella me decía que era una pavada, que nadie estaba enfermo”, contó la mujer.

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