“Apostamos a que esta vez nuestro amor funcione” – GENTE Online
 

“Apostamos a que esta vez nuestro amor funcione”

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Viernes 4 de noviembre, 18 horas, Ezeiza. Todo estaba armado para no levantar sospechas, como hacían de dos meses a esta parte para verse. Llegarían por separado y jamás se cruzarían en el aeropuerto ni en el vuelo –todo milimetrado por el chat de Blackberry–. Calcularon hacer el check in en distintos momentos, procuraron no encontrarse en la sala VIP, y hacer la fila para el vuelo de Air France con destino a París separadísimos el uno del otro. Pero no iba a ser tan fácil. “El señor Redrado ya embarcó”, le comunicó a Luciana Salazar (31) un empleado de la aerolínea cuando se acercó a la fila, dando por sentado que viajaban juntos. Ella se hizo la distraída y rogó internamente que la escapada romántica a once mil kilómetros de Buenos Aires fuera lejos de los flashes de los paparazzi. Pero la era de los celulares y la globalización no les jugó a favor. Una turista los descubrió y en poco tiempo ya circulaban las fotos en Twitter, con un sin fin de especulaciones que esta redactora y la corresponsal de GENTE en Francia, Danielle Raymond, no dudamos en chequear. La charla con el economista Martín Redrado comenzó así:

–¿Es verdad que se hospedan en una habitación de 13 mil euros en el Ritz-Carlton?
–¿Qué? ¡Nooo! Tuve una invitación del presidente del Banco Central de Francia, Christian Noyer, por un trabajo que estoy haciendo sobre cómo veo el paquete que se está armando para Grecia, a la luz de la experiencia en América latina.

–¿Entonces dónde están parando?
–En un departamento que tiene el Banco para sus invitados. Y que está justo al lado del Louvre... Creo que era la residencia de los mucamos de los reyes (se ríe).

–¿Alquilaste un Jaguar con chofer?
–Ni alquilé un Jaguar, ni gasté semejante dinero. Como venía por intermedio del Banco, en algunos casos nos pusieron un auto, pero no lo tenía a disposición. Por lo general caminamos, como cualquier turista.

–¿El viaje fue un regalo de cumpleaños para Luli?
–Siempre hablamos de que viniera a algún viaje de trabajo conmigo, y justo se dio que era su cumpleaños.

TERCERA VUELTA. Este amor nació a fines de abril de 2010. Martín Redrado (50) estaba recientemente divorciado (de Ivana Pagés, con quien tiene dos hijos: Tomás, de 15, y Martina, de 9). La relación duró hasta agosto de ese mismo año. En ese momento Luli estaba participando en Bailando, y fue durante uno de los ensayos que Ivana le fue a pedir que se alejara de su ex, aunque la vedette y cantante no lo hizo. “Le dije que no había garantías de que si me separaba de él iban a volver, y ahí quedó el tema. Ni Mar ni yo teníamos la culpa”, recuerda Luciana con GENTE. Tras separarse empezó otra relación, pero tres meses después reapareció Martín. “Me mandó un sms por mi cumple aun estando peleados, y me sorprendió su gesto, porque había pasado hace poco el de él y yo no le había mandado nada, por orgullosa. Y ahí volvimos”. La segunda chance los enamoró desde noviembre de 2010 hasta comienzos de marzo de este año. Después de confirmar su amor por Twitter, unos días antes de San Valentín y con foto de por medio, cortaron el vínculo. Ahora es Luciana la que acepta hablar de su relación con el economista.

–¿Por qué se separaron la última vez?
–Nadie conoce el verdadero porqué. Se dijeron muchas cosas, pero somos sólo cuatro los que sabemos cómo fue todo en realidad: Martín, yo, un amigo mío y otro de él, que intermediaron. Fue una pelea fuerte, mismo mediáticamente. Nunca vamos a contarlo, porque es algo de nuestra intimidad, pero tuvo que ver un poco con la desconfianza de él para conmigo.

–¿Hubo otro señor?
–¡No! La relación no terminó por terceros. Fue una sumatoria de cosas. Los celos, porque a él le costaba mi carga de sex symbol y yo no soportaba esa desconfianza. También le molestaba la persecuta de los medios: sentía que vivíamos una relación a lo Gran Hermano.

–Pero vos te mostraste enojadísima.
–Estaba dolida, porque sentí que le había bancado mucho a él con sus tiempos, con su ex mujer, y a la primera que tuvo un problema no me bancó.

–¿Te molestó mucho que te fuera a increpar Ivana?
–Ella nunca vino a golpearme ni a agredirme, y de eso es testigo mi bailarín, Pier Fritzsche. Sólo vino a suplicarme que me fuera del medio, porque pensaba que si no le iba a ser imposible reconquistar a Martín. Pero ahora Ivana está de novia y le deseo lo mejor.

–¿Cómo renació el amor?
–(Se ríe, feliz) Martín sabía que soy muy orgullosa y que él tenía que dar el primer paso. ¡Con eso soy lo menos mujer que se te ocurra! Porque lo típico es llamarlo, pasar por su casa, y yo hice todo lo contrario: no lo llamé más, desaparecí, me fui a hacer mi vida.

–Pero no lo olvidaste.
–Y... estaba a un mes de su cumpleaños (es el 10 de septiembre) y ya me preguntaba qué hacía, si le mandaba o no mensaje, porque no me animaba. El me escribió para el mío cuando estábamos peleados, pero mi orgullo era más fuerte. Quería devolverle el gesto, así que le pedí a Dios que me diera una señal: para acercarme necesitaba un primer avance de su parte.

–¿Y te llegó la señal divina?
–Fue por Twitter, mediante una chica que nos sigue a ambos. Por el Día del Niño nos mandó un mensaje a varias personas, incluidos Martín y Sandra Dillon, que es mi mejor amiga. El a su vez le envió un mensaje privado a Sandra, y por supuesto Sandrita me llamó al toque para contarme. Ahí me decidí. Le puse algo así como: “Martín, llegaste a los 50, es una buena edad para empezar a disfrutar las cosas. Te deseo lo mejor, ojalá que la gente pueda conocer ese lado lindo que te conocí yo a vos”, firmado “El Torbellino”. Así me llamaba él, porque me llevo todo puesto.

–¿Y cuál fue su respuesta?
–Me dijo que le habían pasado muchas cosas lindas, pero que sin dudas eso era lo mejor. ¡Un dulce! Todos creen que es un hombre frío, pero en la intimidad es muy tierno. Eso es lo que me enamora de él. Quería que nos viéramos esa misma noche, pero preferí que esperáramos, porque teníamos mucho que hablar.

–¿Cómo fue el reencuentro?
–¡De novela! Pero antes de vernos le pedí mantener lo nuestro en secreto: primero, porque él estaba en campaña y la gente iba a pensar que él deseaba prensa. Por otro lado quería esperar a debutar con mi música, porque con la noticia de lo nuestro todo lo que venía trabajando este año iba a perder relevancia.

–¿Desde entonces se ven a escondidas?
–Sí. Es más: la primera vez que nos vimos le dije que yo iba a idear la estrategia. No podía venir a casa, porque en el ascensor tengo cámaras. Entonces le pedí que me pasara a buscar pero sin entrar, para que no lo vean los custodios. Llegó, salí toda tapada, y como si fuera un remise me subí en el asiento de atrás. Viajé acostada, y en el camino lo abrazaba por detrás del asiento. Llegamos a su casa, entramos y con la reja cerrada pero todavía con vista a la calle nos besamos... ¡hasta que me di cuenta y entramos corriendo, para que no nos vean los vecinos! Fue una noche increíble, con mucho amor, pero también con tiempo para hablar y cuestionarnos qué nos pasó.

–¿Qué cambió en esta tercera vuelta?
–Me encuentro con un Martín mejorado, porque las peleas le sirven para ver muchas cosas que le planteo y cambia. Volvimos y estamos mejor. El amor está más afianzado, hay más confianza... Por algo triunfó.

–¿Es la vencida?
–Ojalá que esta felicidad nos dure mucho tiempo.

LA VILLE DE L’AMOUR. Redrado había viajado a Suiza por trabajo –es árbitro en una controversia internacional entre China y los Estados Unidos– y aunque ya estaba en Europa, regresó al país para volver a volar en unos días rumbo al Viejo Continente, esta vez junto a su amada. Invitados por el Banco Central de Francia, se quedaron en un departamento de dos habitaciones perteneciente a la entidad, en un edificio al lado del Louvre, de una construcción similar al Palacio de las Tullerías.

La pareja paseó cinco días. “Ya había viajado a Europa, pero no conocía París. Me lo estaba reservando para ir con el amor de mi vida, o el que creo que va a serlo. Así que fue una gran presión, pero viajé feliz”, comenta Luli, y confiesa que muere de amor cuando lo escucha hablar a su chico en francés: “¡Cómo me seduce con esa tonada!”.

Martín hizo de guía: visitaron la tumba de Napoleón, el Palacio Nacional de los Inválidos, el Louvre, Montmartre, la Basílica del Sacré Coeur; comieron en barcitos de La Madeleine, caminaron por la mítica Champs Élysées, y sacaron postales de viaje en el Arco del Triunfo y la torre Eiffel. El lunes 7, día que Luli sopló 31 velitas, visitaron Nôtre Dame, la Opera, y terminaron la noche con una cena romántica. “Luciana es una mujer excepcional desde lo dulce y cariñosa, pero además tiene un costado que me gustaría que la gente conozca un poco más, y que la valoren más allá de su físico: es súper inteligente, se interesa por la economía, el arte, el ballet, la arquitectura... Siempre le digo que Luciana podría ser como Oprah Winphrey, porque hace muy buenas preguntas”, dice Redrado, enamoradísimo, aunque prefiere ser prevenido y tomarse sus tiempos: “Estamos bien. Como dicen los ingleses, ‘never a boring moment’, con Luciana nunca hay momentos aburridos”.

¿La proyección de esta tercera vuelta? “Espero que tengamos una relación normal y que vaya creciendo”, dice él. Y es ella, feliz, quien concluye: “Esta vez estamos mucho más firmes. Ya sabemos las cosas que nos molestan, las que tenemos que mejorar y los errores que tuvimos. No tenemos la bola de cristal, pero apostamos a que nuestro amor funcione. Hoy preferimos disfrutar el presente, y que el futuro nos sorprenda”. Se conocieron en abril de 2010. La relación duró cuatro meses, tuvieron un impasse y en noviembre volvieron. Pero en abril de 2011 cortaron. En medio de una agitada pelea mediática. En septiembre, Luli le mandó un SMS a Martín por sus 50 años, y se dieron una tercera oportunidad.

Se conocieron en abril de 2010. La relación duró cuatro meses, tuvieron un impasse y en noviembre volvieron. Pero en abril de 2011 cortaron. En medio de una agitada pelea mediática. En septiembre, Luli le mandó un SMS a Martín por sus 50 años, y se dieron una tercera oportunidad.

“Luciana es una mujer excepcional, dulce y cariñosa. Pero además tiene un costado que debería conocerse más: es súper inteligente” (Redrado)

“Luciana es una mujer excepcional, dulce y cariñosa. Pero además tiene un costado que debería conocerse más: es súper inteligente” (Redrado)

Aprovechando un viaje laboral del economista –fue contratado por el Banco Central de Francia–, la pareja, que mantenía en secreto su relación, visitó París. Se quedaron cinco días y festejaron los 31 años de Luli en esta ciudad:  “Ya había viajado  a Europa, pero no conocía París. Me lo estaba reservando para ir con el amor de mi vida”. Fueron juntos –con infinidad de cuidados para no levantar sospechas–, pero volvieron en vuelos separados. Por estos días Redradoestá en Malasia, recibiendo un premio por sus contribuciones a las políticas públicas  de los mercados emergentes; pero no pudo viajar acompañado, ya que Salazar tenía prevista su presentación como cantante en lo de Susana.

Aprovechando un viaje laboral del economista –fue contratado por el Banco Central de Francia–, la pareja, que mantenía en secreto su relación, visitó París. Se quedaron cinco días y festejaron los 31 años de Luli en esta ciudad: “Ya había viajado a Europa, pero no conocía París. Me lo estaba reservando para ir con el amor de mi vida”. Fueron juntos –con infinidad de cuidados para no levantar sospechas–, pero volvieron en vuelos separados. Por estos días Redradoestá en Malasia, recibiendo un premio por sus contribuciones a las políticas públicas de los mercados emergentes; pero no pudo viajar acompañado, ya que Salazar tenía prevista su presentación como cantante en lo de Susana.

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