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Amores fuera de libreto

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Toda la aventura, todo el romance, todas las sensaciones de las que usted carece en su rutinaria existencia, las encontrará en las películas. Ellas lo transportarán a un nuevo mundo maravilloso, lejos de la cotidiana jaula en la que usted se encuentra. Aunque sólo sea por una tarde o una velada: ¡evádase!”. Así agitaba la taquilla el cine de los años 20’, según Hollywood Babilonia, la biblia del cotilleo cinematográfico de Kenneth Anger.

Y si obviamos la insignificancia a la que pretendían reducir al público –claramente era un sistema verticalista, con dioses del Olimpo y llanos admiradores– y tomamos con gracia todo lo otro de “evádase”, ahí se encuentra excusa para (casi) todo. Es que hablar de los romances tras bambalinas es tan viejo como el teatro griego y despierta las más extrañas pasiones, tengamos o no puestos los ruleros. Pues entonces evadámonos y hablemos de esos amores fuera de libreto que se cocinan en los más acalorados camarines, escenografías enclenques y hasta los grises buffets, donde lo que sobra es café aguado y snacks. Ese torbellino de dopamina que se arrebata entre páginas de guiones marcados con resaltador y percheros atiborrados de ropa recién devuelta de la tintorería, cuando la llave de las parrillas de luces se apaga tras una jornada de más de ocho horas.

Algo que fue pan de cada día en las grabaciones de Avenida Brasil, según Forbes la telenovela más exitosa de todos los tiempos, con una recaudación de 1.000 millones de dólares, y furor de Globo TV que cada tarde supera los diez puntos de rating en Telefe. Tres son las historias de amor reales entre los protagonistas del elenco, y vale aclarar que ninguna de esas parejas comparte amor en el culebrón. ¿Los condimentos? Pasiones irrefrenables, infidelidad y alcobas nómades. He aquí la historia de esos secretos prohibidos, que al principio sólo conocen los técnicos y luego –acaso sea realmente así– terminan contribuyendo a aliviar el tedio desde páginas como ésta.

DULCE AMOR I. Cauã Reymond (33), que personifica a Jorgito, cayó entregado en los brazos de su compañera Isis Valverde (26). No compartían escena alguna, pero el amor se cocinó a fuego lento en el set, donde charlaron, histeriquearon y... ¡fueron a los bifes! Pero había un pequeño problema: él era casado y tenía una hija. Los rumores de infidelidad no tardaron en circular y se confirmaron cuando Cauã se separó de la actriz y modelo Grazi Mazafera, mamá de Sofía (2), con quien tenía una relación desde 2007.

Casi en paralelo, oh casualidad, Isis cortó con el músico Tom Rezende. Nunca blanquearon, pero Grazi se encargó de confirmar ese romance. “No podría volver con él porque está con Isis”, dijo en un estudio de tevé, sin saber que una cámara había quedado encendida. Ojo que no era la primera vez que el galán atacaba a una presa del elenco con el sigilo experto de un Nicolás Cabré. Mucho antes, Cauã novió con Aline Moraes, compañera de elenco en El color del pecado (2004). ¿Hoy? Cauã e Isis se comen a besos en una nueva telenovela, Amores robados. De la ficción a la realidad, y de nuevo a la ficción. ¡El mito del eterno retorno!

DULCE AMOR II. El dramón brasileño que retrata a la clase media de los suburbios cariocas sacó múltiples chispas de sus decorados. Murilo Benicio (42) y Débora Falabella (34), se enamoraron con las cámaras encendidas. El vínculo ficticio no los tentó (en la novela eran padrastro-hija; él es pareja de la malévola Carminha): la historia se remota a once años atrás, cuando se conocieron en el rodaje de El clon, novela filmada en Marruecos donde hacían de padre e hija. Pero en ese amor, los mayores escollos fueron las parejas de ambos. No fue hasta que terminaron las grabaciones de Avenida Brasil que se sinceraron públicamente. Mantuvieron la relación en secreto hasta septiembre de 2012. Débora cortó con su novio, Daniel Alvim, y al tiempo Murilo hizo lo propio con su pareja, Andrea Souza. A fines de octubre de ese año, el actor confirmó su relación: “Con Débora estamos prácticamente casados. Sin menospreciar las demás relaciones que he tenido, ella es la única persona que logró llenar todos los vacíos”.

El galán principal, a quien sindican –muuuy extrañamente– como “el Brad Pitt de Brasil”, es un picaflor empedernido y parece ser su regla emparejarse con los créditos más importantes de las novelas. Así es que todas sus coprotagonistas terminan en su cama. Por caso, se relacionó con Alessandra Negrini (Mi bien querer), con quien tuvo un hijo, y con Carolina Ferraz (Por amor). Aunque su romance más célebre se produjo en 2001. El era la star de El clon, donde perdió la cabeza por Giovanna Antonelli –que interpretaba a la musulmana Jade– y con quien tuvo su segundo hijo.

DULCE AMOR III. La tercera pareja que no novia en la novela, pero sí en la vida real, es la de Débora Nascimento (28) y José Loreto (29), que encarnan a Darkson y Tessalia, respectivamente. Grabación va, grabación viene, los tortolitos pasaron de “una gran amistad” a la confirmación: “Después nos dimos cuenta de que estaríamos juntos”. Cuando llegó la declaración que todos esperaban, la actriz ya se había separado del empresario Arturo Rangel, con el que estuvo casada cuatro años. A pesar de eso aclaró, para que no oscureciera: “José no fue el motivo de mi separación. Hasta entonces éramos sólo amigos. Cuando las grabaciones fueron más, todo se volvió más claro”. Orgullosos de su amor, el año pasado hicieron una producción hot para Vogue Brasil, en la que posaron desnudos y muy pegados. Y para más, todo indica que se viene la boda. Como si fuera el giro de un culebrón con final feliz, Loreto publicó una foto en Instagram y le pidió a su dama que se casara con él. La respuesta de ella fue un “sí” contundente: “Hasta mi último suspiro”. Una historia típicamente de película. ¡Hasta que la ficción los separe!

El escándalo comenzó cuando Cauã se separó de la actriz y modelo Grazi Mazafera, mamá de Sofía (2). Casi en paralelo, oh casualidad, Isis cortó con el músico Tom Rezende. La pareja nunca blanqueó, pero Grazi confirmó la relación de su ex.

El escándalo comenzó cuando Cauã se separó de la actriz y modelo Grazi Mazafera, mamá de Sofía (2). Casi en paralelo, oh casualidad, Isis cortó con el músico Tom Rezende. La pareja nunca blanqueó, pero Grazi confirmó la relación de su ex.

Se conocen desde hace once años, cuando filmaron El clon. La relación fue secreta hasta septiembre de 2012, cuando terminó Avenida Brasil, novela en la que hacían de hija y padrastro. Débora dejó a Daniel Alvim (actor y director), y Murilo a su pareja, Andrea Souza (escenógrafa).

Se conocen desde hace once años, cuando filmaron El clon. La relación fue secreta hasta septiembre de 2012, cuando terminó Avenida Brasil, novela en la que hacían de hija y padrastro. Débora dejó a Daniel Alvim (actor y director), y Murilo a su pareja, Andrea Souza (escenógrafa).

Pasaron de “una gran amistad” a la confirmación: “Después nos dimos cuenta de que estaríamos juntos”. Cuando llegó la declaración que todos esperaban, la actriz ya se había separado del empresario Arturo Rangel, con el que estuvo casada cuatro años.

Pasaron de “una gran amistad” a la confirmación: “Después nos dimos cuenta de que estaríamos juntos”. Cuando llegó la declaración que todos esperaban, la actriz ya se había separado del empresario Arturo Rangel, con el que estuvo casada cuatro años.

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