“Amanecer al lado de una mujer como Sofía es revitalizante” – GENTE Online
 

“Amanecer al lado de una mujer como Sofía es revitalizante”

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Cancherea –en el buen sentido–, cuando habla, babero mediante, de su futura esposa, Sofía Oleksak, que el pasado domingo 15 de marzo cumplió 34 años. Siempre se refiere a ella como un caballero, y deja entrever que disfruta haberla conquistado. La noche en la que festeja sus 72, Gerardo Sofovich se confiesa muy enamorado. “Me siento casado con Sofía: hace siete años que estoy en pareja con ella. Tenemos una relación muy estable, llena de amor. Por eso decidimos lo del matrimonio. Es una consecuencia que nos pareció lógica”, dice respecto a su fiesta de bodas, que promete más de 400 invitados el próximo 25 de abril en Señor Tango. Gerardo charla con GENTE en Edelweiss, mientras llegan sus invitados para cenar junto a él y cantarle el Cumpleaños feliz. Su novia, para poder respirar, abanica el humo que deja un Benson & Hedges, y luego brinda, piquito mediante, con el agasajado. Le dice “mi amor” todo el tiempo, y él infla el pecho, orgulloso.

–¿Va a haber luna de miel, Gerardo?.
–No. Cuando Sofía me despierte después de la noche de bodas, voy a tener que hacer el primer programa de La noche del domingo. Debuto el 19 de abril, todavía soltero, y el 26 hago mi primera aparición como casado. Esa va a ser mi luna de miel.

–Gerardo, usted es un bon vivant. No me diga que no va a agasajar a Sofía con un viaje...
–Es que tengo todos los domingos ocupados. Sí haremos nuestras clásicas escapadas en barco, a Punta del Este, o a Miami... si logro juntar tres días. Me hiciste acordar de que recibí una llamada de un querido amigo, ejecutivo de Las Vegas: me dijo que me va a venir a secuestrar para que cumpla con su invitación. Me gustaría, para que Sofía conozca esa ciudad.

–Hablemos más de su intimidad.
–Mirá: mi mujer, Sofía, llena todo. Mi nieta, Tatiana, que está acá, otro tanto. Mi otro nieto, que es muy chico, estaba con temperatura y no pudo venir. Mi cuñada, Celia, es otro puntal, y los amigos que ves acá, son una familia para mí.

–¿Cómo vive este último cumpleaños de soltero? ¿Está nervioso, ansioso, o las dos cosas juntas?
–Lo vivo con tranquilidad, como todo en mi vida.

–¿Cómo va a ser su fiesta de casamiento?
–En un lugar muy lindo, como Señor Tango, al que vi nacer y crecer, con Fernando Soler, que puso un gran esfuerzo para convertirlo en lo que es hoy. Además, él y su mujer, Soledad, nos tratan como amigos.

–¿Y quién dirige los preparativos de la boda?
–Sofía, como no podía ser de otra manera. Hace diez días fuimos allí a ver un show, para que ella observara todos los detalles del lugar. Ya sabe cómo va a ser todo.

–Cuente...
–¿Estás loco? Me mata. Lo que no quiero es ese tipo de celebraciones donde la música tapa todo y la gente no puede hablar. Deseo que disfruten charlando, encontrándose y disfrutando entre amigos. Soler me prometió un show espectacular. Va a ser una fiesta distinta, y espero que sea agradable para mis invitados.

–¿Qué deseo principal pediría a los 72 años?
–No quiero más que lo que tengo. Anhelo poder trabajar unos años más con la pasión de siempre. Estoy en la etapa “amanece, que no es poco”. Con el agregado de que amanecer al lado de una mujer como Sofía es revitalizante.

–Su futura esposa acaba de cumplir 34...
–Sí. Se me está poniendo viejita, pero me la banco. No la cambio (sonríe).

–¿Cómo es tener una mujer de 34 a los 72?
–Maravilloso.

–No quiero ser indiscreto pero... hay que seguirle el tren, ¿no, Gerardo?
–No. Te confieso que a ella le cuesta seguirme el tren a mí. Je, je, je.

–Ya que me dejó entrar en su intimidad, ahora sigo: ¿quién está más en los detalles, usted o ella?
–Es compartido.

–¡Largue un dato! ¿Quién mima más a quién?
–Nos mimamos los dos por igual. Mirá: si no hay empate en la pareja, uno de los dos pierde. Esa es la experiencia que me dejó la vida.

–Antes me dijo que éste era su séptimo año junto a Sofía. ¿No le teme a la clásica comezón?
–No, no, te juro que está todo bien. Y si concretamos el casamiento ahora es porque sobrevivimos a la comezón del séptimo año.

–Usted vive una situación muy especial con Carmen Morales, su ex esposa, a la que llama todos los días.
–Claro, es de caballero. Ella se siente protegida, querida y respetada.

–Cuénteme también si con su nieto es un abuelo baboso o frío.
–Un baboso confeso. Ahí tengo a mi nieta, Tatiana, que ahora en julio cumple 18 años. Ya se gradúa y está eligiendo la carrera que va a seguir. Y está Nacho, que el año que viene empieza la primaria. Los amo.

–¿Es completamente feliz o existen espacios oscuros en su vida?
–Yo digo que siempre hay espacio para que una felicidad sea más completa. Y no me siento con lugares oscuros. El que se crea completamente feliz se engaña a sí mismo. La historia demuestra que los más poderosos, ricos y envidiados siempre tienen lagunas de felicidad. Oí a alguien que decía: “Dios te da felicidad, pero te la cobra con usura”.

–Confiéseme, sin mentiras, cómo se siente a los 72.
–Me siento un pibe. Mirá: en mis vacaciones en Punta del Este me la pasé haciendo piruetas en una moto de agua, como si fuera un chico. Pego saltos de tres metros de alto y me siento bárbaro.

–¿Cómo está su salud, Gerardo?
–Perfecta. Lo tengo a Alfredo Cahe, que me cuida.

–¿Le protestan por el cigarrillo?
–Sí, claro. Pero el doctor Luis De la Fuente, un prestigioso cardiólogo, me controla permanentemente. Hace dos meses me hice un examen completo, que incluyó resonancia magnética, con todos los chiches, y salió perfecto. Te cuento que me llevó de prepo Alfredo Cahe. Estuve internado en el Sanatorio Los Arcos, que es de mi querido amigo Claudio Belocopitt. Me atendieron, me mimaron, y en tres horas ya estaba de vuelta en casa. A medida que cumplo años, me siento cada vez mejor. Y no le tengo miedo a la muerte, estoy convencido de que es una parte de la vida. Por supuesto que no me da alegría, pero tampoco me obsesiona. Te doy una frase que usé en mis comedias: “La mayor causa de muerte no son las enfermedades cardíacas, ni el cáncer, ni los accidentes de tránsito, ni el sida. La mayor causa es la vida misma”.

–Sofía tiene hijos, usted también. ¿Pensaron en tener los propios?
–No, no, para nada. Ella está llena de amor con Agustín y Joaquín, sus hijos, que forman parte de mi familia, que los quiero y sé que me quieren. Me llaman, pasamos tiempo juntos, pero no quiero invadir su privacidad por respeto a su padre biológico, el ex marido de Sofía, con quien tenemos una muy buena relación.

–¿Qué le regaló Sofía para el cumple?
–Algo muy íntimo, que no pienso ni puedo contar.

–¿Para la noche de bodas?
–Salí de acá... Gerardo recibe el beso cariñoso de Sofía el viernes 20 de marzo en Edelweiss, después de apagar las velitas. “Tenemos una relación muy estable, llena de amor. Por eso decidimos lo del matrimonio”, explicó Sofovich.

Gerardo recibe el beso cariñoso de Sofía el viernes 20 de marzo en Edelweiss, después de apagar las velitas. “Tenemos una relación muy estable, llena de amor. Por eso decidimos lo del matrimonio”, explicó Sofovich.

Gerardo sopla rodeado por Aníbal Pachano, Sofía –su novia–, Celia Sofovich –viuda de su hermano Hugo– y Tatiana –su nieta mayor–.

Gerardo sopla rodeado por Aníbal Pachano, Sofía –su novia–, Celia Sofovich –viuda de su hermano Hugo– y Tatiana –su nieta mayor–.

El brindis junto a su gran amigo y colega Carlos Rottemberg, que lució una renovada figura.

El brindis junto a su gran amigo y colega Carlos Rottemberg, que lució una renovada figura.

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