"Permítanme agradecerle a la gran creadora de mi familia, Maruxa, mi madre, que está aquí presente, por todo lo que me brindó junto a Roque, mi viejo, para que yo pudiera llegar donde llegué." Emocionado como nunca y hasta las lágrimas, el mejor tenista argentino de la historia se conmovía después de ser distinguido por el Vicepresidente
de la Nación, Daniel Scioli, con la entrega de la Mención de Honor Senador Domingo Faustino Sarmiento en una emotiva ceremonia que se realizó en el Salón Azul del Senado de la Nación. A los 52 años, después de haber ganado nada menos que 62 torneos oficiales, se mostraba reconfortado por haber recibido el primer reconocimiento público de su carrera: "¿Saben por qué para mí esto es muy importante? Porque pensé que nunca iba a llegar", se permitió bromear, y luego agregó: "Es que uno se convierte aunque no quiera en un embajador de su país, pero a veces se siente una gran soledad. Por eso agradezco esta mención; la verdad es que la necesitaba. Ya me estaba poniendo grande y veía que no llegaba nada", dijo con su mejor sonrisa, mientras su esposa tailandesa Phiang Phathou aplaudía con todas sus fuerzas. Vilas fue homenajeado por su trayectoria, su actitud solidaria permanente, su colaboración desinteresada para promover el patrimonio turístico y cultural del país en el exterior, y su actitu
d emprendedora. Tras la entrega, se retiró aplaudido, mientras sonaban los acordes de la Banda Militar Ituzaingó. Mientras bajaba las escalinatas del Congreso no faltó el merecido "¡Grande, maestro!", tan escuchado también en aquellas tardes cuando, raqueta en mano, moldeaba el mito sobre el court.
El vicepresidente Daniel Scioli, flanqueado por el diputado Antonio Rattin, le entrega a Guillermo la distinción.
