«Al Bambino le diría que me arruinó la vida» – GENTE Online
 

"Al Bambino le diría que me arruinó la vida"

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"El miércoles 26 de septiembre a las once de la noche, me puse un vestido negro, me pinté los labios y cuando estaba frente al espejo, junté coraje y salí a la calle. A pocas cuadras, me esperaba mi primer cliente. Tomé tres vasos de whisky, y cuando estaba un poco mareada entramos al hotel alojamiento. Una hora después volví corriendo a casa. Subí las escaleras, me encerré en mi cuarto y me puse a llorar. Así terminó mi primer día como travesti…". 

Malenna se arregla el pelo. Con la mano derecha se acomoda las extensiones e intenta taparse la cara. Y con la izquierda se limpia las lágrimas que le brotan incontrolables. El llanto será una constante a lo largo de toda la nota. A pesar de que está sentada en el sillón del comedor de su casa, ninguna posición le parece cómoda. De fondo, en la pared que da a la calle, cuelgan dos cuadros con fotos de cuando tenía dos años. Los retratos, amarillentos por la humedad, muestran a un niño sonriente jugando en un parque. Su nombre es Sebastián Candelmo, no Malenna. Es el chico que el 17 de octubre de 1987, cuando tenía 13 años, sufrió un intento de violación -según dictaminó la justicia- por parte de Héctor Bambino Veira. Esa terrible tarde su vida cambió para siempre. Y este presente así lo demuestra: hoy está sentado frente a nosotros con la cara maquillada, una reciente operación para colocarse siliconas, y minifalda. Hoy Sebastián Candelmo es un travesti.

-¿Qué pasó esa tarde?
-Yo venía con mi papá y con un amigo en el auto por la calle Doblas. Cuando llegamos a la altura del 1100, vimos que Héctor Veira estaba parado en la vereda. Como en casa somos todos de River, bajé junto a Fabián para pedirle un autógrafo. Cuando llegamos, Veira puso la excusa de que no andaba la birome y me invitó a subir a su departamento. A mi amigo le dijo que se quedara abajo. Como no había lugar para estacionar en esa cuadra, mi papá pegó la vuelta a la manzana. Mientras subíamos por el ascensor, me puse nerviosa (Candelmo hablará siempre en femenino de su persona) y me dio un poco de miedo. Entré al departamento y me fui al baño. Salí, me llamó y me dijo que entrara a la pieza. Se bajó los pantalones marrones y me violó…

Otra vez la charla es interrumpida por las lágrimas. Candelmo saca un pañuelo de su bolso negro y trata de que no se le corra el maquillaje. Toma un vaso de agua y con la voz entrecortada arremete:"Encima después se comentaron un montón de cosas. Se dijo que nosotros le hicimos "una cama", que yo le quería sacar plata. Todo el mundo opinaba y hablaba estupideces mientras yo me moría de dolor encerrada en cuatro paredes". 

-¿Y cómo siguió aquel día?
-Cuando me subí al auto no dije nada. Me sentía sucio por dentro… Llegué a casa y le conté a mi mamá lo que había pasado. Se puso a llorar, y mientras me abrazaba me gritaba: "¿Hijo mío, por qué no te defendiste? ¿Qué te hizo ese h… de p…?". Después le contó a mi papá, él hizo la denuncia y comenzó la historia que todos conocen. 

-Muchos dijeron, incluso, que usted en ese momento ya era homosexual. ¿Cómo era realmente su vida?
-A los trece años me gustaban los hombres y las mujeres. Pero todavía no había tenido ninguna experiencia sexual. Veira fue la primera persona… 

-¿Cree que ese hecho le cambió la vida?
-Seguro, porque yo todavía no sabía bien lo que quería. Y aunque después traté de acercarme a las mujeres, cuando se enteraban que había sido "el chico del caso Veira", me miraban raro y se iban. Para la sociedad yo era un homosexual. Y cuando acumulás tanto rechazo, inconscientemente te vas perfilando para donde te empujan. 

-¿Alguna vez formó una pareja estable? 
-No. Eso para Malenna es algo imposible. Porque en algún momento se enteran de lo que pasé y se van. Es una cruz que llevo colgada y que la voy a llevar toda la vida. 

-¿Siente que Veira es el responsable de que Sebastián se haya convertido en Malenna?
-En parte, sí. Pero tampoco me voy a hacer la víctima y decir que me puse hormonas, que me operé los glúteos y las lolas por lo que él me hizo. Seguro que influyó, así como también influyó la discriminación que me hizo la sociedad. Siento que Veira es culpable de mi homosexualidad pero no de mi travestismo. Claro que ese hecho me marcó para toda mi vida. Porque cuando yo tenía 16 años, los chicos del colegio me escupían, me pegaban y me tocaban diciendo: "Dale, vení, que vos sos el chico del Bambino". Todo eso me mataba. 

En la habitación de arriba, Nélida, la mamá de Sebastián-Malenna golpea las puertas con fuerza. Se escuchan gritos y su abuela baja y pide que por favor terminemos. Candelmo se frota la reina Alien que tiene tatuada en la mano izquierda -tiene seis tatuajes más distribuidos por todo el cuerpo-, acomoda unas cajas de muñecos de la serie Star Wars -guarda 155 en total- y posa para las últimas fotos: "A mi mamá todo esto la pone muy mal. Creo que está con un ataque de nervios. Hoy, cuando vio la nota de Intrusos -el programa que Jorge Rial conduce en América y que inició esta investigación-, quedó destrozada. No quiere que se vuelva a repetir aquella historia de corridas y de tener que estar todo el día encerrados en casa. Con todo lo que pasó, nos tuvimos que mudar tres veces". Antes de salir, acomoda una horma de zapato que está tirada en el piso: "Quiero confeccionar zapatos para travestis", afirma. La nota seguirá una hora después en un bar ubicado en el barrio de Palermo. Ahí, Jorge Rial la espera para hacer la primera entrevista que Malenna Candelmo aceptó dar para la televisión. Una vez que se apagan los reflectores, más tranquilo y con un vaso de whisky en una mano, continúa. 

-¿Y cuándo decidió transformar su cuerpo?
-Fue hace unos meses. Después de ver la película Malena. Se trata de la historia de una chica que es violada y discriminada. Yo me sentí identificada y decidí operarme. En abril comencé a ponerme hormonas y a mis papás les dije que en realidad quería sacar un poco más de pecho. Pero después tuve que aclarar la situación. De entrada a mi papá no le gustó mucho, pero después lo aceptó. Es más, cuando me operé las lolas, el 8 de marzo de este año, me acompañó a la clínica. Ahí me gasté todos mis ahorros. 

-¿Y qué dijo cuando se enteró de que iba a trabajar en la calle como travesti?
-Mi papá se enteró recién el sábado. Cuando se lo conté, miraba para otro lado. Creo que sintió mucha vergüenza. El es contador y va a ser muy duro entrar a su oficina pensando que todo el mundo lo va a estar señalando por lo que yo hago. Pero creo que ésa es mi vida y la tiene que respetar.

El fotógrafo le pide una última foto. La idea es que Malenna tome con sus manos un recorte de la revista GENTE con una foto que fue publicada cuando Sebastián cumplió los 18 años. Pero Candelmo se niega: "Es que no me traen muy buenos recuerdos. En casa, después de mis dos intentos de suicidio -a los 16 y a los 18 años se cortó las venas y tuvieron que internarlo-, rompimos todas las fotos que tenía y no me hace muy bien volver a esos recuerdos". Antes de salir, la últimas dos preguntas: 

-¿Qué desea hoy para su vida?
-Encontrar una pareja, formar una familia y poder ser feliz. Aunque sé que para toda la gente siempre voy a ser el chico que el Bambino se violó. 

-¿Y qué le diría a Héctor Veira si lo tuviera cara a cara? 
-Lo miraría a los ojos y le diría que me arruinó la vida.

 

A los 27 años, convertido en travesti. Para poder trabajar, publiqué mis fotos en Internet con el nombre de Malenna Candelmo. Usé mi apellido porque sé que muchos van a buscarme para decir: A ver qué se siente con el chico del caso Veira".">

A los 27 años, convertido en travesti. "Para poder trabajar, publiqué mis fotos en Internet con el nombre de Malenna Candelmo. Usé mi apellido porque sé que muchos van a buscarme para decir: A ver qué se siente con el chico del caso Veira".

A los 18 años en la última foto que se conocía de él y que publicó <i>GENTE</i>.

A los 18 años en la última foto que se conocía de él y que publicó GENTE.

Candelmo llora en su casa al recordar los intentos de suicidio que tuvo a los 16 y 18 años. Muestra las marcas en sus muñecas y dice que sufrió una gran crisis depresiva  cuando Veira quedó en libertad.

Candelmo llora en su casa al recordar los intentos de suicidio que tuvo a los 16 y 18 años. Muestra las marcas en sus muñecas y dice que sufrió una gran crisis depresiva cuando Veira quedó en libertad.

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