«Ahora, todos soñamos con el título» – GENTE Online
 

"Ahora, todos soñamos con el título"

Actualidad
Actualidad

Domingo 6 de octubre, 21:40 horas. El estadio Luna Park es una caldera. Por momentos, la estructura metálica se mueve tanto que asusta. Diez mil personas saltan y celebran el triunfo del equipo argentino frente a la temible Italia, el campeón en los últimos tres mundiales. Como dirían los carteles de la
Bombonera
: el Luna Park no tiembla, late. En las tribunas la gente se abraza con propios y extraños. Se revolean remeras, buzos, banderas. Todo sirve para festejar una nueva victoria. La sexta y van… En la cancha, los héroes de la noche son más héroes que nunca. Hay gritos, llantos, bailes, cantos y vueltas olímpicas anticipadas. El cuerpo técnico forma una ronda y trae los recuerdos de los campeonatos conseguidos por José Pekerman con el seleccionado juvenil. La misma pasión por los mismos colores. Los jugadores se acercan a la popular y por unos minutos se visten de Juanse, el líder de los
Ratones Paranoicos, y se quedan roncos gritando "quisiera que esto dure para siempre". Pero hay un gesto que sobresale y conmueve: Marcos Milinkovic (30) se separa del grupo y se acerca al sector asignado para discapacitados y los besa y los abraza uno por uno. Los chicos estallan en lágrimas. Nunca olvidarán esos pocos segundos con su ídolo.

Es que el goleador del equipo nacional y segundo en el Mundial con 136 puntos (primero está ubicado el búlgaro Vladimir Nikolov con 139 tantos, pero éste ya se retiró del Mundial) es así: humilde por donde se lo mire. Tal vez por eso tanto carisma. Ahí se entiende el cariño que despierta ante sus compañeros, los rivales y sobre todo el público, que ya le declaró su amor incondicional: "Lo de la gente no se puede creer. Cuando íbamos ganando 20-15 en el cuarto set, se pararon todos y no se sentaron más. Creo que los tanos sintieron esa presión. Por momentos miraba las tribunas y me daban ganas de estar ahí. Por eso la explosión del final. Fue el partido más emocionante de mi vida". Marcos intenta salir con
GENTE de la cancha para dirigirse a la sala de prensa. Aunque son menos de cincuenta metros, el traslado se hace imposible. Todos lo quieren saludar, felicitar y son muchas las mujeres que mueren por tocarlo. Una veinteañera se hace un lugar entre tantos cuerpos, burla el cerco de seguridad y cuando lo tiene en frente le roba un beso y le regala una flor. El rubio de 2 metros se pone colorado y acelera el paso. Pero antes de salir, levanta la cabeza, mira nuevamente a la tribuna y después de divisar una cabellera rubia, corre en busca de un abrazo que parece interminable. Ahí está Aurora, su mamá, llorando como lo viene haciendo después de cada partido: "Es un momento muy especial, mirá cómo tengo los ojos…" (están rojos, hinchados y húmedos por las lágrimas).


-Parece que el abrazo con tu mamá es una especie de cábala que repetís después de cada triunfo.

-Y como está dando sus resultados, no hay que cambiarla (risas). La verdad es que sin el apoyo de ella, de mi hermana Mariana y de mi sobrino Marquitos, todo hubiera sido mucho más difícil. Así siento que además de ganar por el equipo y por la gente, también lo tengo que hacer por ellos.

-¿Qué imágenes se te cruzan por la cabeza en esos momentos clave?

-Son muchos, pero cuando anotamos el último punto, miré al cielo y me acordé de Ante, mi viejo… Seguro que desde arriba él también está celebrando.


-¿Pensaste que este Mundial iba a causar tanta locura en la gente?

-Sabía que había mucha expectativa y el hecho de ser locales iba a influir mucho. Hoy la gente tiene tantos problemas que cualquier festejo es bienvenido. Pero esto superó cualquier pronóstico. El
Luna Park a pleno, las entradas agotadas, algo fantástico. Por eso le doy mucho crédito al público y lo hago parte de estos éxitos. 

Porque desde su lugar nos transmite mucha confianza, nos da fuerzas en los momentos más difíciles y también apichona a los rivales. (Se ríe y no para de firmar autógrafos. Ya le conté más de cincuenta en pocos minutos).
Faltan pocos metros para que el jugador ingrese a la sala de conferencia y estalle el aplauso de los periodistas locales y extranjeros. Desde afuera, en la calle, los bocinazos son ensordecedores: "Parece que ganamos la final del mundo", dice Marcos antes de contestar las últimas dos preguntas.

-En estos seis partidos vimos un Milinkovic muy enchufado, jugando en un gran nivel y definiendo puntos increíbles ¿A qué se debe semejante rendimiento?

-Jugar un Mundial siempre te motiva, y si es en tu país, mucho más. Pero creo que también los años te brindan una cuota de experiencia: a los 30 me siento mejor que nunca.

-Antes del torneo dijiste que el objetivo era estar dentro de los ocho mejores. Ahora que se cumplió, ¿hasta dónde pensás que llegaremos?

-Un resultado te puede llevar a la gloria o dejar en el camino. Pero te voy a contestar con el corazón: ahora, todos soñamos y queremos el título.

Con su sonrisa a flor de labios, Marcos cautiva y atrapa a las mujeres argentinas. Aunque triunfa en el vóley y ya es un sex symbol argentino, está solo (rompió hace siete meses con Francesca, su novia italiana).

Con su sonrisa a flor de labios, Marcos cautiva y atrapa a las mujeres argentinas. Aunque triunfa en el vóley y ya es un sex symbol argentino, está solo (rompió hace siete meses con Francesca, su novia italiana).

Cuando ganamos el último punto, mire al cielo y me acorde de ante, mi viejo, que nos dejo hace diez años…"">

"Cuando ganamos el último punto, mire al cielo y me acorde de ante, mi viejo, que nos dejo hace diez años…"

Más información en Gente

 

Más Revista Gente

 

Vínculo copiado al portapapeles.

3/9

Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipisicing elit.

Ant Sig