Tal vez… Quizá… Puede ser. Primero contesta, luego medita y después aprueba. Porque aunque los fanáticos reverencien su sangre caliente, las promociones anuncien en estos días que destila sangre élfica y su piel de porcelana blanquecina presuma un elevado contenido de sangre azul, Liv Tyler sabe -y lo confesó directa en el junket presentación de El Retorno del Rey-, que tiene sangre transgresora.
"… Y me obligan a dejarla circular dentro de mis venas -proclamó-. Ciertos ejecutivos decidieron sugerirme que si no adelgazo, adiós a los buenos papeles. ¿En serio? -apuntó, sorprendida, las palmas hacia el cielo horas antes de la avant-première en Nueva Zelanda-. O.K. Paciencia. Nadie conseguirá que me adapte incondicionalmente a los dictados cinematográficos norteamericanos", pateó su balanza la estadounidense de 26 años que para interpretar a Arwen en la trilogía de Lord of the Rings bajó a 62,5 kilos, finalizadas aquellos severos 18 meses de trabajo pisó los 76 y actualmente resolvió estabilizarse en 70.
Razones anarquistas le sobran. Claro, la hija del hombre que recién aceptó reconocerla cuando ella cumplió los 14 -hablamos del eterno cantante Steven Tyler, líder de Aerosmith- y de la mujer que fuera elegida Playmate de Noviembre 1974 en la revista Playboy -nos referimos a la ex groupie y modelo Bebe Buell- sabe, debido a herencia y genes, chapotear contra la corriente de los estereotipos hollywoodenses que, salvo raras excepciones, promueven una raza obediente, diplomática y, en general, diluida de actores.
"Durante los inicios, lidié con las críticas que me generaba heredar la profesión de mis padres -se defendió quien entrara a las puertas del mundo mediante del clip paterno Crazy-. Al tiempo, enfrenté el estúpido mote de lolita, que empañaba cualquier trabajo que encaraba -se enojó quien ya lleva filmadas 18 películas, incluyendo Belleza robada, Eso que tú haces y La fortuna de Cookie, a las órdenes de monstruos de los quilates de Bernardo Bertolucci, Tom Hanks y Robert Altman-. ¿¡Y hoy, pelear con el peso!? De ninguna manera. Quizás hasta mejor… Me van a llamar los productores que realmente valoren mis condiciones" -se despachó quien, rellenita y todo, acaba de terminar Jersey girl (aún sin traducción) y prepara Lonesome Jim (también aún sin traducción), en compañía de Cassey Affleck, el hermano de Ben. Y quien, tras su valiente y provocador desafío ante la ingobernable era light que corre, acaba de asociarse al club de las Kate Winslet, de las Drew Barrymore, de las Jennifer Lopez y de las Elisabeth Shue, gritando convencida: "Me gusto así como estoy, asemejándome a una chica entera, no a un palo. Ahora que aumenté varios kilos, me siento más mujer. Aparte, y en última instancia -remató a su estilo la esposa del músico punk Royston Langdon, la nueva cara de fragancias (Very Irresistible) y cosméticos Givenchy, la propietaria del rostro candoroso y los ojos hipnóticos-, yo le preguntaría su opinión a los hombres que ven mis películas, antes que a los que las comercian".
De princesa, exponiendo sus en 62,5 kilos en El Retorno del Rey.
... Esa es la cuestión. Liv, de vacaciones, exponiendo sus 70 kilos en el Mar Mediterráneo.
