“Ahora no tengo novio… ¡pero sola no me voy a morir!” – GENTE Online
 

“Ahora no tengo novio... ¡pero sola no me voy a morir!”

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La entrevista está dividida en dos partes. Ahora, en un principio, hablamos de su trabajo en Botineras (de lunes a jueves, a las 23, por Telefe). Y de su prolongada soltería. ¿Cómo se entiende que una de las mujeres más deseadas de la Argentina lleve tres años sola? Isabel Macedo (34) confesará que está conociendo gente, claro. Y concluirá: “No es fácil encontrar un alma con la cual te puedas comunicar desde un lugar de paz”. Entretanto, en algunas respuestas disparará definiciones que encajarían perfectamente en la segunda parte de esta entrevista. Allí, más adelante, donde hablaremos de su pelea con Carolina Pampita Ardohain en Punta del Este. Café de por medio, empezamos la charla.

–¿Disfrutás tu trabajo en Botineras?
–Muchísimo. Me encanta. Mi personaje tiene una falsedad que yo no podría nunca manejar. Es una mina como debe haber muchas en la vida real: tiene una relación espantosa con su marido dentro de su casa, pero cuando salen a hacer fotos parecen los más felices del mundo.

–En el medio conocerás algunos personajes como ése, imagino.
–Me cae mal esa gente. Si existen, seguro que no son amigas mías. Espero no volver a cruzarme con nadie así. Hay un montón de personajes que te venden alegría en las revistas, pero adentro de sus casas viven un desastre. Mi personaje le dice a su marido: “Adentro de la casa está todo pésimo, pero cuando salimos vos me das la mano y yo hago todo lo necesario para parecer una pareja feliz”.

–Temo pecar de inocente: ¿estás haciendo un tiro por elevación hacia alguien?
–No... ¡Para nada! Vos proyectá lo que quieras, pero yo estoy hablando de mi personaje.

–Dicen que este verano, en la vida real, fuera de la pantalla, viviste tu propia historia “botinera”.
–¿En serio? ¿Con quién?

–Marcos Angeleri, jugador de Estudiantes y la Selección, uno de los preferidos del técnico, Diego Maradona. Le dicen Mambrú por su peinado flogger.
–De eso no voy a hablar. No es un tema a tratar. Ni que sí, ni que no. Nada. ¿A quién le importa?

–No lo sé. Pero, evidentemente, resulta difícil creer que una de las mujeres más lindas de la Argentina esté sola. Cada tres o cuatro meses te adjudican algún romance.
–¡No se bancan que esté sola! Están desesperados por verme con alguien. Es molesto para mí que todo el tiempo me quieran ver en pareja. ¿Qué les pasa? Aclaro: tampoco es­­ bueno estar tanto tiempo sola. Pero no es fácil encontrar un alma con la cual te puedas comunicar desde un lugar de paz. Hoy todo está muy alborotado, la gente está rarísima.

–Candidatos no te deben faltar.
–No, tengo un montón. El teléfono suena, suena, suena... Y no pasa nada. Pero me gustaría que llegue el momento.

–¿Estás haciendo casting?
–(Ríe) Mirá, no me gustan las relaciones ocasionales. Seguro que en tres años salí con un montón de gente... ¡No me voy a quedar sola para siempre, esperando que alguien venga a tocar el timbre de mi casa para buscarme! La respuesta es “sí, salgo con gente”. Me doy la oportunidad de conocer personas. Pero me inventan cualquier cosa con cualquiera...

–...Perdón, interrumpo: ¿hace tres años que no estás de novia?
–No, en el medio tuve una relación de un año.

–¿Hablamos de aquel muchacho con el que te fotografiaron a los besos en Punta del Este?
–No, ahí estuve un mes. Bueno... ¡uno tiene que conocer! Ojo: no es un casting. Hay un tiempo para conocer a la gente. Los periodistas están demasiado pendientes. Te advierto: ¡sola no me voy a morir!

–¿Cómo te llevás con los rumores?
–Hay momentos en que me hago la distraída. Pero en otros me afecta mucho. Pienso: “¿Cómo es posible que tanta gente que no conozco hable de mí?”. Si no saben cómo pienso, qué quiero, cuáles son mis necesidades... Con mucha libertad, sin pudor, dicen que hago cosas que no hago, que salgo con hombres con los que no salgo... Eso me molesta muchísimo.

–Te inventaron un romance con Nico Cabré.
–¡Pavadas no! No quiero ni aclarar esas pavadas, porque es un pibe que tiene novia.

–¿De dónde te aparecen los candidatos?
–No me gustan las presentaciones, me ponen re nerviosa.

–¿Participaste en citas a ciegas?
–No va, ya te lo digo. ¡Qué antigüedad! Ni aunque me digan: “Tengo uno que te va a encantar, comemos los cuatro”. ¡Olvidate!

–Deben abundar los que llaman por teléfono.
–Hay muchos. No tienen chance. Yo te contesto muy bien, porque soy educada. Pero en dos minutos te corto. No soy tan accesible. Antes de que preguntes, tampoco me encaran en el boliche. Además, no soy muy salidora. Igual, insisto: sola no me voy a morir.

ALMA HERIDA. La entrevista estaba pautada desde diciembre. Isabel Macedo hubiese preferido cancelarla. Pero llegó hasta acá porque es una mujer de palabra. No está enojada con GENTE, que quede claro. Pero desde el 1º de enero de 2010 dejó de hablar con la prensa. Hay un tema que quiere evitar: su pelea con Pampita Ardohain en la disco Tequila de Punta. “De eso no voy a hablar”, insiste. ¿Cómo olvidarlo? Fue el gran escándalo del verano. En honor a la verdad, al entuerto no le cabe la definición de “pelea”, porque Isabel no lanzó ni un golpe. Según Guillermo Cóppola, testigo preferencial de la contienda, “Pampita ganó por knock out”.

¿Qué pasó en la madrugada del primer día del 2010? Dicen que a las seis de la mañana, cuando Isabel se dirigía hacia la puerta del lugar, Pampita saltó sobre ella. La arañó y le pegó varias piñas, mientras gritaba: “¡Te metiste con mi familia, me arruinaste, hija de puta!”. Después del incidente, Macedo se acercó a la comisaría de La Barra para radicar una denuncia por lesiones. ¿Qué originó semejante reacción? Nadie lo sabe. Sólo ellos tres: Isabel, Pampita y su marido, Benjamín Vicuña. Pero el silencio sólo alimenta los rumores. Según la hipótesis más fuerte, la bronca data de fines de 2008, los rumores hablaban de un affaire entre Macedo y Vicuña, entonces compañeros en Don Juan y su bella dama. El rumor nunca fue confirmado. Ahora, en la primera entrevista de Isabel desde el escándalo, el tema parece inevitable. “Te aclaro que si vas a preguntar, puedo no contestar”, dice.

–De aquel incidente en Punta del Este sólo dijiste “fue un papelón”.
–Y es cierto. No hay más que hablar.

–Te van a seguir preguntando al respecto, lo sabés.
–No me interesa. Se me ocurren tantas cosas con las que hubiese podido armar un escándalo... Pero no tengo ese espíritu.

–El escándalo ya está armado, Isabel.
–Es verdad, pero yo no lo armé. No soy una persona violenta, no soy agresiva.

–Entiendo que no devolviste ningún golpe.
–Estábamos en un país que no era el nuestro. Si yo hubiese devuelto una piña, no podría haber hecho una denuncia.

–Evidentemente, tu denuncia no prosperó.
–Si no derivó en nada es porque yo... (piensa) No me interesa hablar de esto. No es que no deriva en nada porque sí... ¡Tres veces me vinieron a buscar para ampliar la denuncia! Pero no quiero formar parte de esto. Ya fue todo demasiado violento. ¿Para qué seguir?

–Lo que pasa es que, según cómo se cuenta la historia, aparecés como la tercera en discordia.
–(Interrumpe) Yo sé quién soy, no necesito aclarar nada sobre esto. No fui criada en un ambiente hostil. Fui criada en una familia, con mucho amor. No soy violenta, no soy agresiva. Creo en el amor y en defender las cosas con amor. ¿Qué voy a aclarar? Confío en el proceso de la vida. A los que hacen daño, siempre les vuelve. No necesito defenderme diciendo nada.

–Evidentemente, te lastimaron mucho.
–A ver, que te quede claro: me agredieron física y verbalmente, muchísimo. Yo no me manejo así. No soy una persona violenta. Hace tres años que no está de novia. “Claro que en el medio salí, conocí gente”, dice, pícara, Isabel. Odia las presentaciones y las citas a ciegas. Descarta a los paracaidistas que, sin conocerla, llaman a su teléfono.

Hace tres años que no está de novia. “Claro que en el medio salí, conocí gente”, dice, pícara, Isabel. Odia las presentaciones y las citas a ciegas. Descarta a los paracaidistas que, sin conocerla, llaman a su teléfono.

“<i>¡No se bancan que esté sola! Están desesperados por verme con alguien. Es molesto para mí. ¿Qué les pasa? No está bueno estar tanto tiempo sola</i>”.

¡No se bancan que esté sola! Están desesperados por verme con alguien. Es molesto para mí. ¿Qué les pasa? No está bueno estar tanto tiempo sola”.

“<i>¿Cómo es posible que tanta gente que no conozco hable de mí? Con mucha libertad, sin pudor, dicen que salgo con hombres con los que no salgo. Eso me molesta muchísimo</i>”.

¿Cómo es posible que tanta gente que no conozco hable de mí? Con mucha libertad, sin pudor, dicen que salgo con hombres con los que no salgo. Eso me molesta muchísimo”.

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