“Ahora me toca conquistar a los argentinos” – GENTE Online
 

“Ahora me toca conquistar a los argentinos”

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“¡Credimi, è bellissima, sevaggia, fresca! Seduce con lo sguardo e con il corpo, ma e in modo semplice, naturale”, gritan los italianos, incrédulos ante la belleza criolla. En este caso, quien levanta suspiros es Lola Ponce, la rosarina de 25 años (y admiradora del Che Guevara) que a través de la campaña Ser Paz de Ona Saez se suma a la revolución, pero con las armas del amor y la belleza. Su imagen es una mezcla de diosa latina con acento italiano, que suma los giros de su Rosario natal. Hay que escucharla cantar para saber por qué toda Europa la compara con Madonna. Es que algún gen recibió: su abuelo compartió escenario con Gardel, nada menos.

En medio del make up, Lola nos adelanta un pedacito de su mundo: ¿La dulce fragancia de su piel? “Todos los días me perfumo con Chanel”. ¿Un club? “River… Mmm, no. Mejor poné la Selección argentina”. ¿Una comida? “Spaghetti ale bongole, aunque no me olvido del asado”. ¿Un grupo de rock? “¡Uy, qué difícil! Los Rolling Stones. Ah, y Charly García. Es el tesoro argentino de exportación”. ¿Su hobby preferido? “Dormir mucho, y mirar a la gente”. ¿Un misterio en su vida? “Las mariposas. Siempre aparecen cuando está a punto de pasarme algo increíble”. ¿Su lugar en el mundo? “El lugar donde esté, porque hoy soy una nómade”. Por último: ¿tiene cábalas? “Sí, antes de salir al escenario prendo la energía de mis manos”.

Es sólo un anticipo, porque antes de la charla con GENTE esta bella ragazza estuvo cinco horas ante el lente exquisito de Gabriel Rocca: son la modelo y el fotógrafo elegidos para la campaña otoño-invierno de Ona Saez. Mientras espera la oportunidad de “conquistar de una vez por todas al público argentino”, la cantante (modelo, actriz, bailarina…y podríamos seguir: ¡ahora hace hip, hop!) se relaja ante el grabador. A un costado, su novio, el italiano Manuel Malenotti (31), espera desde las once de la mañana. “Amor, sonno uno divino”, dice el pelilargo en un itañol tan poco ortodoxo como efectivo.

–Lola, ¿qué la sedujo para formar parte de esta nueva campaña?
–Fundamentalmente el mensaje de paz. Algo muy necesario, sobre todo en estas épocas. Yo también hablo de esto en mi disco, Fearless. Quiero transmitir un fuerte mensaje de paz y amor.

–Usted nació en el mismo hospital que el Che Guevara. ¿Todavía cree en las utopías?
–Absolutamente. No como vidrio, pero los artistas somos los portavoces de lo que la gente quiere decir. Tenemos que expresarnos a favor de este tipo de campañas.

–¿Y qué me puede contar de la rosarina que revolucionó Europa?
–¡Guau! ¡Fue increíble! Me fui a Italia por 60 días y me quedé cinco años dando vueltas por el mundo. La ópera pop-rock Nôtre Dame de París me abrió muchas puertas. Buscábamos sesenta mil espectadores y, de repente, nos encontramos con que los multiplicamos a tres millones.

–¿Estaba preparada para semejante cambio?
–No sé si estaba preparada. Seguro que estaba decidida. Digamos que mi vida cambió, pero mi esencia y mis valores son los mismos. Sigo siendo la chica que tiene sus raíces en Rosario, que creció muchísimo en su trabajo y nivel artístico, cantando, con el teatro y bailando.

–Habrá vivido momentos impensados hace cinco años.
–Claro. Por ejemplo, en mi disco tengo un inédito de Sinead O’Connor: You put your arms around me (Rodéame con tus brazos), que tiene que ver con todo lo que pasa hoy en el mundo y esa búsqueda de cambiar las cosas. Cuando se dio la oportunidad recordé mi infancia, cuando era muy chiquita en Rosario y conocí MTV con ella cantando “¡Nothing compare… Nothing compare, to you!” (Lola lo canta, impecable, por cierto; muy poco que envidiarle a la irlandesa).

–Y volviendo a la tierra, ¿cómo hace para no extrañar?
–Soy muy práctica: agarro el teléfono y llamo. ¡Así también llegan las cuentas! Por suerte me llevé conmigo a mi familia. De todas formas, la soledad te puede hacer crecer mucho. Trato de encontrar lo bello de cada ciudad: así encuentro que Roma es distinta a Buenos Aires y Rosario. Y que puedo conocer cosas de Nueva York o de Suecia, donde estuve seis meses para presentar mi disco.

–Si tuviera que llevarse algo de nuestra idiosincrasia, ¿elegiría el tango, el asa…?
–¡El asadoooo! En ningún lugar del mundo se come nuestra carne. Y todo lo que amo: mi casa, mis sobrinos, mi cama. Pero para este momento de mi vida está bien rotar, girar. A veces me dicen: “¡Qué carrera increíble!”. Y yo les digo: “Pará, esto recién empieza”.

–Vayamos a su vida privada. Si me permite una obviedad: habiendo tantos argentinos, ¿por qué un italiano?
–Porque llegó en el momento justo: me encontraba sola en una festa en Italia. Yo estaba con cantidad de trabajo y me planteaba: “Me va bien en todos los aspectos de mi vida. ¿Por qué no puedo enamorarme?”. Entonces él (Manuel Malenotti, abogado, 31) se sentó a mi lado y le dije: “Te estaba esperando”. Fue lo primero que me salió.

–¿Y por qué no nos cuenta un poco más de su novio?
–Es hermoso, ¿viste? Estamos juntos hace 400 días. Es una persona divina.

–¿Tuvo que trabajar mucho o fue flechazo a primera vista?
–Conmigo siempre hay que trabajar... Nunca va a tener que dejar de trabajar, pero fue un flechón, un golpe a primera vista.

–Viéndolo bien, es muy parecido a Mariano Martínez, sobre todo por su pelo. ¿Tiene un arquetipo de hombre?
–Sencillamente, Manuel es el hombre. Creo que eso responde todo. Valoro la personalidad y la sinceridad de las personas. Ahora te estoy hablando detrás de esta careta de maquillaje y me siento incómoda. Como artista soy muy natural, expreso libremente lo que me pasa.

–¿Piensa que este amor es para toda la vida?
–Sí. En el amor y en el arte llego hasta el fondo. Son dos cosas que me arman como Lola, como artista. Tengo una enorme pasión y me gusta creer en el amor, sobre todo en el que llevo dentro de mí. Cuando uno se mira en el espejo y se encuentra sincero, puede actuar de esa forma con los demás. Después, lo que pueda sentir un hombre no depende de mí.

–¿Está dispuesta a dar todo por este amor?
–Estoy dispuesta a dar todo por “el” amor.

La diosa envuelta en símbolos de paz. Lola llegó a la Argentina para pasar las Fiestas con su familia y para la campaña gráfica de <i>Ona Saez</i>. En enero vuelve a Italia para un programa en televisión.

La diosa envuelta en símbolos de paz. Lola llegó a la Argentina para pasar las Fiestas con su familia y para la campaña gráfica de Ona Saez. En enero vuelve a Italia para un programa en televisión.

“<i>Me fui a Italia por 60 días y me quedé cinco años. Con el musical Nôtre Dame de París esperábamos sesenta mil espectadores y nos encontramos con tres millones</i>.”

Me fui a Italia por 60 días y me quedé cinco años. Con el musical Nôtre Dame de París esperábamos sesenta mil espectadores y nos encontramos con tres millones.”

“<i>Los artistas somos los portavoces de lo que la gente quiere decir. Tenemos que expresarnos a favor de este tipo de campañas que fomentan la paz</i>.”

Los artistas somos los portavoces de lo que la gente quiere decir. Tenemos que expresarnos a favor de este tipo de campañas que fomentan la paz.”

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