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"Ahora me gusta mostrar mi cuerpo"

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Hay que olvidar aquella Novoa que taconeaba fuerte con sus botas, un jean de varias temporadas atrás y una simple camiseta. Aquella que no llevaba nada de maquillaje y soportaba largos días de grabaciones en una incipiente Pol-ka, que debutaba como productora con Poliladron con ella como una mujer policía, que luego hizo historia. Las cosas cambiaron muchísimo. Novoa está lindísima, suavizada, cuerpo súper trabajado. Está casada con el escritor Mario Segade (autor de Resistiré), con quien tuvo a Mora, que ya cumplió dos años. Hace dos temporadas que Laura, lejos de exitismo de la tele, hace teatro -dirigida por Alicia Zanca- en el Reggio, un lugar estupendo que depende del Teatro San Martín. Gana muy poco, su camarín es chiquitísimo, y ella no puede estar más feliz por subir todas las noches a ese escenario cuidado para representar Romeo y Julieta con Pablo Rago. Enamorada como Julieta, habla del amor pero va más allá. Está encantada con la maternidad, el trabajo de mantener al día una pareja y de su madurez afectiva y profesional. Muy buen combo, Novoa.

-¿Hay diferencias entre el amor de las épocas de Romeo y Julieta y el de nuestros días?
-La vigencia de la obra tiene que ver con las grandes pasiones. Los personajes de Shakespeare no son estereotipados, son personas que se cuestionan, piensan y se transforman mientras va transcurriendo la obra y, en este caso, el amor. Eso sigue teniendo vigencia. Me parece que los grandes oponentes al amor ya no son las peleas entre familias, la moral o el divorcio. Eso sí cambió.

-¿Cuáles son los oponentes al amor de hoy?
-El vértigo en el que vivimos y la violencia. Me cuesta hablar de enemigos del amor, estoy en pareja y si uno puede estar con otro, respetarlo, admirarlo y tener un proyecto en común, puede mantener un amor sin interferencias.

-Entonces, las reglas del amor siguen siendo las mismas.
-Sí, en la época de Romeo y Julieta y ahora, esas reglas tienen que ver con seguir el corazón, el instinto y jugarse por lo que uno quiere cada día. Ellos a los 14 años se jugaron hasta la vida, y para mí, que ya no tengo 15, tener la posibilidad de morir todas las noches por amor, aunque sea en el teatro, es maravilloso.

-Una verdadera romántica...
-Muero de amor por las elecciones que hago todo el tiempo: no hacer televisión y sí teatro. Haber crecido en mi trabajo y en mi vida afectiva a la par es otro logro amoroso. Estoy en un lugar por el que peleé mucho y una familia por los que también luché.

-¿Cuál es el esfuerzo más grande para sostener el amor?
-Renovarse todo el tiempo en lo personal y en la pareja. Estar atento al otro, escucharlo bien y adaptarse. Saber que somos personas que, de un año para el otro, podemos pensar completamente lo opuesto y volver a elegirnos. Tener un hijo es un cimbronazo tremendo para una pareja. Yo a mi marido lo amo, lo admiro como hombre, autor y persona, pero tuve que conocerlo como padre. No sabía cómo iba a ser con Mora y él tampoco sabía cómo iba a ser yo como madre. La pareja es algo de no parar. El amor para toda la vida no existe, existe el amor del día por día, pelearla, buscar, cambiar y modificarse.

-¿Por dónde empieza el amor, por el magnetismo o por el ojo?
-Cada caso es un mundo. A mí el físico nunca me llamó la atención y el encuentro con el otro se da por ese "no sé qué" inexplicable. Unos abdominales marcados me gustan para mirarlos un ratito, pero nada más. A la vez, tengo ganas de estar divina y estoy físicamente mejor que en otros momentos y tiene que ver con esto de hacer danzas y equilibrismo. Me miro y digo: "¡Mirala a la Novoa!".

-¿Lo suyo será también gracias al amor?
-Quiero gustarle a mi marido todos los días, pero también a mí misma. Además crecí. Cuando era adolescente, no me pintaba para que la gente no creyera que era linda y nada más, quería que dijeran que era buena actriz. Después descubrí que eso era una estupidez y lo hacía porque necesitaba reafirmarme como actriz. En esa época no me hubiese permitido hacer una producción como la que estoy haciendo para GENTE. Ahora la hago feliz, porque quiero divertirme y jugar. Nunca armé mi carrera en base a la belleza exterior. Gané mis espacios con trabajo: no tengo que demostrar nada. Cuando llega la madurez uno se relaja. Si me preguntan por qué hice esta producción podré decir: "Porque tenía ganas". Punto.

-En la colonia artística hay como dos sectas, los que quieren estar en todos lados y los que no quieren salir en ninguna parte.
-Cuando uno ya está tranquilo y no necesita reafirmarse como actor o actriz puede darse ciertos gustos. Que haga estas fotos no significa que me las quiera dar de modelo ni le va a restar a mi parte culta. Son años de esfuerzo y que me haga la linda no quiere decir que me la crea. Esto demuestra que ya no existen las divas. Ya ves el camarincito que tengo. Es chiquito y lo muestro con todo el amor del mundo. Los sueldos son muy humildes, y hay quien me dice: "¿Por qué dejaste de hacer televisión, que te daba una fortuna, por este sueldito?" Está bueno hacer una nota para GENTE y eso no implica que cuando vuelva a casa no relea a Dostoievski. La única mala palabra en esta vida es no tener trabajo.

-¿Le gustaría volver a la tele?
-Sí, es fantástica, me dio mucho además del dinero para parar tres años. Sola no podría mantener una familia con este sueldo, tengo un marido que me apoya y todos estamos más humildes que antes, y está muy bien. En la balanza no hay que poner sólo el dinero.

-La austeridad enseña mucho.
-Sí, te das cuenta que necesitás menos. Me encanta tener lo que tengo con la profesión que elegí. Nunca pensé que llegaría a comprar una casa y un auto tan pronto, tuve éxitos en televisión que me permitieron una base que ni soñaba tener. En lo de mis viejos siempre faltó el mango. En casa de artistas es así, un día se come y al otro no. Yo estoy contenta con la elección de ser actriz y, aunque esté demodé, subir al escenario continúa siendo algo sagrado. Sigo un poco hippie, romántica en la profesión y el amor.

-Y en ambas le va muy bien.
-Se cree que si sos muy exitosa en la profesión tu vida afectiva es un caos. O al revés. Para mí era un gran desafío manejar bien mi carrera y priorizar lo afectivo. Me resulta muy difícil pensar cómo sería mi vida si estuviera sola, porque con lo poco idealista que está la sociedad no sabría por dónde empezar a buscar un hombre. Antes, si te acercabas a ciertos lugares, encontrabas pares.

-¿Vio que hay diferencias en el amor de esta época y el de Romeo y Julieta?
-Siempre decimos con Mario: "¡Qué suerte que estamos juntos, y nos queremos!" Llego a casa y están él y Mora. Es una gloria.

por Teresa Ferrari
fotos: Santiago Turienzo. Asistente: Gustavo Sancrica
producción: Fini Bencardini. Maquilló Betina Frumboli con productos Lancôme. Peinó Corina Juárez para Impagliazzo-Lamensa
agradecimentos: Teatro Reggio, El carpincho, Nadine, Trosman, Lucrecia Gamundi, Marindia, Luna Garzón y Sarkany

En el mismo escenario que cada noche la ve como Julieta, se muestra sexy y encantada con su físico trabajado.

En el mismo escenario que cada noche la ve como Julieta, se muestra sexy y encantada con su físico trabajado.

Laura está feliz con su proyecto de teatro, aunque gane poco, y mucho más con la familia que formó.

Laura está feliz con su proyecto de teatro, aunque gane poco, y mucho más con la familia que formó.

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