Agustina Gorzelany: la inspiradora historia de la defensora-goleadora de Las Leonas que acaba de ganar el Olimpia de Plata – GENTE Online
 

Agustina Gorzelany: la inspiradora historia de la defensora-goleadora de Las Leonas que acaba de ganar el Olimpia de Plata

No sólo fue la gran artillera de la XV Copa Mundial de Hockey Femenino 2022, sino que además se llevó el preciado premio del Círculo de Periodistas Deportivo de Buenos Aires. A la misma edad de su madre cuando la dio a luz (26 años), la porteña repasa su vida, habla de su familia (y en ella, de su padre combatiente de Malvinas), y afirma sin lograr todavía ponerse de acuerdo consigo misma: “No sé si me emociona más meter un gol para mi equipo o evitar los de los rivales”.
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Tímida en medio de la producción de GENTE, que la expone de cara a los socios y los alumnos de colegios de la zona que van llegando para desarrollar sus tareas cotidianas, Agustina Gorzelany siente una pertenencia especial por el Club San Martín (al que ya asistía su abuelastro, Félix “Tati” Ereñu, para jugar al rugby), desde donde, compitiendo en la categoría B, acaba de lograr el mayúsculo deseo de ascender a la A.

Agustina Gorzelany. Fecha y lugar de nacimiento: 11 de marzo de 1996 en el Sanatorio Mater Dei, CABA. Signo: Piscis. Altura: 1,60 metros. Peso: 61 kilos. Estudios: Bachiller internacional bilingüe con orientación en Economía en el “hermoso” St. Patrick’s School, de Coghlan. “Terminé en 2013”. Redes sociales: @agusgorze

Entretanto, luego de pasar por el Taburiente de Las Palmas, Gran Canaria, España, su primera incursión en un equipo extranjero y el Grossflottbeker (GTHGC) de Hamburgo, Alemania, en donde permaneció dos meses, se sienta a tomar un café con leche, comer un tostado y desandar su camino en el hockey, que acaba de regalarle el legendario premio Olimpia de Plata, entregado por el Círculo de Periodistas Deportivos de Buenos Aires: “Para mí el hockey es un estilo de vida. Formar parte de un grupo, el compañerismo, transmitir valores relacionados con la humildad, el esfuerzo físico, la perseverancia”.

–¿Qué diferencia existe entre ser amateur, como en nuestro país, y profesional, como en la mayoría de los países europeos? -le consultamos

–Que acá las cosas se consiguen con sudor, y muchísimo esmero. En Argentina pagamos una cuota para jugar en un club, y afuera te contratan para que juegues en él.

Con la número "3", su número ya histórico con Las Leonas.

CUANDO LAS GARRAS EMPEZARON A DESPLEGARSE

“La primera vez que tomé un palo fue a los seis años, acá, en este club”, relata desde el vestuario femenino donde su madre se preparaba un par de décadas atrás. “Yo la acompañaba, me metía en la cancha, le pegaba con su palo de madera a alguna bocha y luego me ponía a verla jugar”, recuerda Agustina, cediéndole la palabra a Debora, que acaba de sentarse a su lado y de quien no sólo heredó sus rasgos.

“Hiperquinética como era, practicó gimnasia deportiva, natación y pelota al cesto, y siempre terminaba aburriéndose. Cuando la anotamos en la escuelita de hockey sobre césped sucedía lo mismo: se le hacía eterna la cola para pegar. Yo le pedía al profe que tratara de que no se decepcione, y mirá... Nunca pensé que iba a llegar adonde se encuentra ahora”, memora quien décadas atrás jugara de delantera en el Club Ciudad de Buenos Aires y hasta llegó a ser una de Las Leoncitas (sub 21).

Los inicios en el Club San Martín, y ahora, en nuestro Seleccionado femenino.

“Recuerdo que le insistía a su entrenador, Gonzalo Ursone Oro, para que pusiera a Agus de delantera, y él me frenaba: ‘No, ella es defensora. Creéme’. Y claro, siempre tuvo mucha fuerza. Con dos años menos que el hermano, de chicos escuchábamos que peleaban y de repente el que aparecía llorando era él”, tienta a La Gorze, que a su vez transitó un sendero de hormiga:

Cada vez que los clubes mandaban a sus tres mejores players para que se ganaran un lugar en el Seleccionado de Buenos Aires, ella quedaba entre las mejores 18. Así fue ocurriendo en las categorías sub 14, sub 16, sub 18, sub 21, con Las Leoncitas.

“Un día -cuenta Debora– me dijo: ‘Yo quiero competir en un Mundial y en un Juego Olímpico con Las Leonas’. ‘Pero ¿estás segura? -la desafié–, ¿sabés el esfuerzo y la constancia que requiere eso?’. ‘Sí, mamá, los mismos que vengo teniendo desde que empecé fuerte con el hockey’, remató sin opción a discusión”.

Cuando la Federación Internacional de Hockey le entregó el premio como goleadora del último Mundial. La acompañan sus compatriotas Belén Succi, la arquera más destacada, y María José Granatto, mejor jugadora del certamen.

“ME CONVERTÍ EN GOLEADORA SIN DARME CUENTA”

Admiradora del ex futbolista Javier Mascherano, ella admite casi con timidez que “en los últimos tiempos, sí, metí muchos goles… Aunque, pará, yo tengo la posibilidad porque recibo el córner corto”, aclara humilde al tiempo que no logra dilucidar si le gusta más convertirlos o evitar los del rival.

“Las dos cosas tienen un gusto hermoso, una misma sensación. Se disfrutan, te generan una adrenalina interna impresionante. No podría elegir. Meter un gol puede ayudarte a ganar, e impedirlos, también. Terminé siendo goleadora del Mundial pero sin darme cuenta, de manera inconsciente, cumpliendo mi objetivo de aportar para el equipo. ¡Porque lo que yo siempre quiero es que gane el equipo! ", subraya. Y detalla:

Durante la última gala de los Personajes del Año de GENTE.

"Mínimo, tres veces por semana tomo mi bolsito de bochas y me voy sola a arrastrar y tirar. Es un trabajo silencioso el de automatizar el golpe del córner corto, pero yo me entreno mucho para ser una pieza que funcione dentro del engranaje que son Las Leonas”, resume la misma Agus que, consagrada goleadora de la XV Copa Mundial de Hockey Femenino desarrollada durante julio en Tarrasa (España) y Amstelveen (Países Bajos), todavía sufre haber perdido 1-3 la final con el team anaranjado local, y terminar subcampeonas.

Para mí los colores celeste y blanco significan orgullo. Soy fanática de Argentina. De hecho enloquecí cuando fui a los Juegos Olímpicos y me vi rodeada de todos nuestros deportistas. ¡No podía creer tener ahí cerquita a la grosa de Paula Pareto!, ¡a Luis Scola! Son ejemplos más allá de la cancha. ¿Lucha (Aymar)? Vino a entrenamientos y la hemos saludado, pero nunca tuve un mano a mano. Me encantaría... ¿Si ella es nuestra Messi? Imaginate: le hicieron una película

“Quedó una espina clavada con las holandesas. Comprendemos que son mejores, pero a la vez también sabemos que estamos ahí, muy cerca…. Habíamos arrancado re bien la final, y un poco nos apagamos, quizá por nervios. También creo que las cosas pasan por algo. Venimos mejorando día a día y creciendo como grupo y como equipo, y sabemos que en un futuro se nos va a dar”, lamenta, aunque de manera esperanzada, Gorzelany, quien en el partido decisivo marcó uno de los ocho goles que concretó en el torneo.

Al recibir el Olimpia de Plata, junto a Las Leonas Eugenia Trinchinetti, Majo Granatto y Belén Succi.

“MIS GRANDES EJEMPLOS SIEMPRE LOS TUVE EN CASA”

La anécdota se inició cuando en 2017 un escocés llamado Edward Goodall le escribió por Facebook al padre de Agustina para comentarle que había adquirido en una subasta, y deseaba devolverle, el casco de combate que el propio Alejandro, soldado que combatió en Malvinas durante 1982, debió entregarles a los ingleses durante la rendición.

Lo cierto fue que Goodall finalmente se lo obsequió. Un domingo, ya expuesto en una vitrina de la casa de los Gorzelany en Villa Pueyrredón, la familia descubrió que el mismo lucía un “3” en rojo, surgiendo la inevitable comparación con el “3” de la casaca que su hija había adquirido en la época de juvenil.

En pandemia volví a lo de mis padres. Éramos ellos, mi hermano y su pareja, yo y la mía, y dos perros. Fue una experiencia irrepetible dentro de un contexto nada lindo. Enfocándolo desde el costado positivo, estábamos en familia, colaborando en el día a día: unos iban a hacer las compras, otros limpiaban, había quienes cocinaban. Nos organizamos súper bien y hasta terminó siendo divertido. Regresé a casa con mi novio convencida de que en pleno aislamiento por el Covid-19 también habíamos actuado realmente como un equipo

Su casaca colgada en el restaurante del bonaerense C.S.M.

“Un número que siempre mantuve y trataré de conservar el tiempo que pueda”, ríe ella sin restar halagos para su padre: “Con todo lo que vivió, de él aprendí a levantar la cabeza. No debe haber nada más difícil para un chico de 18 que ir a la guerra. Viendo y comprendiendo todo lo que algo así generó en tantas personas que vivieron la experiencia, ¿cómo yo no voy a seguir luchando por lo que quiero, si mi papá pudo levantarse y salir adelante después de aquello?”, se pregunta sin necesidad de respuesta.

“Aunque en realidad toda mi familia es luchadora. Mamá me hizo la persona que ves delante tuyo, me educó. ¡Soy deportista porque ella siempre me acompañó y bancó (lanza una carcajada que termina en un “me parece que estoy emocionándome…”)!”.

Gorzelany y Luis Gastón Sambuco (28). En la voz de su novia, “un emprendedor incansable. Gasti no se queda quiero. Hace cinco años que estamos juntos. Vivimos en Villa Devoto”.

Entonces continúa: “Los dos, además, en silencio, salieron adelante durante la complicada época de 2001, esforzándose porque no nos faltara nada (le caen nomás las lágrimas). Y mi hermano, bueno, se recibió puteando en todos los idiomas, porque la carrera le costó bastante. Sin embargo, perseverante, jamás se rindió. Lo que también me llena de orgullo, porque junto con mi papá, en estos nuevos tiempos difíciles, se ponen al hombro la empresa familiar. De ellos siempre…”, no logra culminar la frase.

De chica, con su hermano. En familia, justamente junto a Juan Pablo (28, ingeniero industrial) y sus padres, Debora (53, acaba de retomar la carrera de Diseño de interiores) y Alejandro (58, a cargo del comercio mayorista familiar de materiales eléctricos).

LAS LEONAS: UN EQUIPO PARA IR DETRÁS DE LOS SUEÑOS

“Compañeras, amigas, guerreras, para mí ésas son las palabras que identifican a Las Leonas”, apunta Agustina, la que vistió por primera vez en 2016 nuestra camiseta nacional, obteniendo el Panamericano de Trinidad y Tobago y el Mundial de Chile (ambos dentro de la categoría junior). La que en 2017 recibió su primer llamado para sumarse al Seleccionado (jugó amistosos y las semifinales de la Word League en Sudáfrica -quedaron cuartas-) y logró el Panamericano de Lancaster, Estados Unidos.

Para ser una de Las Leonas lo primordial es tener un sueño e ir por él, haciendo lo necesario para que se cumpla. Y ahí necesitás dejar cosas de lado (amistades, reuniones familiares, salidas) y agregar otras (cuidar el cuerpo y la alimentación, mantener una conducta, descansar). ¡No pueden imaginar la cantidad de cuestiones que se requiere! Pero nunca lo viví con dolor, siempre es con felicidad

La que en 2018 se llevó los Juegos de la Organización Deportiva Suramericana, en Bolivia, y formó parte del último Champions Trophy, “torneo que yo veía de chiquita en la tele”. La que dio un paso al costado, “que duró seis meses: necesitaba parar un poco”, volvió a la Universidad de Palermo (“El deporte tiene una vida útil limitada, expira, es finito, y debemos preparar un plan B”) y se puso a trabajar. Y la que pronto regresó al combinado nacional y en 2020 formó parte del que ganó la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Tokio y obtuvo la Copa Panamericana de Chile.

La Gorze en un descanso de "mi glorioso y amado Club San Martín".

Integrante de un grupo de WhatsApp “de treinta y pico de chicas” llamado “Leonas”, Agus, que acaba de anotarse para retomar la carrera de Diseño, tecnología y negocios (“¡Me siento súper feliz, porque me dieron una beca completa!”), afirma que la relación entre las integrantes del ya legendario team “se extiende a la vida. Somos una suma de individualidades que forma un equipo para ir detrás de los sueños. La que está adentro es porque lo disfruta, se siente feliz, le llena. Por más cosas negativas que tengas afuera, llegar ahí y compartir momentos te libera. Juro que existe una magia especial entre Las Leonas”.

–Para cerrar, después de este inolvidable 2022, ¿cuál sería su próximo gran sueño luego de tantos consumados?

–Tengo dos platas, una del mundo y una olímpica… Ahora me gustaría ser dorada de un Mundial o un Juego Olímpico. Aunque tampoco podría elegir. Ambas competencias son lo máximo –completa entusiasta.

Fotos: Diego García, redes sociales y álbum personal de A.G.
Producción: Roxana Harris
Asistente de producción: Gimme Bright
Make up/pelo: Kar Fakiel
Agradecemos a Alexia Halvorsen, a César Sosa (del CSM) y a las marcas Natalia Antolín, Converse, MyM Torres Accesorios y Calvin Klein

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