A los 51, “consciente, reflexivo y disfrutador” –y a cuatro años de “elegir estar solo”–, habla del sufrimiento causado por las cosas del querer.
En su gran regreso al cine con Corazón loco –film de Patagonik en el que interpreta a un bígamo “incomprendido”–, el más taquillero de la comedia se anima como nunca a revelar su intimidad. A los 51, “consciente, reflexivo y disfrutador” –y a cuatro años de “elegir estar solo”–, Adrián Suar confiesa cuántas veces suftió por un querer.
"Que ya no me resulta a cualquier precio. Que no volvería a usarlo para tapar alguna angustia, ni la soledad, ni el “estar” sin conciencia del “estar”. Ya he atravesado esos momentos, los sobreviví y no pasa nada. Que la conexión, si bien debe ser natural, requiere atención y dedicación, hacer las “escenas” que hay que hacer, sin hacerse el boludo", le dice Suar a GENTE consultado por lo que aprendió del amor en cinco décadas.
–¿Sufriste por las cosas del querer?
–¡Por supuesto! Y mucho. Decime quién pasó por esta vida sin haber sufrido por amor. La última fue al separarme de Gri (Siciliani). El desprendimiento fue dolorosísimo.
–¿Cuánto costó volver al eje?
–Estaba en eje, eh... pero muy triste. Elegí sujetarme del cariño. Porque lo más lindo del amor lo viví con ella. Porque éramos pareja y amigos. Entonces, eso se extraña... (piensa) ¡Claro que se extraña!
–¿El amor te llevó al diván?
–Sí. Sobre todo en los primeros tiempos de separado. Ahora sólo hago un mantenimiento, como una especie de “alineado y balanceo”, pero cada tanto. Hace veintipico de años que visito al mismo terapeuta. Te imaginarás que es la persona que más me conoce en este mundo.
Fotos: Gentileza Gabriel Machado.
