Sucedió en la noche de Juno, la diosa del matrimonio. Michael Bublé (34) y Luisana Lopilato (22), juntitos y tomados de la mano, aguardaron a que se pronunciaran las palabras mágicas. “And the winner is… ‘Haven’t met you yet!’”. El primer premio Juno de la noche fue para el cantante canadiense que conquistó hace once meses el corazón de la actriz nacional. La primera de otras tres estatuillas con las que Michael fue distinguido por la Academia de Artes y Ciencias de Canadá en Saint John, a 7.200 kilómetros de su Vancouver natal. Así, Bublé se consagró como el gran ganador de la velada por mejor álbum del año para Crazy Love, mejor intérprete, mejor single por Haven’t met you yet y mejor artista elegido por el público. Y después dicen que nadie puede ser profeta en su tierra...
A Luisana, la sobriedad de su vestido negro, claramente opacada por el brillo de sus ojos y el dorado de su cabello, no le permitieron pasar desapercibida en la ceremonia número 39 de los premios Juno, la versión canadiense de los Grammy. Pero al mejor estilo del famoso cuento de hadas a la medianoche se rompió el hechizo. Lopilato tuvo que tomar el avión de regreso a la Argentina antes de lo previsto, por lo que no pudo ir a la fiesta que siguió a la premiación. La nube de polvo del volcán islandés Eyjafjalla amenazaba con desembarcar en Norteamérica, y los vuelos corrían peligro de ser cancelados, como en Europa. Apenado, Bublé dijo: “Me encantaría que se quedara más, pero entiendo que Luisana deba irse, para evitar complicaciones”.
Sobre su relación, el pronóstico es favorable. Sólo resta que Juno, la deidad del matrimonio, se encargue de garantizar su nacimiento. 
Michael fue el gran ganador de los Juno: se llevó cuatro premios. Lopilato no se quedó atrás: fue una de las más admiradas de la noche.
