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A pesar de todo, juntos

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La crisis matrimonial de Mercedes Sarrabayrouse (47) y Eduardo Celasco (45) tiene –¿o tuvo?– todos los ingredientes: infidelidad, peleas subidas de tono y hasta golpes. Hace un par de meses, Mecha habría insultado y agredido a la marplatense Victoria Rodríguez (29), la “Melliza Petardo”, en Las Cañitas. Entonces, Celasco ya no vivía con su familia en Barrio Parque y tenía un affaire –de larga data– con Vito.

Pero la primera reconciliación Mecha-Celasco llegó en Semana Santa. La familia unida (Lucía, 16, y Manuel, 14, los hijos de ambos, y también la hermana de Eduardo, fueron de la partida) vivió las Pascuas en su campo de Carmelo, en Uruguay, adonde se escapan cada vez que pueden. Hicieron una suerte de borrón y cuenta nueva, además de mea culpa, y tras más de dieciséis años juntos, apostaron a renovar los votos matrimoniales. Después volvieron a mostrarse unidos en la entrega de los Martín Fierro (Mecha, superdiosa y escotada) y brindaron felices por el premio de platino que ganó Susana.

Pero la semana pasada parece que el cortocircuito se reavivó, con discusiones muy fuertes y rumores de que Mecha habría empujado a Eduardo y él habría rodado escaleras abajo. Algunos íntimos de la pareja, que evitan tomar partido por uno u otro, aseguraron que él tenía un moretón en el ojo, producto de aquella pelea. Lo cierto es que, una vez más, los protagonistas eligieron el más estricto bajo perfil y ni siquiera se sacaron los anteojos negros cuando se asomaban a la calle.

El último week end, lejos de encontrarlos enemistados, los vio solos (sin sus hijos, que se habrían instalado en lo de su abuela paterna, Jorgelina Aranda) en su casona de Palermo. Siempre juntos, entraron y salieron en varias oportunidades. El domingo al mediodía, como siempre, almorzaron en Bella Italia, a pocas cuadras de su home sweet home. Solitos y sonrientes, compartieron pastas durante más de una hora. ¿Y Susana? La diva estaba recluida en La Mary, su chacra esteña. Y, como todos en el entorno de Mecha y Eduardo, prefiere no meterse. El tiempo dirá. Mediodía del domingo 16. Mecha y Eduardo salen de su casa de Barrio Parque sin sus hijos, para almorzar juntos. Apuestan a reavivar su amor.

Mediodía del domingo 16. Mecha y Eduardo salen de su casa de Barrio Parque sin sus hijos, para almorzar juntos. Apuestan a reavivar su amor.

Pasaron el verano separados, pero en Semana Santa se reconciliaron y volvieron a compartir su casa palermitana. Pese a las versiones de peleas fuertes y hasta golpes, Mercedes y Eduardo siguen apostando a recomponer su relación de más de dieciséis años.

Pasaron el verano separados, pero en Semana Santa se reconciliaron y volvieron a compartir su casa palermitana. Pese a las versiones de peleas fuertes y hasta golpes, Mercedes y Eduardo siguen apostando a recomponer su relación de más de dieciséis años.

Solos, sin sus hijos, vivieron un weekend al mejor estilo luna de miel. Inseparables, durante el sábado y el domingo salieron varias veces, siempre él al volante de la camioneta 4x4.

Solos, sin sus hijos, vivieron un weekend al mejor estilo luna de miel. Inseparables, durante el sábado y el domingo salieron varias veces, siempre él al volante de la camioneta 4x4.

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