“A mi suegra le gusta la idea de que adoptemos una nena” – GENTE Online
 

“A mi suegra le gusta la idea de que adoptemos una nena”

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Tanto se ha escrito respecto de las suegras que mejor no volver a caer sobre el tema. Aunque esta vez el yerno en cuestión sea nada más y nada menos que Roberto Piazza (51). Eso tienta al periodista a revisar la decisión. Bah, quizá más que reflexionar acerca del asunto, sea conveniente escuchar lo que sucede en la casa de los novios, el mismísimo Roberto y Walter Vázquez (45), a cuatro días de casarse, Ley de Matrimonio Igualitario mediante.

En escena, en la coqueta casona de Olivos –por dos meses el nidito de amor de la pareja, porque después se mudan a San Isidro– están Piazza y Rosita Ferrer (77) –la temida suegra–.“¿Trajo la escoba? Parece que la bruja llegó volando. ¿No se puede tener un poco de intimidad en esta casa?”, arranca él –en voz tan alta que podría escuchar hasta el vecino de enfrente– después de despertarse, enfundado en un pijama de seda corto y luciendo pantuflones onda Pato Donald . “¿Otra vez tengo que escuchar las boberías de este tipo?”, contraataca ella, vestida con una fina bata, peinada como de peluquería y portando una bandeja con el desayuno preparado.

“Se llevan bárbaro”, comenta Walter, pareja de Roberto e hijo de Rosa, del otro lado de la cama, en la que se destaca un furioso cubrecama en animal print. Pero su mamá no se calla. “Roberto es capaz de cualquier cosa: si un día aparezco envenenada, ya saben quién es”, sube Rosa la apuesta. Pero de inmediato los tres se abrazan y cuentan que se llevan más que bien.

“Mirá, no existe la pareja perfecta, y la suegra perfecta, ¡menos!”, lanza el diseñador. Y Walter también arriesga: “Siempre lo dijimos: nos casamos pero no creemos en la fidelidad eterna. Llevamos once años juntos y vivimos buenas y malas. Nos amamos y por eso, ahora que salió la Ley, decidimos casarnos. Antes fue una unión civil, que era lo que había en ese momento... Yo perdí a Miriam, mi hermana, hace cuatro años, y a Orlando, mi papá, hace seis meses. ¿Sabés? Mi viejo era una especie de malevo. Vivía en Pompeya, barrio de guapos si los hay, y tener un hijo gay no le hacía mucha gracia. No hablaba del tema con nadie, ni siquiera fue a la primera ceremonia... Pero respetaba a Roberto, que le había regalado un reloj obsequiado por Mirtha Legrand en su programa. Y él, feliz, se lo contaba a todo el mundo”.

Piazza asegura que vivieron varias crisis, aunque nunca se separaron: “Más allá de lo que inventaron algunos, publicando mentiras. Como les pasa también a los hetero, que discuten o se distancian de sus mujeres, y después vuelven. De lunes a jueves yo vivo en mi casona de Belgrano, donde tengo mi atelier, y él en su casa. Por supuesto que nos vemos y salimos juntos a cenar, pero en esta casa sólo convivimos viernes, sábados y domingos. Este es nuestro hogar... Lo recomiendo: es la fórmula para no caer en la rutina, y discutir todo el tiempo”.

Rosa se ríe, mientras su hijo se acerca con dos crucifijos ubicados en sus respectivos estuches. “En vez de alianzas, vamos a intercambiar cruces”, aclara Roberto. “Las dos son barrocas, de plata y cristal, con piedras preciosas de Joyas Pasha. La de él tiene una esmeralda y la mía una amatista, representativas de nuestros respectivos signos del Zodíaco: Rober es de Tauro y yo de Sagitario. Por supuesto que también estarán los clásicos anillos de Giovanna di Firenze, y además luciremos cada uno una medalla realizada por el orfebre Juan Carlos Pallarols, para sellar el compromiso entre nosotros”, completa Walter.

La boda promete alta fiesta y diversión. Será el miércoles 15 en Dorsia, de Puerto Madero, a las 13.30 horas, después del Civil, con trajes de Mancini. Para la ceremonia religiosa, que oficiará el sacerdote Alejandro Soria sobre un altar especialmente ornamentado con platería, lucirán atuendos de Matices. Gabriela Pochinki entonará el Ave María, pero la frutilla del postre estará al principio y al final: los novios ingresarán con la versión de Para vivir un gran amor interpretada por Cacho Castaña. Y se retirarán escuchando el clásico Himno al amor, de Edith Piaf, en la voz de Estela Raval. También dirán “presente” María Martha Serra Lima, Marikena Monti, la vedette Paola Miranda, Patricia Sosa y Oscar Mediavilla, Julia Zenko, María Graña, Adriana Varela, entre otros, y están invitadas dos divas como Susana Giménez y Mirtha Legrand, y hasta la presidenta de la Nación, Cristina Fernández, distinguida como madrina de honor.

El viaje de bodas será más adelante, “cuando las ocupaciones lo permitan”, coinciden casi a dúo. A los tórtolos los espera un soñado crucero por el Mediterráneo. ¿Y después? “Ya seremos un matrimonio hecho y derecho, algo por lo que tanto peleamos y finalmente conseguimos entre todos”, sostiene Piazza, que ve venir la siguiente pregunta...

–¿Piensan adoptar o sólo se casan para formalizar ante la ley?
–Los dos coincidimos: esperaremos un tiempo, y luego nos gustaría adoptar una nena. Roberto: (señalando a Rosa) A mi suegra también le gusta la idea. Rosa: Siempre acompañé las decisiones de mi hijo, y más en este momento, que es lo único que tengo. Roberto: Ah, ¡mirala a la señora! Discúlpeme... ¿Yo qué soy, eh? Rosa: Ah, perdón, mi querido yerno. Hablaba de la familia de sangre. Por supuesto que vos sos otro hijo para mí. ¿Viste? No me deja pasar una. Walter: Queremos esperar, no mucho... A un hijo hay que dedicarle tiempo. Roberto: Claro, quiero una nena, para diseñar para ella y malcriarla. La imagino como una princesita, o mejor como una verdadera reina.

Rosita, la mamá de Walter, les lleva el desayuno a la cama en la casa. <i>“¿Trajo la escoba? Parece que la bruja llegó volando...”</i>, la recibió bromeando Roberto, su yerno. Entre ambos, la perrita Maia.

Rosita, la mamá de Walter, les lleva el desayuno a la cama en la casa. “¿Trajo la escoba? Parece que la bruja llegó volando...”, la recibió bromeando Roberto, su yerno. Entre ambos, la perrita Maia.

En la ceremonia en lugar de alianzas, decidieron intercambiar crucifijos. Son barrocos,  de plata y cristal, con piedras preciosas (de Joyas Pasha). El de Roberto tiene una esmeralda y el de Walter, una amatista, con sus respectivos signos del Zodíaco: Piazza es de Tauro, y Vázquez, de Sagitario. Por supuesto que también llevarán los clásicos anillos (de Giovanna di Firenze), y además una medalla hecha por el orfebre Juan Carlos Pallarols, como símbolo de compromiso.

En la ceremonia en lugar de alianzas, decidieron intercambiar crucifijos. Son barrocos, de plata y cristal, con piedras preciosas (de Joyas Pasha). El de Roberto tiene una esmeralda y el de Walter, una amatista, con sus respectivos signos del Zodíaco: Piazza es de Tauro, y Vázquez, de Sagitario. Por supuesto que también llevarán los clásicos anillos (de Giovanna di Firenze), y además una medalla hecha por el orfebre Juan Carlos Pallarols, como símbolo de compromiso.

“Mi viejo era una especie de malevo. Vivía en Pompeya, barrio de guapos, y tener un hijo gay no le hacía gracia. Pero respetaba a Roberto, quien le regaló un reloj que a su vez le había obsequiado Mirtha Legrand.” (Walter Vázquez).

“Mi viejo era una especie de malevo. Vivía en Pompeya, barrio de guapos, y tener un hijo gay no le hacía gracia. Pero respetaba a Roberto, quien le regaló un reloj que a su vez le había obsequiado Mirtha Legrand.” (Walter Vázquez).

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