Posó como una diva de Hollywood por las calles de Beverly Hills para la Swimsuit Edition 2006 de Sports Illustrated. Este año será una rockstar retratada por la lente del fotógrafo Steve Erle para la misma revista, por la que antes pasaron consagradas como Heidi Klum y Elle McPherson. En el medio, anduvo sumando millas y trabajos por Nueva York, Grecia, Tahití, Turquía, España, Italia y Alemania, con escalas innegociables en Ituzaingó, su patria chica. Después, lo que vendrá, ni ella lo sabe. “Me encantaría participar de un fashion week en cualquier parte del mundo. O hacer Vogue Italia”, confiesa. Los contratos dirán….
Estamos hablando de Yésica Toscanini, que con sólo 20 años es una de las caras más fuertes, quizá la más fuerte, de Dotto Models. “Una de las modelos argentinas con más proyección internacional”, asegura su jefe, Pancho, ya que le puso el cuerpo a las campañas de Ripley (una marca italiana de jeans) y a los catálogos de Abercrombie & Fitch. La misma chica que, mientras posaba para las principales marcas del mundo, en cuanto podía se escapaba a tomar mate al Central Park.
–¿Qué ven en vos?
–No quiero pecar de modesta, pero no tengo idea (risas). Ni siquiera sé por qué me eligió Pancho para su agencia (más risas). Es más: recién ahora me estoy haciendo cargo de que trabajo de modelo. Antes, cuando me preguntaban la profesión, no sabía qué decir.
–¿Por…?
–No sé. Será por el preconcepto. Pero ahora realmente lo acepto. Y que piensen lo que quieran. Sí, soy modelo. ¿Con eso, qué…? (carcajada).
–¿Y antes qué decías?
–Lo decía, pero más bajito. O en mi barrio, por ejemplo, decía que trabajaba en la moda. Aunque cuando empecé a salir en GENTE se me hizo difícil. Todavía estaba en el colegio, ¡y me daba una vergüenza tremenda!
............................................................
Y si eso le daba vergüenza… ni se imaginen el calor que sintió a fines de 2006, tiempo en que debutó en la prensa del corazón. Primero, los rumores la vincularon al 10 de la Selección, Juan Román Riquelme, y más tarde al tenista Guillermo Cañas. Ella, por supuesto, lo desmiente: “Es un tema del que prefiero no hablar. Fue la primera vez que me pasó salir en una revista por algo que no fuera laburo. Y no me gustó. No me interesa ser reconocida por un romance o algún escándalo. Si tiene que ser, que sea por mi trabajo”, deja en claro.
–¿Cómo reaccionaste cuando salió lo de Riquelme y Cañas?
–Enseguida lo llamé a Pancho y le pregunté: “¿Qué hacemos? ¿Qué hacemos?”. Y él, que ya la tiene re clara, me dijo: “Tranquila, no pasa nada”. Yo estaba loca. El día que esté conociendo a alguien y se dé que también es de la farándula, bueno, todo bien, no voy a poder hacer nada. Pero cuando salen estas injusticias, esas mentiras, me resulta muy difícil manejarlo. Es espantoso querer conocer a una persona, ir a cenar y que estén todos mirando tu mesa. Una situación muy, muy, fatigosa.
–¿Te ves saliendo con alguno del ambiente?
–Eso hablábamos con las chicas el otro día. Es difícil encontrar alguien dentro del ambiente con tus mismos valores o principios. Pero también es difícil encontrar alguien fuera del ambiente que entienda y no se ponga celoso. Yo estuve de novia con un chico de mi barrio que era súper comprensivo, pero cuando empecé en este medio fue imposible mantener la relación. Se hacía fantasías muy lejanas a la realidad…
–¿Es más fácil conocer a un chico en Punta del Este o en Ituzaingó?
–Por ahora en ninguno de los dos lugares. Estoy demasiado tranquila. Algo me debe estar pasando (risas). Estoy feliz así, sola. Inconscientemente sé que quiero viajar y que de novia se me haría difícil. Por ahí estoy reacia a eso…
–¿Te encaran más o menos que antes?
–Les agarra como… a ver... la palabra no es miedo, pero por ahí un poco más de respeto. No sé, toman distancia. A los chicos que no son del ambiente, les cuesta horrores encarar a una modelo. Por el nivel de exposición o no sé por qué, pero huyen. En el barrio, hoy, me pasa eso. Y acá estoy mucho con amigas, y se acercan conocidos a hablar, pero se ve que no doy mucha cabida (risas). Sí me pasó, cuando salieron ciertas cosas publicadas, de que me hicieran preguntas extrañas por la calle…
–¿Como qué?
–En la esquina de casa me pararon y me preguntaron: “Ay, ¿sos la novia de tal?”. Yo no tenía idea de que el rumor había alcanzado tal magnitud. Siempre digo lo mismo: “No, ésa es mi hermana” (risas). Así zafo y no tengo que andar explicando nada. La chamuyo como puedo.
–¿Te asustó tanta exposición repentina?
–Sí. No hay situación más incómoda que cuando te empiezan a preguntar cosas íntimas por la calle. Yo no apunto a ser famosa ni mucho menos, pero si tiene que pasar quiero que sea por mi trabajo, nada más.
–¿A qué aspirás?
–Me gustaría participar de un fashion week en cualquier parte del mundo. O hacer Vogue Italia. Que es más moda, aunque yo soy más comercial. Pero bueno, salvando las distancias, Kate Moss es más bajita que yo y lo logró. Son cuestiones de mercado. Quién sabe…
–¿Cómo sigue esto?
–No tengo la menor idea. Esperemos que con muchos más laburos internacionales en estos próximos años, y mi vida personal tranquila. Ojalá que siga para arriba, obvio. Espero bancarme este año y un par más viajando mucho, y después instalarme en Buenos Aires. Si me preguntás cómo me veo de acá a diez años, te doy una respuesta muy Susanita: en Buenos Aires y cuidando de mis hijos.
Dice su ficha… Altura: 1,76. Medidas: 85-62-91. Ojos: marrones. Cabello: castaño. Decimos nosotros: mortal por donde se la mire.
"¿Qué ven en mí? No quiero pecar de modesta, pero no tengo idea. Es más: recién ahora me estoy haciendo cargo de que trabajo de modelo. Antes, cuando me preguntaban la profesión, no sabía qué decir”
“Es difícil encontrar alguien dentro del ambiente con tus mismos valores o principios. Pero también es difícil encontrar alguien fuera del ambiente que entienda y no se ponga celoso”
