“A las dos nos dicen piropos, pero no competimos” – GENTE Online
 

“A las dos nos dicen piropos, pero no competimos”

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Sábado. Siete y media de la tarde. Calor de plomo fundido, y sin tregua. Las dos se bañan en crema hidratante, porque la arena, la sal y el viento no perdonan. Modelos y actrices, sus medidas son perfectas: Daniela, 90-62-90, y Brenda (le dicen “la rusita” por sus ojos celestes, casi transparentes), 87-62-90. Y al grano: charla cruzada…

–¿Compiten?
Brenda: Jamás. Y menos contando los piropos…
Daniela: Pero ella se roba todos los ojos. No hay reunión en la que alguien no me diga: “¡Qué linda es tu hija!”.

–En ese caso, ¿celos?
Daniela: No, orgullo. Ella es una versión mejorada de mí.

–Acá están viviendo juntas (comparten un lujoso piso en Torres del Golf). ¿En Buenos Aires también?
Brenda: No. Cada una en su casa.

–Y todos en la de Dios, como dice el refrán…
Daniela: Es mejor así. Unidas, pero separadas.

–Brenda, ¿quién te acompaña?
–Ignacio Lecouna, mi novio desde hace dos años. Tiene veintiséis.

–¿Proyectos?
–Este año viene movidito. Hace años que no hago pasarela, pero tengo propuestas para una tira diaria en tele, y teatro en Buenos Aires.

–¿Proyectos, Daniela?
–Por ahora, cartón lleno. Todas las noches, en el teatro Güemes, hago Taxi segunda parte, la historia continúa, con Carlín Calvo, Fabián Gianola, Dalma Maradona y Flavia Palmiero.

–¿Actuarían juntas?
Daniela: ¡Sí! Hasta ahora hicimos notas y desfiles, pero la actuación es algo mucho más jugado.
Brenda: ¡Me encantaría! Pero ojo, porque las dos somos muy, muy exigentes. No sé qué puede pasar… Sin embargo, admiro tanto a mi madre, que ojalá suceda. Adonde voy, todos me hablan maravillas de ella.

–¿Hubo algún amague?
Daniela: Sí, a ella le ofrecieron un papel en Taxi, pero no podía: tenía otros compromisos.
Brenda: Además, no sé si me animo a hacer una temporada completa en teatro.

–¿No sos capaz?
–Sí, pero tengo miedo de saturarme, y si me saturo, adiós placer.

–¿Viste actuar a tu madre?
–Sí, la semana pasada.

–¿Y?
–Me sorprendió: ¡estuvo perfecta!

–¿Dicho con ojos de crítico o de hija?
–No, no, bien objetivo. Hace un enorme esfuerzo. Se exige al mango. Demasiado.

–En el teatro (no sé si lo sabés), hasta demasiado es poco…
–Mirá, se aprendió su letra con puntos y comas, ¡y la de todos sus compañeros!

–Sin ojos de madre, Daniela: ¿Brenda es buena actriz o…?
–Tiene mucho talento y ama la profesión. Arrancó con Cris Morena en Floricienta y evolucionó muchísimo.

–¿Cuál fue la medida?
–Un papel muy fuerte en Vidas robadas. Sin embargo, siempre le digo que debería intentar la comedia.

–Ojo, que es más difícil hacer reír que llorar…
–Pero Brenda es muy cómica. Es como un varoncito: rea, auténtica, divertida.

–Para Brenda: ¿cómo es Daniela puertas adentro?
–¡Es una gran mujer!

–¡Upa! ¿Cero defectos? ¿La Mujer Maravilla?
–Cero no: es una histérica de la limpieza. Por eso, hace tres años me fui a vivir sola.

–¿Es la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad?
Brenda: ¡Nooo, es sólo un pequeño detalle! Lo peor fueron las peleas, porque yo le usaba una remera… o el auto.

–Remera, vaya y pase, pero el auto…
Brenda: La verdad es que yo venía de Cipolletti, Río Negro, de la casa de mi padre, y estaba acostumbrada a otra cosa. Hasta que un día exploté: “¡Me voy a vivir sola!”.

–¿Discusión, pelea, tirón de pelo?
Daniela: No. La apoyé desde el primer día. Cada uno debe vivir su propia vida y sus propias experiencias. Ella siempre fue muy independiente. Desde chica viaja sola en avión, tiene mucho carácter y una personalidad muy fuerte.

–Si alguien grita “¡Qué buena que está la Cardone!”, ¿quién de las dos se da vuelta?
Daniela: ¡Las dos, claro! Pero la verdad es que los hombres son muy educados y nos respetan mucho.

–¿Y si no?
Brenda: Tenemos carácter muy fuerte. Si alguno se zarpa, lo cacheteamos. Primero le pega ella y después yo.

–¿Qué reacciones despierta Brenda?
Daniela: ¡Es tremendo! ¡Los hombres se vuelven locos!
Brenda: Pero ella no se queda atrás. Muchos de mis amigos me dicen: “Estoy enamorado de tu vieja”. Porque, claro... Es muy difícil encontrar una chica de mi edad con una madre tan linda.

–Daniela abuela: ¿se ve o no?
–¡Me muero de ganas, pero Brenda no quiere! ¡Me pide un hermanito!

–Daniela sería una abuela very special, Brenda…
–Sí, pero tiempo al tiempo. Falta mucho. Y será como su madre, que cuando yo era chica me decía: “No me digas ‘abuela’; llamame María Inés”.

–¿Dé qué hablan? ¿De amor, sexo, cosas importantes de la vida, o esquivan el bulto y hablan de la moda y otras distracciones?
Daniela: Hablamos de todo lo que nos pasa. Hace unos meses, cuando me separé de Guillermo (Furiase), ella me prestó su oreja.
Brenda: En eso nos complementamos muy bien. Cuando la otra está mal, hacemos lo imposible para levantarle el ánimo.

–Hipótesis de trabajo: alguien les propone hacer, juntas, un desnudo. ¿Dicen okey o lo echan a patadas?
Daniela: Ni una cosa ni la otra. Si es un desnudo estético, artístico, con contexto, y nos sirve para crecer en la profesión, lo pensaríamos.
Brenda: Si nos hace felices, ¿por qué no? La vida es una sola.

La tarde se hace, lenta, pálida noche. El viento del mar primero calma los cuerpos y casi los hace tiritar, después. Los toallones hacen lo suyo. Las Cardone se van. Pero antes, Brenda aclara:
–Eso de las Cardone es simpático. Pero yo prefiero ser Brenda Gandini. Quiero ser por mí, no por mi madre. Acordate: Brenda Gandini. Daniela: “En todos lados me preguntan por Brenda. Los hombres, claro”. Brenda: “Muchos de mis amigos están enamorados de mi madre”.

Daniela: “En todos lados me preguntan por Brenda. Los hombres, claro”. Brenda: “Muchos de mis amigos están enamorados de mi madre”.

“Cuando andamos juntas, los hombres nos dicen de todo, pero no se zarpan. Y si alguno se zarpa, peor para él, porque lo cacheteamos” (Daniela)

“Cuando andamos juntas, los hombres nos dicen de todo, pero no se zarpan. Y si alguno se zarpa, peor para él, porque lo cacheteamos” (Daniela)

“Nos contamos todo: lo triste, lo alegre, lo bueno, lo malo. Cada una de nosotras es la rueda de auxilio que necesita la otra. Somos madre e hija, pero sobre todo, grandes amigas” (Brenda)

“Nos contamos todo: lo triste, lo alegre, lo bueno, lo malo. Cada una de nosotras es la rueda de auxilio que necesita la otra. Somos madre e hija, pero sobre todo, grandes amigas” (Brenda)

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