“A la hora de conseguir un hombre, las mujeres no tenemos códigos” – GENTE Online
 

“A la hora de conseguir un hombre, las mujeres no tenemos códigos”

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Las sábanas blancas apenas cubren las partes más íntimas de su humanidad. Con apenas 21 años y contundentes 95-58-90, producto de un reciente paso por el bisturí (“Me agregué cinco centímetros en las lolas. Quería verme más armada”, explica), Rocío Guirao Díaz disfruta jugando a la femme fatale, sin prejuicios a la vista. “No me siento indefensa ante la desnudez. Me considero una chica sexy. Lo tomo con naturalidad”, dirá en un rato. Mientras las maquilladoras la caracterizan al mejor estilo Brigitte Bardot, La modelo de Multitalent se presenta como una gran cocinera y jura que prepara los mejores sorrentinos con salsa bolognesa de todo San Isidro.

El make up nos permite conocer algunos detalles de su vida. Ella responde con precisión y, a veces, sin anestesia: ¿Tenés un amor imposible, Rocío? “Antonio Banderas, pero hablamos de un amor platónico”. ¿Sueños? “Simplemente, salud para mis seres queridos”. ¿Son muchos esos seres? “Me alcanzan los dedos de la mano”. ¿Dormís vestida? “Sí, uso un camisoncito de Victoria’s Secret”. ¿Camisoncito? “Sí, porque es muy chiquito”. Te noto perfumada. “¿Te gusta? Angel, de Jean Paul Gaultier”. Por último: ¿leés, Rocío? “Sí. En mi último viaje a Nueva York leí Memorias de una geisha, de Arthur Golden, y estoy por terminar el libro Mujeres asesinas…Y te cuento algo más: quiero estudiar y recibirme de psicóloga”.

Después de más de tres horas de sesiones fotográficas, la rubia está lista y se sienta a conversar, mientras juega con tres cubitos que flotan sobre un vaso de la bebida más famosa del mundo. Y claro que el disparador es su parecido con la diva que en los años ’50 revolucionó Europa: “En mi familia siempre me dijeron que tenía un aire a Brigitte Bardot, pero son cosas que dicen las abuelas… En mis primeras producciones vi que tenía un aire en la mirada y en la boca. Roberto Giordano me lo dijo varias veces…

–En los 50, Bardot causó gran conmoción cuando se desvistió en la pantalla grande. ¿Cómo te ves en ese lugar?
–Ella brilló en el cine, algo que a mí todavía no me propusieron. ¿Un desnudo en el cine? Si me lo propusieran lo evaluaría... No puedo decirte que no lo haría.

–¿Te ves como la Brigitte Bardot argentina?
–Es halagador que lo digan, pero no me interesa ser una imitación de cabotaje. Aunque si me lo propongo, puedo hacer una carrera más importante que la de Brigitte Bardot. También sueño con ser cantante, pero me preparo para eso, voy paso a paso.

–Generalmente la desnudez provoca inseguridad. ¿Cómo te sentís exhibiendo tu cuerpo?
–Me siento muy cómoda con mi cuerpo. Sé que devuelvo una imagen sexy, no me puedo quejar. Cuando empecé me costaba bajarme un bretel. Hoy en día, sacarme el corpiño y quedarme en lolas me parece algo natural.

–¿Cómo toma tu padre, Carlos, con lo que implica ser un hombre de barrio, estas producciones tan osadas?
–El sabe cómo es este laburo y que la mayoría de las fotos que hago son con poca ropa. Hoy vendo un producto: mi cuerpo. Mis padres lo toman como si estuviera actuando.

–¿Cuál es el límite, si es que te lo fijaste?
–Playboy me propuso hacer un desnudo total, pero por ahora no quiero hacerlo. Sería mostrarme íntegra y no es el momento, soy muy chica. Sinceramente, no niego que más adelante podría animarme.

–¿Qué creés que generás en los hombres?
–A veces no me quiero ni imaginar lo que piensan los hombres cuando abren las revistas y ven este tipo de producciones. Una sabe los ratones que moviliza, pero también tengo claro que sólo se trata de un personaje.

–¿Te operaste las lolas otra vez?
–Sí, me di un toquecito... La primera vez que me operé me había puesto poco y ahora quería verme un poco más fuerte de adelante, más armada. Me agregué cinco centímetros
de busto.

–No parecés una mujer insegura. Sin embargo, siempre buscás el cambio: te teñiste de rubio y te operaste dos veces…
–Desde los quince años que me vengo cambiando el color del pelo, porque soy hija única y muy caprichosa. Elegí el rubio porque en lo laboral funciona, pero no quiere decir que en un tiempito no vuelva al castaño.

–Hace un tiempo querías bajar el nivel de exposición. ¿Lo lograste?
–Antes me preocupaba lo que decían de mí, pero ahora no les presto atención a los chismes. Creo que bajé mucho el perfil…

–Pero te duró hasta el verano, cuando comenzaste a salir con Erik Engfeld, el ex de tu compañera Jazmín de Gracia.
–Que quede claro: ¡yo no le robé el novio a nadie! Erik no estaba en pareja, con Jazmín salió hace cuatro años. Pero… si se lo hubiera robado, ¡¿qué?! Soy muy cara rota.

–En una charla machista te acusarían de falta de códigos…
–(Ríe) A la hora de conseguir un hombre, las mujeres no tenemos códigos. Yo tengo códigos sólo con cuatro personas: con mi papá, mi mamá, mi mejor amiga y mi novio. Sólo me importa la gente que me da amor; el resto no.

–¿Qué te sedujo de Erik?
–Que no es mediático y que no le importó que yo fuera modelo.

–Digamos que en tu approach con Nicolás Cabré no evaluaste la exposición.
–Con Cabré fue un touch and go y yo decidí no seguir con él. Con Erik estoy bárbara. Me apoya en todo y quiere que me vaya bien. Puedo hacer las fotos más osadas y me dice: “Mi amor, saliste espléndida”.

–Alguna vez dijiste que te costaba ser fiel y hace unos días un rumor te relacionó con un muchacho cordobés…
–Cuando no estoy bien con mi pareja, no soy fiel y pierde el que está a mi lado. Pero ahora la situación es distinta: estoy muy enamorada. Dijeron que me habían visto en Córdoba con un chico, pero hace un año y medio que no voy por allá.

–¿Qué pensarán las hermanas del colegio Mallinkrodt, donde cursaste la secundaria, cuando se enteran de tu vida a través de las revistas?
–Al principio dirían: “¡Qué horror!”. ¡Era la oveja negra! Pero hoy que mi carrera está consolidada, las monjas deben estar orgullosas.

Rocío es una <i>femme fatale</i> con cara de ángel. En esta producción posó caracterizada como Brigitte Bardot. El resultado… ¡increíble!

Rocío es una femme fatale con cara de ángel. En esta producción posó caracterizada como Brigitte Bardot. El resultado… ¡increíble!

“<i>La desnudez no me provoca inseguridad. Me siento muy cómoda con mi cuerpo. Hoy en día, quedarme en lolas me parece algo natural</i>”

La desnudez no me provoca inseguridad. Me siento muy cómoda con mi cuerpo. Hoy en día, quedarme en lolas me parece algo natural

“<i>Si estoy mal con mi pareja puedo ser infiel. Pero hoy estoy muy enamorada. Dicen que me vieron en Córdoba con un chico, pero hace un año y medio que no voy por allá</i>”

Si estoy mal con mi pareja puedo ser infiel. Pero hoy estoy muy enamorada. Dicen que me vieron en Córdoba con un chico, pero hace un año y medio que no voy por allá

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